Por Marcelo Cafferata
Antes de que comience la función, empieza a sonar una música de jazz, que invade poco a poco, toda la sala. Hay algo de esa música que nos transporta y nos conecta, por ejemplo, con el cine de Woody Allen: las obsesiones, las historias de amor, las neurosis de los personajes y humor agridulce que atraviesa sus historias.
El ritmo que se despliega en las cuatro historias de “AMANTES, CASADOS Y DESCONOCIDOS” también tiene mucho que ver con esa forma de encarar las relaciones amorosas, los dilemas de pareja, las contradicciones que nos presenta el amor, a las que Woody les supo poner un sonrisa y un tono de comedia acompañado por una mirada incisiva y llena de sarcasmo, para tratar estos temas muy complejos a través de personajes que conecten rápidamente con el espectador.
En este caso, la obra escrita por Renée Taylor y Joseph Bologna (que también podríamos definir como la madre de “The Nanny” y su marido con quien estuvo en pareja por más de 50 años) propone cuatro historias bien diferentes, que tienen como común denominador las relaciones de pareja y las diferentes formas de amar. Esta pareja de autores, con un tono claramente neoyorkino, gana cuerpo en el trabajo de adaptación del texto de Gastón Cocchiarale (también director de la obra) que ha logrado imprimirle un tono claramente nuestro y por momentos, poder perder completamente de vista que se trata de un texto importado.
La primera historia es de una pareja que acaba de conocerse por aplicaciones y tiene su primera cita amorosa. Él la invita a subir a su casa. Ella, verborrágica e intensa, es una máquina de disparar pensamientos en voz alta sin ningún tipo de filtro, que apabullarían a cualquiera en un primer encuentro. Pero Matías resiste estoicamente intentando lograr el objetivo de poder tener algo de intimidad. Con mucho humor y con un ritmo casi frenético en los diálogos, los autores plantean lo difícil de conectar verdaderamente en un primer encuentro y del peso que cargan en sus espaldas los personajes, con la obligación de cumplir ciertos cánones propios de los encuentros por medio de las aplicaciones… y hacer su mejor papel.
La segunda la protagoniza Julián, quien encerrado en el baño trata de llamar la atención de Esteban, su amante, de quien necesita en forma urgente ciertas definiciones. En esta segunda historia aparece, en tono de comedia hilarante, el sufrimiento de ser el tercero en discordia y los deseos que se posponen en una relación de tres, si los personajes sostienen que no quieren salir lastimados ni dañar a nadie. Se hace presente el típico planteo de ¿es posible que en un triángulo amoroso nadie sufra? ¿Qué pasa cuando uno de los tres integrantes pide definiciones y cambia las reglas del juego… tiene derecho a hacerlo?
La pareja de Juan y Mariana son los protagonistas de la tercera historia donde se hacen presentes la rutina, la falta de deseo sexual, la crisis de pareja y la convivencia desgastándolo todo en una pareja de treinta y pico.
Finalmente Ricardo decidió cortar con Joana, su novia, pero los padres no logran entenderlo. En esta última historia la dramaturgia con suma inteligencia muestra las parejas que resisten el paso del tiempo tolerándose y olvidándose de sus propios deseos, frente a una pareja joven que no quiere hipotecarse la vida en una historia amorosa que les plantea muchas dudas desde el inicio.
Lo que sobresale en la puesta de Gastón Cocchiarale de “AMANTES, CASADOS Y DESCONOCIDOS” primeramente es el cuidado de cada uno de los detalles (con el diseño de vestuario y escenografía de Sabrina López Hovhannessian) generando en un mismo espacio físico, el ambiente propicio para las cuatro historias que dialogan entre sí en ese territorio común. El otro punto fuerte de la puesta es la seguridad con la que Cocchiarale conduce a su equipo logrando un desempeño de muy buen nivel.
Como toda historia coral y episódica, de acuerdo al gusto de cada espectador, alguna de las historias puede gustar más que otras, pero en general, la propuesta mantiene un nivel alto en cada uno de los cuatro capítulos. Los trabajos de Gonzalo Cirigliano y Jorge García en la segunda historia son realmente destacados porque pasan del amor al rechazo, de la clandestinidad a la desesperación, del desengaño a la atracción profunda. La Brenda intensa y neurótica de Maru Blanco en el primer episodio y la pareja adulta conformada por Diego H. Wainstein y Silvia Pousada durante el último episodio, también sobresalen particularmente dentro de un elenco donde todos tienen su posibilidad de lucimiento en un texto donde cada uno se verá irremediablemente reflejado en algún sentido y en alguna de las situaciones y que nos invita a reflexionar con mucho humor sobre las relaciones de pareja y los compromisos en momentos de amor líquido.
AMANTES, CASADOS Y DESCONOCIDOS
De Renée Taylor y Joseph Bologna
Adaptación y Dirección: Gastón Cocchiarale
Asistencia de dirección: Juliana Barisci
Con: Juanma Docampo, Maru Blanco, Gonzalo Cirigliano, Jorge García, Matías Sosa Fende, Pilar Sánchez de Leo, Diego H. Wainstein, Luciano Massimino, Silvia Pousada y Manuela Yantorno.
TEATRO TIMBRE 4 – México 3554 – Sábados 22:30 hs