Por Rolando Gallego
Liliana Furió y Lucas Santa Ana reflejan, a partir de una pormenorizada investigación, entrevistas y el protagonismo de Ilse Fuskova en el centro, la lucha de la comunidad lgtbiq y el feminismo por lograr conquistas y nuevos espacios de visibilización.
“Nosotras no seremos abuelas de las ravioladas del domingo”, dice una Ilse entre risas ya avanzado el necesario documental que la tiene como eje y que además estructura la lucha de mujeres lesbianas y disidencias por lograr su lugar en la sociedad.
Desde sus comienzos en la revista Chicas de Divito, a las meriendas junto a amigas y charlas a sus 90 años, el repaso, justo, preciso, intenta develar una verdad que en consonancia con la evolución de la agenda de la sociedad Argentina para temas asociados a la homosexualidad, lesbianismo y otras diversidades, ha llevado muchísimos años para que puedan ejercer su libertad, y que aún hoy siguen censurándose.
Ilse, bella, dúctil, sabia, repasa su vida, con luces y brillos, pero también con dolores y recuerdos que la ponen en carne viva, y que, con la voz quebrada, y algunos olvidos, denotan el paso del tiempo, un tiempo que en un primer momento no avanzaba, pero que en sus luchas, de los últimos 30 años, al menos, se ha precipitado más que nunca.
La mítica mesa de Almorzando con Mirtha Legrand, donde por primera vez una personalidad asumía su lesbianismo en pantalla, frente a los misóginos comentarios de un invitado varón, o, la insistencia de la conductora sobre su experiencia ante los besos de una pareja gay, demuestran el porqué de la necesidad de una película como la de Furió y Santa Ana, para también tener presente a aquellas figuras que desde el eje del “mal”, han demonizado, nada más ni nada menos, que el amor.
POR QUE SI:
“Porque de manera simple y contundente, Santa Ana y Liliana Furió traen la voz de Ilse Fuskova en un relato que demuestra la intolerancia e imbecilidad de muchos ante aquello que desconocen”