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Por Marcelo Cafferata

Apenas nos aproximamos a la sinopsis de “UN AMOR MEMORABLE” (“Supernova”, en el original) sabremos que básicamente la historia gira en torno a una pareja que deberá acompañarse en un proceso de enfermedad.

La idea que aparece, en ese momento, es que ya hemos visto muchas historias similares en torno a una enfermedad que impone cambios y esa sensación de despedida que lo invade todo junto con el hecho de tener que encarar la muerte de una forma digna.

Sin embargo este segundo trabajo del director Harry Macqueen (quien también está a cargo del guion) presentado en el Festival de San Sebastián y que ahora se puede disfrutar en la cartelera virtual de Cining (www.cining.com.ar), intenta explorar todo ese universo ya conocido, de una forma diferente, trazando un camino más sutil y menos explícito que como generalmente se lo aborda. Sobre todo, evita constantemente caer en el dramatismo o en la postura lacrimógena de una enfermedad en su proceso final y rescata, en cambio, las situaciones vinculares que involucran a los protagonistas frente a este nuevo orden.

Ellos son Sam y Tusker, quienes fueron pareja durante más de veinte años: Sam (Colin Firth) es un reconocido concertista de piano mientras que Tusker (Stanley Tucci) es un escritor que se muestra apasionado por el cielo y las constelaciones. Los encontramos emprendiendo un viaje con su “casa rodante” y su perro, recorriendo zonas rurales de Gran Bretaña en busca de descanso, con el objetivo de pasar mucho más tiempo juntos, lejos de las obligaciones, recorrer lugares simbólicos de su pasado y disfrutar cerca de sus amigos más íntimos.

Pero el tema subyacente no es precisamente este viaje que nos podría hacer pensar en un formato de road movie, sino la enfermedad que le fue diagnosticada a Tusker –hace poco más de dos años que sabe que tiene demencia prematura, Alzheimer- y el apoyo que deberá darle Sam durante este período tan delicado, quien siempre estuvo más acostumbrado a ser sostenido que a contener.

El guion escapa a todas las convenciones y se basa en grandes momentos escritos para dos actores entregados completamente a sus roles con una química y un entendimiento que atraviesa todas las escenas. Hay miradas, hay complicidad, hay mucha ternura, un delicioso equilibrio que evidencia un gran trabajo en equipo y una confianza dispuesta para construir sus personajes.

Más allá de todo dramatismo, “UN AMOR MEMORABLE” se apoya en los momentos de este viaje,  la cotidianeidad y las experiencias compartidas, que se convierten en el tesoro más importante que tienen para este tiempo que están atravesando y poder darle valor a cada día que pasan juntos,  disfrutando cada pequeño momento.

Este viaje a un importante concierto que dará Sam tiene ese valor de recapitular sus vidas, tomar postura frente a este golpe que los hace absolutamente vulnerables y sentar las bases de cómo encararán los futuros momentos más duros.

Los tonos sutiles con los que trabaja Macqueen no sólo permiten que Stanley Tucci  y Colin Firth demuestren su calidad de grandes actores sino que además les permite una elaborar sus personajes desde un registro aquietado, sereno –aún frente a las duras adversidades- que evita el drama sobrecargado, el estallido o el desborde que suele aparecer en este tipo de producciones donde abundan las escenas catárticas. Macqueen sabe que quiere evitar este terreno tan transitado y es precisamente ese punto de vista divergente lo que hace que “UN AMOR MEMORABLE” sea atractiva.

Un delicado trabajo de fotografía y una música que acompaña acorde a cada tránsito en la historia, complementan las dos notables actuaciones de Tucci y Firth en un interesante contrapunto actoral. Manejan a la perfección las cuerdas que propone el guion y sus trabajos despliegan sus sentimientos, son sutiles y sobrios y, al mismo tiempo, de una gran profundidad.

Una de las frases que menciona el personaje de Tusker en un momento de descarnada sinceridad dice “Quiero ser recordado por quien yo fui, no por quien estoy a punto de convertirme” y sobre esta idea fuerza se estructura toda la historia, con un clima coherente con esta propuesta, intentando ver cómo atravesar un proceso de enfermedad y sobre todo el vacío que potencialmente quedará frente a su partida.

Macqueen logra un relato intimista, de cámara, manejando silencios y primeros planos que hablan por sí solos, mientras una vez más Stanley Tucci y Colin Firth dictan una clase de actuación de gran nivel.

POR QUE SI:

» Stanley Tucci y Colin Firth dictan una clase de actuación de gran nivel «

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