Por Marcelo Cafferata
El director de “Vida en Falcon” y la recordada “Cama Adentro” con Norma Aleandro y Norma Argentina, se zambulle nuevamente en el mundo del documental para lograr con un formato netamente periodístico, reflexionar sobre el incendio ocurrido el 5 de febrero de 2014, cuando el barrio de Barracas se vio completamente revolucionado por la destrucción total por el fuego de un depósito de la empresa Iron Mountain: una firma que a lo largo de todo el mundo ofrece sus servicios de custodia de documentación financiera y contable, teniendo como principales clientes a banco y a diversas corporaciones transnacionales.
Durante este evento lo más sorprendente fue la velocidad con la que se desmoronó el depósito, teniendo inclusive un registro visual del momento en que se desploma una pared entera, que cae sobre los bomberos que se encontraban trabajando en el lugar, cobrándose la vida de diez víctimas fatales más otros tantos heridos y compañeros que han quedado con graves secuelas psicológicas.
El documental apelando a una narrativa de investigación periodística, muy didácticamente va trazando la vinculación entre este hecho y las más de 30 causas vinculadas con el lavado de dinero por las que la UIF (la Unidad de Información Financiera) se encontraba investigando a las empresas y allanando sus oficinas. Casualmente, gran parte (por no decir la totalidad) de la documentación que respaldaba estos movimientos financieros se “perdió” en el incendio y por lo tanto ciertos grupos económicos como Banco Patagonia, HSBC, BNP Paribas o empresas como Jumbo, Exxel Group, Monsanto o Pago Fácil vieron cómo su documentación respaldatoria fue comida por las llamas.
De la investigación surge que este hecho se ha repetido desde 1997 en adelante en varias oficinas que Iron Mountain tenía a lo largo y a lo ancho del mundo. Lo del depósito de Quinquela Martín y Jovellanos en Barracas no fue un hecho aislado lo mismo ocurrió en Nueva Jersey (USA), unos nueve años después casi simultáneamente en Ottawa (Canadá) y en Londres, hecho que también se repitió en Aprilia (Italia) en 2011.
A través de los testimonios de los compañeros de los bomberos fallecidos en cumplimiento del deber, de sus familias y de los diferentes actores que fueron participando en el caso que se transformó en un proceso judicial, Gaggero va hábilmente desentrañando todo el entramado que subyace en el caso. Que aunque parezca obvio, siempre la Justicia tarda en actuar contra estas potentes corporaciones que, además, se suman a la vinculación con esferas del poder político que va dejando cada vez más desfavorecidos a todos los sobrevivientes y a las familias, quienes ni siquiera pudieron recibir una ayuda directa y pertinente por parte de las Organizaciones estatales y paraestatales que debiesen haber brindado contención y asesoramiento en ese momento tan complejo.
Lo que para los familiares era un simple hecho fortuito y sumamente doloroso, se va develando como un verdadero incendio premeditado e intencional sobre el que todavía no existe condena y que además se agravó con la persecución deliberada a ciertos familiares que pedían explicaciones y esclarecimiento de los hechos, agravados fundamentalmente por las relaciones de funcionarios de la política con Iron Mountain en forma directa.
No cabe más que señalar que el Ministro de Desarrollo Urbano de CABA, Francisco Cabrera, tuvo a su cargo la creación del Distrito Tecnológico con exenciones impositivas, de las cuales Iron Mountain era el corazón y centro del emprendimiento y que el propio Cabrera había sido empleado del HSBC, una de las entidades financieras “beneficiadas” por el incendio.
A una cronología desarrollada en forma pedagógica para que sea fácilmente comprensible y una precisa exposición de los acontecimientos, dos grandes logros del guion de Carlos Castro, se suma la narración de Cecilia Roth (tan acertada como recordamos la colaboración de Mercedes Morán en otro gran documental en “No viajaré escondida”) que aporta intención y mayor claridad al devenir del relato, que se va alimentando de los testimonios.
“EN CUMPLIMIENTO DEL DEBER” se suma de esta forma a la gran producción de documentales nacionales sobre hechos que deben ser visibilizados y que permita ver, a nueve años de este trágico acontecimiento, que los familiares de las víctimas no han logrado justicia alguna (más que algún resarcimiento económico que ellos mismos describen como traumático por el contexto y el abuso en la documentación que los impulsaron a firmar en un momento donde apenas salían del asombro y del shock de lo vivido) y que los expedientes judiciales siguen durmiendo en los estantes de algún Juzgado a pesar de la contundencia de las pruebas y de las manejos que se evidenciaron dentro de la propia empresa y su oscuro modus operandi.