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Por Marcelo Cafferata

El cine de Inés María Barrionuevo es un cine de climas, de pequeños relatos desarrollados en esos microcosmos a los que Barrionuevo plaga de detalles, siendo este entorno tan o más importante que la propia historia.  Así como en “Las Motitos” o “Julia y el Zorro”  captó el espíritu de las protagonistas femeninas que llevan el peso de la narración,  aquí en “CAMILA SALDRA ESTA NOCHE” acompañará el proceso de la protagonista (a cargo de Nina Dziembrowski), en un momento particular de su vida.

Debido a la enfermedad de su abuela, la madre de Camilia decide mudarse con ella y su hermana de La Plata a Buenos Aires, lo que implicará un nuevo colegio, nuevos compañeros y una sobre todo, una nueva mirada,  propia de un colegio religioso, lo que planteará ineludiblemente un tiempo de grandes cambios.

En la primera escena, un grupo de amigos pasea en un museo en donde aparece una figura con la que Camila se sentirá espejada, una figura enmarcada en el instinto sexual y un desequilibrio psiquiátrico. Algo de eso queda impregnado en Camila que inicia un profundo proceso de autoconocimiento, con implicancias en cuanto a su descubrimiento sexual y su propia toma de conciencia como mujer en una época en donde el feminismo y los derechos igualitarios están presentes en ese nuevo ambiente escolar.

Sus compañerxs discriminan (y también burlan y menosprecian) todo lo diferente: en esos comentarios aparecen reflejadas la homosexualidad, la elección por un aborto legal, seguro y gratuito, la feminidad (las amigas le insisten que se maquille) y los esfuerzos que harán (o no) cada uno de ellos para asegurarse de quedar parado en “el lado correcto”.  Lo que también plantea un momento de definiciones, de rótulos, de etiquetas, y Camila se encuentra justamente en esa búsqueda, incluso en su propia sexualidad en donde reniega de encasillarse en cualquier esquema preconcebido.

En ese nuevo ambiente escolar, la lucha contra el patriarcado está presente en forma permanente ya sea implícita o explícitamente en cada una de las acciones tanto de las compañeras como compañeros de colegio, en sus diálogos, en sus actitudes y sobre todo en un hecho del pasado que se irá develando a medida que transcurra la historia y que será determinante en los momentos finales.

Camila empieza a encontrar esa sororidad que quizás desconocía, la abierta posibilidad de una militancia, de formar parte de un movimiento político que se está gestando y llevar sus propias ideas y sentimientos a la práctica y luchar por ellos. En ese proceso de maduración, también encontrará una tensión mayor con su madre, ambas tratando de encontrar su nuevo rol en el vínculo e intentando buscar su propio nuevo equilibrio, aunque el proceso sea complejo y doloroso y genere algunas lastimaduras.

Tal como sucede en el cine de Barrionuevo, no hay estridencias ni pancartas panfletarias, todo discurre en pequeños detalles que van ilustrando las diferentes situaciones por las que atraviesa Camila en este nuevo estado de cosas. Al mismo tiempo que ella aporta en la construcción de una nueva conciencia, la directora trabaja fuertemente con la idea de soltar las ataduras de una sociedad machista que pretende poner a las mujeres en un lugar de sometimiento y la liberación de una estructura patriarcal donde abunda la cosificación.

CAMILA SALDRÁ ESTA NOCHE” es un claro ejemplo de una historia pensada dentro de una concepción nueva y diferente del rol de las mujeres (incuso, las mujeres en el cine) con un relato que se pone al servicio de lo que se quiere contar y no por el contrario, con una historia que oficie de excusa para un panfleto político. Barrionuevo escapa a todo eso, delineando personajes muy reconocibles, sin estereotipos, incluso con sus contradicciones a cuestas y su necesidad de cambio. Los encuentra atravesando momentos críticos (no sólo Camila está en pleno cambio sino que su madre también se encuentra sumamente vulnerable frente a la enfermedad de su propia madre), y la cámara los acompaña en ese proceso silencioso pero profundo.

Dentro del grupo de películas nacionales que aborda la adolescencia y sus conflictos, este nuevo trabajo de Barrionuevo aporta su propia luz a temáticas que aparecen sólo como historias secundarias o que tienen mayor presencia en los documentales, ocupando en este caso el centro de la escena, con un final absolutamente contundente y ejemplificador para la construcción conjunta de una nueva mirada social.

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