Por Rolando Gallego.
A las 20 en el canal de youtube del Teatro Nacional Cervantes se podrá ver “Tadeys”, la obra que el año pasado se representó con gran éxito.
Sumándose a la exitosa iniciativa que permite mostrar parte del trabajo que vienen haciendo en el teatro, y que comenzó con “DURMIENDO CON EL ENEMIGO” parte de la Trilogía King Kong, y una selección de Teatro por la identidad, ahora es el turno de Tadeys. Con motivo de esta emisión por streaming por acá una entrevista exclusiva con Albertina Carri y Analía Couceyro, directoras, inspiradas en la obra de Osvaldo Lamborghini, y con Diego Capusotto.
Tadeys es una experiencia que propone un viaje corrosivo que además de una obra de teatro, incluye una película, una ópera buffa, y el desafío de acercarse a un material y a un autor de extremo personalismo, con interpretaciones de Capusotto, Canela Escala Usategui, Javier Lorenzo, Iván Moschner, Felipe Saade, Florencia Sgandurra, Bianca Vilouta Rando y la propia Couceyro
“Tadeys es un material que vengo trabajando desde mis 18 años, la novela es expulsiva, de hecho hice en 1999 una obra con otros textos de él y estaba en mi cabeza en algún lugar y hace tres años le propuse a Albertina hacerlo juntas, en paralelo a Las hijas del fuego. Siempre hay ideas locas para trabajar, le dije si hacíamos Tadeys, me dijo que sí, la leyó, se arrepintió, luego lo propusimos al teatro a la convocatoria y finalmente la seleccionaron”, dice Couceyro.
“Trabajamos juntas y en colaboración hace muchísimos años desde mi primera película, No quiero volver a casa, hasta la última Las hijas del fuego. En casi todas mis películas Ana actuó y en la última escribió los diálogos. Por otro lado yo hice los audiovisuales de Barrocos retratos de una papa, un biodrama que dirigió Ana sobre la vida de Myldred Burton. Pero en todos los casos cada una tenía un rol muy específico y muy diferente. Esta es la primera vez que nos lanzamos a esta especie de fusión mental y emocional que es la co-dirección. Fue un trabajo hermoso en muchos sentidos y arduo en muchos otros, pero sobretodo muy intenso y estimulante. Para mí fue puro aprendizaje lo que me llena de alegría pero también llego al estreno super cansada, con muchas ganas de retirarme un tiempo a incorporar la cantidad de información que adquirí. Algo que ya no me pasa tanto haciendo mis propias películas, por eso creo que la palabra para describir todo este proceso es estimulante”, dice Carri.
“Yo quería hacer algo teatral, cuando sea, no es que estaba obsesionado, pero vino la convocatoria, de quien vino y tuve el tiempo para poder hacerlo. Los mecanismos de leer la historia, entenderla, dejarse llevar por la propia emoción de la lectura y ver qué puede hacer uno con eso. En principio aparece un desasosiego, porque fijas la letra, pero el cuerpo va a otro lugar, acá son diálogos barrocos, no naturalistas, y el personaje apareció pero por otros lugares a los que yo pensaba que iba a aparecer. En el espacio del ensayo, aparece el personaje, más allá de lo que uno puede creer, aparece la neurosis de si vas a poder hacerlo o no, un día lo crees y otro no, un día aparece una voz y al otro día otro. Cuando en el encuentro con los compañeros y compañeras, empezas a trabajar y un día aparece, abruptamente o de a pedazo, como ahora, que estamos en la etapa de fijar la obra, de hacer pasadas y entrenar al personaje en la medida en que haces la obra entera. En el último tiempo se fue formando a retazos, eliminando cosas que no contaban algo tan importante como para dejarlo, hay que desmenuzar el propio texto, al que te vas habituando. El trabajo de uno se parcializa, desde afuera se empiezan a ver cosas que uno no ve, aquello que se cambió sirve para formar más la obra”, cuenta Capusotto, quien por primera vez realizará teatro alejado de los productos televisivos que lo convirtieron en una figura popular.
“En el teatro los cuerpos están vivos y presentes, y eso hace que cuando una obra está buena te conmueve, te da miedo, pensás que se puede lastimar, hay algo del peligro circense desde la cercanía, a diferencia del cine que te conmueve lo ya hecho, acá el momento es único. La obra habla de la opresión de los cuerpos, están sometidos aquellos que salen de la norma con una propuesta maquinal y fabril. La elección de los actores fue, por un lado la de Diego, una gran decisión, un cuerpo cargado de su figura, fue muy revelador conocerlo trabajando, tiene un gran nivel de compromiso y responsabilidad. Él carga toda la información de quien es y es querido de forma masiva, carga consigo eso”, indica Couceyro sobre la elección de Capusotto para la obra.
Y suma “estamos haciendo juntes todes algo que es que él se apropió de los textos, de un universo completamente diferente a todos. Su personaje es el mal, es atractivo porque el público que no sea tan de teatro, y eso también es político, viene a ver a Diego y se tiene que comer a Lamborghini, acompañas, pero te das cuenta de acompañar al mal, algo de la banalidad del mal que está ahí”.
ESCUCHA A CAPUSOTTO:
Tadeys se complementa con una película, que fue pensada desde el mismísimo origen, y Carri habla de esto “la pensamos como una película dentro de la obra misma. Funciona un poco como los cuentos de Las mil y una noches. Ahora vamos a contar un cuento y aparece ese otro relato paralelo. También era importante para nosotras la mezcla de lenguajes, el cruce entre la literatura, el cine, la televisión, el periodismo, la poesía; todo eso que está en la obra de Lamborghini en general y en Tadeys en particular. Por eso decidimos hacer la película en blanco y negro con cámara en mano, como un gesto no solo profundamente cinematográfico, sino también contraponiéndolo y a su vez acercándolo al lenguaje más teatral sobre la improvisación, aunque en esta obra no hay casi nada improvisado, vuelvo al concepto del vivo, que siempre tiene esa carga de lo imprevisible”.
“Al estar Albertina, y una propuesta audiovisual, creo que ella propone una mirada distinta, ambas estamos atravesadas por la literatura y teatro, y la idea era siempre que lo audiovisual no sea un adorno, es algo que sucede a menudo. En el teatro oficial sucede que muchas veces el audiovisual aparece al final del proceso, para nosotras era fundamental que la película que convive con los actores esté siempre desde el principio de los ensayos, de hecho la filmamos previamente para comenzar ya los ensayos con ella. Esta lectura de Tadeys que hacemos, con tanta convivencia de lo audiovisual desde el comienzo, con tantos actores y música, se la imaginó así desde el comienzo”, agrega Couceyro.
Sobre la actualidad del texto y la puesta, Capusotto dice “el poder es el mismo, se modifica, pero la sujeción de las masas para que en una unificación no se les vaya de las manos está contado en todas las épocas, hay algo de la discusión de lo femenino y sus luchas, que está presente, en esa femenización de los cuerpos, para que sean damas de compañía, está en el escrito, y en esta adaptación, y eso que los escritos disparan para más lugares, ves el libro y es tremendo. También es parte de lo que me interesó”.
“Para mí fue todo nuevo y como tal fue un gran desafío. Empezando por la formato de trabajo que no se parece en nada a la realización cinematográfica. Este un trabajo de repetición y de cuerpos en vivo a la eternidad. Todos se reían de mi porque yo me la pasé hablando del vivo y me decían “se llama teatro“. Ese de algún modo fue el primer gran desafío, entender apenas de que se trata eso del “teatro“ y a partir de eso empezar a pensar el espacio como tal, aunque en mi cabeza siempre eran cuadros, trabajé en términos de encuadre, o de cuadros vivos. Eso me dio cierta tranquilidad y de ese modo el espacio teatral dejó de agobiarme para volverse algo mucho más plástico y así apareció un espacio mucho más infinito incluso que el cinematográfico ya que trabaja con otros verosímiles, lejos de cualquier fantasía sobre lo real”, concluye Carri sobre su ingreso al teatro.
Tadeys se verá en el canal de youtube y las redes del Teatro Nacional Cervantes el 27 de marzo a las 20 horas