Marcelo Cafferata
La directora ecuatoriana Daysi Burbano aborda un terreno espinoso, un tema poco frecuentado y se dispone a andar un duro camino: espejar la historia de aquellas mujeres ecuatorianas que emigraron a Italia en busca de una mejor situación y se ven, por diversos motivos, arrancadas de sus hijos.
Sin medios económicos como para enfrentar una defensa, sin profundos conocimientos del idioma y con una necesidad de muchas horas de trabajo para sustentarse, es imposible seguir el ritmo de la lucha que impone el recuperar la custodia de sus hijos frente a la burocracia que se impone en los organismos de Asistencia Social, que forman parte de un oscuro negocio.
Leyes que fueron pensadas para niños que sufren violencia intrafamiliar o que tienen justificadas situaciones de vulnerabilidad, son usadas para forzar a entregar a los hijos de estas emigrantes con condiciones económicas precarias con los que, en muchos casos, pierden contacto.
Daysi Burbano les da voz a esas mujeres que luchan por justicia y que tienen una fuerte presencia en pantalla. Muchas veces es su mirada, parte de su rostro o sencillamente una voz en off la que relata una historia completamente desgarradora –con momentos durísimos como cuando se escucha a una nenita pidiendo que le devuelvan a su madre a los gritos-, frente a un sistema opresor que sigue hostigando a las propias víctimas.
Una mirada valiente y honesta, que genera un fuerte espacio de visibilización a una problemática prácticamente desconocida -y que tiene el plus singular de haber sido financiado por medio de crowdfunding-, que desnuda el mercado de niños que se generan a partir de adopciones con vicios en los procedimientos legales y que redondea un trabajo documental de visión imprescindible.