Tiempo de lectura: 3 minutos

Por Marcelo Cafferata

Con Vivi Tellas a la cabeza, hace algunos años (más de 20 ya!) nació el Proyecto Biodrama, innovadora propuesta que trabajaba con la idea de un teatro documental, conceptualmente rupturista y diferente, en donde lo que sucedía en escena reflejaba, aún con licencias dramatúrgicas, algún hecho real del que, inclusive, se invitó a participar a intérpretes no profesionales.

Algunos rasgos de esta nueva propuesta se fueron replicando en otros trabajos a lo largo del tiempo y fue así como surgieron algunas obras en donde la riqueza de entremezclar ficción y biografía, realidad y espacio escénico, fueron dando espacio a otras nuevas formas de este teatro de lo real.

Sebastián Suñé vuelve a borrar las líneas de realidad / ficción en su último trabajo, “UNA OBRA PARA MI” en donde es el dramaturgo y el intérprete, que justamente compone a un dramaturgo que debe escribir una obra para presentar en un Festival en la cual deberá exponer ciertos elementos autobiográficos, con lo cual presenciamos una especie de Mamushka que irá develando capa sobre capa en un cautivante juego teatral.

Suñé aprovecha este mecanismo de límites borrosos, difusos, apuesta a cuánto de lo que hay en escena es su propia historia y, a partir de ese disparador, la obra crece tanto en lo que plantea como en la potencia de ambos intérpretes: el dramaturgo (al que da vida el propio Suñé) y su pareja (Francisco Bertín) quienes presentarán su cotidiano a modo de “escenas de la vida conyugal” que se entremezclan con los vericuetos del proceso creativo de una obra teatral. Que no es más que el entramado de la pieza que estamos viendo en este mismo momento y se potencia aún más ese juego dentro del juego.

La entrega de Bertín y Suñé en las composiciones es total. Adjetivo que a veces suele plantearse como lugar común pero que, particularmente en este caso, hace justicia para describir el proceso donde ambos actores pasan por una gama diversa de emociones e intensidades que van desde el drama a la comedia del absurdo, pasando por alguna pequeña coreografía y un paso musical hasta una intensa corporalidad puesta en escena que requiere de un afinadísimo instrumento puesto al servicio del texto, por parte de ambos.

Si bien las actuaciones logran ese efecto hipnótico en el espectador precisamente por la precisión y la fuerza con la que ambos transitan cada uno de los tramos, la estrella de “UNA OBRA PARA MI” es la idea, la dramaturgia y la búsqueda de un lenguaje autoral diferente.

Suñé despliega en su dramaturgia, la “cocina” y la forma en que elige contar una historia, los mecanismos y los resortes que decide poner en marcha para que el engranaje de una pieza funcione.  Disecciona a su propia pluma y desnuda sus recursos para que la entrega de la obra se multiplique en diferentes capas.

Hay proyecciones de frases en la pared que juegan con la intertextualidad, algunos paréntesis para cambiar diametralmente de tono con una pequeña obra dentro de la obra con “Mi vidita perfecta” impecable ejercicio de mordacidad e ironía para ir descubriendo, al mismo tiempo, que no todo es lo que pensábamos sobre esta pareja cuando se presentaron en un primer momento, para ingresar en un terreno más fantasmático y melancólico.

En poco más de una hora Suñé logra mostrarse como uno de los dramaturgos más interesantes del teatro actual, teniendo en cuenta que toca un registro tan diferente respecto de otros de sus trabajos recientes en cartel como el musical “Canibal” dirigido por Corina Fiorillo o la comedia “Delia” que bordeaba los límites del humor disparatado con una mirada centrada en el mundo del psicoanálisis, aún cuando toma elementos de cada una de ellas para transformarlos en un nuevo discurso, innovador y profundo.

UNA OBRA PARA MI” bucea sobre este teatro de la autoficción y logra encontrar un atractivo especial en su forma narrativa y en la osadía de una propuesta que no tiene miedo de romper con algunos límites ni caer en determinados clichés a los que inteligentemente autoparodia.

UNA OBRA PARA MÍ

de Sebastián Suñé con Francisco Bertín, Sebastián Suñé

Dirección: María Lía Bagnoli, Sebastián Suñé. 

Espacio Callejón, Humahuaca 3759, Sábados, a las 22.30

Compartir en: