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Por Marcelo Cafferata

“las heridas seguirán ahí, pero un día, dejarán de doler.

Un día volverás a amar

.. y sobre todo, volverás a vivir”

Se estrenó en la plataforma Paramount+ la nueva creación de Cristóbal Garrido y Adolfo Valor (el mismo equipo creativo de “Reyes de la Noche” y “Refugiados”) “DIAS MEJORES” en la que a través de diez episodios, acompañamos el proceso terapéutico que atraviesan cuatro personajes que tienen el común denominador de haber perdido recientemente a sus parejas. Todos se encuentran en pleno inicio de este doloroso proceso en el que será fundamental la ayuda que les brindará la Dra. Laforet, una experta en la temática de gestión del duelo, a cargo de la brillante Blanca Portillo.

El espacio terapéutico siempre ha dado un buen material tanto para el cine, como para el teatro y la televisión y ha logrado algunas de las series más recordadas como la icónica “Vulnerables” (con una joven Inés Estévez, Jorge Marrale, Alfredo Casero y Soledad Villamil) que fue un éxito rotundo abordando temáticas que no se habían visto anteriormente en la televisión nacional.

Otro gran éxito fue el formato de “En Terapia” con una modalidad diferente, en la que asistíamos semanalmente a las sesiones de los diferentes personajes/pacientes, innovador en cuanto a que no respetaba un esquema narrativo tradicional, la que incluso tuvo su versión local con Diego Peretti en el rol del terapeuta, acompañado de un gran elenco.

DIAS MEJORES” tiene el duro reto de abordar temas profundos y con “mala prensa” como la tristeza, la soledad, el desamparo, la angustia, la incertidumbre y el desafío de reinventarse luego de una pérdida tan importante.  

Los cuatro pacientes que acuden al grupo de la Dra. Laforet son: Sara (Marta Hazas de “Velvet” y “Pequeñas Coincidencias”), Luis (Francesc Orella con una extensa trayectoria pero mundialmente reconocido por “Merlí”), Pardo (el mexicano Erick Elías) y Graci (Alba Planas) donde cada uno de ellos enfrentará este proceso de forma diferente, algunos debiendo procesar más su mecanismo de negación y otros más abiertos a ponerle el cuerpo al dolor, y permitirán a los guionistas poder trabajar con diferentes temáticas encerradas en cada una de las historias.

Por un lado Sara es una médica que trabaja en un equipo de urgencias y por más que está acostumbrada a lidiar con el fantasma de la muerte en sus pacientes, ha perdido a su esposo en un evento deportivo en el que había asistido con su hijo y esto marcará profundamente la historia de ambos. Luis es quien se resiste a involucrarse en la terapia (inclusive envía a uno de sus empleados haciéndose para por él a la primera sesión) y poco a poco se irá comprometiendo con su tratamiento, que lo ayudará a desentrañar que hay detrás del suicidio de su mujer y tratar de modificar el conflictivo vínculo con sus hijas.

Por otra parte, Pardo es el típico “tiro al aire” que frente a la muerte de la madre de sus hijos sentirá que es el momento de sentar cabeza, volver a España y hacerse cargo de su paternidad después de una ausencia más que prolongada. Graci, una estudiante universitaria que ha perdido a su novio luego de una enfermedad terminal a quien todavía la vida le depara muchísimas sorpresas y noticias inesperadas.

A medida que se vaya desenvolviendo la trama, también veremos que otros personajes atravesaron por pérdidas importantes y que con mucho esfuerzo y un trabajo duro han logrado superarlas, dejando un positivo mensaje de resiliencia, alejándose de todo facilismo o adoctrinamiento de libro de autoayuda.

El ritmo con el que avanzan las historias permitirá que fácilmente nos involucremos con cada una de ellas y una de las mayores virtudes que tiene el guion es su decisión de escapar permanentemente del drama y de la sensiblería, construyendo sus personajes con suma naturalidad y curiosamente, como un efecto paradojal, aborda el dolor con mucho humor y calidez que permite concederle el permito de caer en algunos mínimos lugares comunes.

Si bien al frente del equipo se encuentran tres directores que conocen del oficio y lo hacen con mucha solvencia como Alejo Flah (“El amor y otras historias”), Arantxa Echevarría (“Carmen y Lola”) y Jota Linares (“Animales sin collar”) el principal atractivo de “DIAS MEJORES” es indudablemente la solidez de su elenco.

Alba Planas y Erick Elías resuelven con solvencia sus personajes sin que algunos de sus textos les permitan brillar demasiado. En cambio Marta Hazas puede tener mayor oportunidad de lucimiento con un personaje que plantea ciertos vaivenes emocionales a los que les saca un buen provecho, pudiendo encontrar todos los matices. Francesc Orella tiene a su cargo a Luis, un empresario enfrascado en su propio mundo que, a partir del golpe de esta pérdida tan importante, comenzará a generar un inesperado cambio en su vida.

Quien se lleva todos los aplausos es Blanca Portillo. Una actriz que en teatro nos tiene acostumbrados a roles muy complejos a los que presta su máscara dramática, capaz de recitar los textos clásicos más espinosos que suena tan poéticamente en su decir y que en televisión a través de las series como “Se quién eres” o películas como “Secuestro” ha mostrado a través de sus personajes, una imagen más dura. Aquí en “DIAS MEJORES” su personaje atraviesa momentos de profundo dolor –quizás una de las subtramas más difíciles que presenta la historia- pero luego, sentada en su sillón dispuesta a atender a sus pacientes, tiene siempre una mirada positiva, comentarios en los que está presente su humor y su fina ironía a flor de piel, estimulándolos a que, a pesar de las pérdidas vividas, puedan seguir honrando la vida y estando disponibles para lo que el futuro depare.

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Publicado en: TV