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Por Marcelo Cafferata

Apenas se inicia “MIENTRAS ESTES CONMIGO” (una traducción algo caprichosa traducción de su original “I still Believe” / “Todavia Creo”) la placa que aparece, nos avisa que la historia que nos disponemos a ver está basada en hechos reales.

En cierta forma, esto nos pone sobre aviso del estilo que tendrá la nueva película dirigida por los hermanos Erwin (Andrew y Jon) quienes tienen en su haber trabajos como “Si sólo pudiera imaginar” “October Baby” o “Woodlawn”, siendo ésta la primera película de su autoría que se estrena comercialmente en nuestro país.

Justamente las películas basadas en hechos reales siguen una receta que parece encontrarse prediseñada, y el nuevo film de los Erwin duplica la apuesta de los lugares comunes y la estructura calculada y precisa, cuando se conjuga el tono de historia verídica con el típico relato de pareja adolescente enamorada en la que uno de los miembros –generalmente la mujer- padece una enfermedad terminal.

Desde “Love Story” (1970), la historia de un amor que intenta sobreponerse a cualquier enfermedad ya dejó marcado un estilo que, a lo largo de las décadas, otras tantas películas siguieron repitiendo, pasando por “Todo por Amor” (1991) con Julia Roberts hasta llegar a las más recientes “Un paseo para recordar”, “Now is good” con Dakota Fanning, “Irreplaceable you” en la plataforma Netflix o la taquillera “Bajo la misma estrella”, todas ellas líderes en empañar pañuelos en cantidades industriales.

Pareciera que ya lo hemos visto todo y entonces no hay nada nuevo bajo el sol en la propuesta de “MIENTRAS ESTES CONMIGO” más que una correcta fotografía, una puesta en escena completamente funcional a lo que se quiere contar y dos rostros bonitos en pantalla que responden a una cierta química que atrapa al público “teen”, ávido (?) de este tipo de historias.

Si bien el público adolescente puede estar interesado en consumir este tipo de productos y todos los elementos que “MIENTRAS ESTES CONMIGO” pone a disposición para que la historia fluya en los cánones típicos del drama romántico con la enfermedad regando de tragedia a una historia de amor perfecto, puede sonarles ajeno el fuerte componente de propaganda religiosa que el filme subraya permanentemente. No ahorra ni una sola oportunidad de mencionar el poder de la oración, los milagros en los que no hay que dejar de creer y la conclusión final de que Dios nos tiene deparado un plan perfecto para todos y que aún en estas situaciones que parecen tan injustas, siempre existe una explicación dentro del plan divino.

Los hermanos Erwin en su trabajo anterior, “Si sólo pudiera imaginar”, trabajan sobre el mismo esquema (cantante cristiano que atravesando una historia trágica intentan dar un mensaje de superación y optimismo frente a las vicisitudes) de forma tal que esta nueva película mezcla al pie de la letra todos los ingredientes de la receta y se conforma prácticamente como un plagio a sí mismos.

Sobrevuela en las dos horas de duración un aire de propaganda y pancarta cristiana, ayudado por un guion en donde permanentemente se mezcla al mismo nivel: enfermedad, religión, el poder de los milagros, la fe puesta en la oración y la posibilidad de sobreponerse al dolor y a las tragedias, donde la vida parece dar siempre una nueva oportunidad.

La historia del cantante Jeremy Camp y su profundo amor por Melissa cuenta con los protagónicos de K.J. Apa (uno de los protagonistas de “Riverdale”) y Britt Robertson (a quien vimos en “El viaje más largo” y “Tomorrowland” junto a George Clooney) quienes se muestran creíbles y correctos en este romance “blanco”, inocente y celestial, que se mueve dentro de los cánones más televisivos que cinematográficos, sin apartarse jamás del esquema que necesita una receta absolutamente pautada para armar una historia tan dramática como naïf.

La participación de Gary Sinise y Shania Twain (que luce extraña lejos de su faceta como cantante) como los padres de Jeremy, completa un elenco que luce tan correcto como el resto de la película y que no hace más que cumplir exactamente con todos los parámetros del género sin aportar nada novedoso ni creativo ni siquiera durante sus cuadros musicales.

Este estreno, sin embargo, trae consigo la buena noticia que es una de las novedades propuestas en la reapertura de los cines en algunos puntos de nuestro país, pero, como público, merecemos ver en pantalla grande alguno de los grandes estrenos que quedaron demorados en plena pandemia con la firma de grandes directores.

POR QUE NO:

» Fuerte componente de propaganda religiosa que el filme subraya permanentemente «

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