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Por Marcelo Cafferata.

Esta pequeña película de cámara ha sido una de las sorpresas más agradables del Festival de Cine Latinoamericano de La Plata durante el año pasado.

MAÑANA, TAL VEZ” es una de esas películas intensas, sensibles, bien elaboradas, que nos cuentan una historia tan sencilla como profunda y que rápidamente contactan con la emoción dentro del espectador.

La ópera prima de la cordobesa Florencia Wehbe, cuenta cómo Luis, un compositor de música clásica jubilado, que por su edad, ya se encuentra retirado y vive en su acomodada rutina sin demasiados sobresaltos y se enterará por su hijo -y no por su propia hija con quien parece tener una relación distante-, la noticia de que Elena, su nieta, viaja hacia la ciudad para estudiar, situación que lo toma completamente por sorpresa. Mucho más aun cuando sepa que Elena tiene como plan instalarse en su casa (¿provisoriamente?).

Esta visita alterará por completo su ritmo cotidiano, cada uno de sus pequeños rituales diarios y de sus propias costumbres. Aun cuando quiera imponer sus reglas y sus imperativos categóricos, la juventud y la libertad de Elena, va modificando el ambiente poco a poco, imperceptiblemente.

Wehbe trabaja en la superficie con lo que, en apariencia, parece tener una típica estructura de historia de polos opuestos que se atraen. Sin embargo, con la forma sutil en que va relacionando a los personajes, el relato llega a un nivel mucho más profundo,  para adentrarse algunas zonas complejas de los vínculos familiares y las diferentes generaciones que coexisten en la constelación familiar.

Elena y Luis están indiscutiblemente unidos por la pasión por la música: esto permite generar un espacio de encuentro en común, un código y una complicidad compartidos desde un primer momento. Pero pronto irán descubriendo por medio de esta convivencia “forzada”  que tienen muchas otras cosas para compartir y de esta forma, gracias a la sensibilidad con la que Wehbe nos va mostrando dentro de ese universo íntimo y particular, iremos descubriendo esos cambios que van sucediendo en la relación.

En un cine donde no es común que se presenten historias a partir de un personaje protagónico rondando los 60, también llama la atención y resulta interesante la forma en que el guion presenta la relación de Luis con su vecina, papel con el que una vez más, Eva Bianco logra distinguirse en un rol secundario, con una composición precisa y colmada de calidez que ilumina la pantalla cada vez que aparece. Ella participa, además, enlazando en cierto modo los mundos de Luis y Elena de una forma ingeniosa y sutil.

Por otra parte, Wehbe aprovecha el personaje de Elena, para mostrar desde su punto de vista, los nuevos cambios sociales, su activa participación en los movimientos políticos, los derechos de la mujer, incluyendo una escena breve pero poderosa sobre el pañuelazo que se realizó a favor de la ley de aborto seguro, legal y gratuito que se va mezclando armónicamente dentro de la narración y que es parte de las diferencias que comienzan a esfumarse entre los protagonistas.

MAÑANA TAL VEZ” crece más aún con los logrados trabajos de Rubén Gattino como Luis y Sol Zabala como Elena, que mantienen su vínculo en pantalla con una química exacta que hace que luzca espontáneo, fresco y auténtico a lo largo de toda la película.

Estamos indudablemente en presencia de esas obras de cámara, pequeñas pero movilizadoras, de esas pelitas que, cada tanto, aparecen en la cartelera y nos provocan una agradable sorpresa. 

POR QUE SI:

» Crece más aún con los logrados trabajos de Rubén Gattino como Luis y Sol Zabala como Elena, que mantienen su vínculo en pantalla con una química exacta que hace que luzca espontáneo «

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