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Por Rolando Gallego

Tras su fachada de documental, Jennifer López: Halftime, no es otra cosa que una exhibición de glamour y frivolidad que intenta explorar el fenómeno tras la artista, pero termina desnudando una ambición desmedida por lo único que le falta en la vida: ganar un Oscar.

Que si le dieron sólo seis minutos para participar en el show de medio tiempo del SuperBowl, que si las nominaciones por su actuación en Hustlers llegan o no, que si puede sumar a su hije Emme a la presentación en el evento deportivo, solo algunas de las inquietudes que, incomodan, a Jennifer López.

El documental de Amanda Micheli sigue a la estrella de Hollywood meses antes de concretar su show en el 2020 compartiendo escenario con otra figura y referente de la música latina, Shakira.

El detrás de escena de esos caóticos días, donde queda muy en claro la personalidad obsesiva de López, pero también la vulnerabilidad con la que se enfrenta a su familia, en particular a su madre, con quien ha mantenido una relación de amor odio, insostenible por momentos, que lastiman una vez más sus heridas más profundas.

Cuando la vemos “actuando” para la cámara, es todo risas y exigencias, no hay una sola escena capturada de la vida real en la que la veamos siquiera despeinada, al levantarse, o con una lagaña en los ojos.  Porque el documental no busca esa verdad, como tampoco lo han buscado docurealitys como el de las Kardashians o el reciente First Class, monumentos a los egos, lujos y banalidades.

Y ahí es en donde Jennifer López: Halftime pierde su oportunidad, porque con su afán de construir un relato de bronce, sólo en el solapamiento, por ejemplo, de la obsesión y tristeza por no conseguir una nominación al Oscar, un destello hacia la verdad de la artista se plantea.

Los fanáticos estarán de parabienes al poder ver la preparación y la disciplina de esta mujer a la hora de encarar sus tareas profesionales, pero aquel que desee ir más allá de la simple superficialidad, no encontrará nada, porque justamente, Micheli, termina por filmar un houseorgan al servicio de López y nadie más que ella.

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