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Por Marcelo Cafferata

Hay infinidades de documentales que enfocan diversos hechos históricos de la reciente historia de nuestro país y también las principales figuras del entorno político.

Muchas ficciones se han ocupado del General Juan Domingo Perón y sobre todo de Evita, pero muy poco se sabe sobre María Estela Martínez, más conocida como Isabelita.

Aquella bailarina de cabaret que llegó no sólo a ser esposa del General sino a ocupar el lugar de la primer mujer que accedió mediante una elección al cargo de presidente de un país (en realidad asume el rol de presidente cuando fallece Perón dado que en la lista fue vicepresidente), es una personalidad que se sabe ausente, poco reivindicada por sus propios compañeros de partido, donde muchos testimonios coinciden en definirla como una persona sin carisma, inoperante, sin capacidad para ocupar el cargo y sin el poder de conducción necesario para lo que vivía nuestro país en aquella época, lo que desembocó irremediablemente en el golpe militar que arrasó nuestro país a partir de 1976, hecho por el que muchos también la culpabilizan.

Si bien Julián Troskberg respeta el formato de un documental que mezcla material de archivo –con gran cantidad de fragmentos inéditos- con entrevistas a grandes personalidades vinculadas con el tema, el punto fuerte de su trabajo radica en abordar un personaje lleno de contradicciones, con una mirada provocadora y arriesgada, donde se muestra hasta el costado más vulnerable y fallido, sutilmente pero sin concesiones.

Mediante un excelente trabajo de edición, cada testimonio, cada anécdota u opinión, construye esta figura hoy enigmática y  completamente paradójica, de la que poco se abordó en nuestro cine y que a la que el director sale a su búsqueda infructuosa, recluida en una casa de muros impenetrables.

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