Tiempo de lectura: 4 minutos

Por Marcelo Cafferata

En “Ficción Privada”, último trabajo de Andrés Di Tella, se recupera la potencia de la correspondencia, de las cartas y de la palabra escrita –los sobres, el papel, la tinta- para narrar la historia de amor de sus padres.

En “TRANSOCEANICAS”, película de apertura del nuevo festival “La Mujer y el Cine” que puede disfrutarse en forma online y gratuita en www.vivamoscultura.buenosaires.gob.ar, Lucía Vassallo y Meritxell Colell, directoras y protagonistas de la propuesta, vuelven a poner en valor ese mecanismo de las líneas escritas, del peso de las palabras y de lo literario, para narrar su historia de amistad que tiene múltiples puntos de contacto, más allá de que ambas, obviamente, tienen un claro amor por el cine.

Todo arranca en verano de 2015 cuando Lucía intenta ser turista y extranjera en la propia Buenos Aires, frente al regreso –no tan deseado- a su ciudad. Atrás queda su experiencia en Barcelona y comenzará a vincularse con Mertixell a través de esas cartas que el filme recupera, mezclando las palabras con imágenes, prescindiendo en buena parte de la película, de cualquier artificio musical o de sonido que acompañe.

De esta manera, el típico recurso de la voz en off se cambia por una serie de imágenes, de planos y de secuencias de diferentes texturas y matices que van ilustrando los distintos fragmentos de las cartas que han elegido y aparecen impresas en la pantalla, las que van dando cuenta, registrando, poniendo en palabras, cómo ambas irán vinculándose a la distancia, a lo largo de tiempo, compartiendo sus vivencias, sus experiencias, sus sensaciones y sus exploraciones personales.

Aparecen las mudanzas, los diferentes espacios que van tomando forma, los objetos encontrados que van reconstruyendo los recuerdos –que pueden ir desde boletines de calificaciones que guardó obsesivamente una de sus madres hasta posters de películas famosas o una alfombra que ya no queda bien en el cuarto y se arranca para cambiar el ambiente- y, casi sin proponérselo, también estará presente, paulatinamente, el inexorable paso del tiempo y los cambios que fueron surgiendo en cada una de sus vidas, en su entorno familiar y en cierto modo, también en sus ciudades.

TRANSOCEANICAS” rescata el tono confidencial e íntimo de las cartas, lo profundo de los sentimientos que se vuelcan (volcaban?) en el papel y ese diálogo que se marcaba con un tiempo diferente a la inmediatez de las comunicaciones de hoy en día, cuando se esperaban días y semanas por una respuesta, cuando aparecían pausas y algunos desencuentros. La puesta de Vassallo / Colell toma ciertos riesgos al estructurar un lenguaje propio para la propuesta, diferente a cualquier otra narración: la película prescinde por gran parte de su duración de diálogos, de voces o sonidos para darle prioridad a ese lenguaje que construye entre palabras e imágenes.

Así como dos cineastas como Carla Simón y Dominga Sotomayor dialogan en su corto “Correspondencia” (2020), también Vassallo / Colell hablarán sobre sus proyectos, sobre sus películas (aparece muy claramente la referencia a “Con el viento” de Colell o los primeros días de filmación de “Línea 137”, el documental de Vassallo) y su admiración al cine de Ozu (salpicado con unas bellísimas imágenes de Japón), cineastas taiwaneses con Hou Hsiao-Hsien, Win Wenders o Jonas Mekas, entre otros.

De esta forma, a través de sus textos, de sus experiencias compartidas, esa amistad separada geográficamente por un océano inmenso, acorta su distancia y atraviesa husos horarios y costumbres, para seguir manteniéndolas unidas y hermanadas, sintiendo que la distancia no es ningún impedimento para seguir acompañándose en los nuevos desafíos.

A modo de diario íntimo, de registro de “viaje”, de bitácora, ambas usan las palabras, la poesía, las imágenes en movimiento para expresar todo lo sucedido en ese vínculo que no sólo se mantuvo sino que se profundizó y creció a lo largo del tiempo. Quizás una duración un poco prolongada resiente parcialmente el ritmo de la propuesta, pero las directoras rápidamente cambian el registro sobre el tercio final del filme, no solo incorporando algunos otros elementos y modificando la narrativa sino que además comienzan a entretejerse ciertos recuerdos del entramado familiar como la presencia de una abuela que aparece dentro del material y abordando el tema de la maternidad –incluido el registro del embarazo de una de ellas- como un nuevo punto de contacto, sobre el que ambas comienzan a dialogar y analizan cómo ha impactado en sus vidas.

TRANSOCEANICAS” se permite jugar con la pantalla como un lienzo en donde expresar diversas emociones, diversos momentos vividos, de una forma poco convencional, intentando explorar un nuevo registro documental y rindiendo, al mismo tiempo, un homenaje a esa pasión por el cine –que sigue apareciendo como pulsión vital a pesar de los impedimentos, de los recortes presupuestarios, de subsidios que se comen por las variaciones del tipo de cambio o de problemas de producción que generan ese stress adicional que significa ponerse detrás de la cámara- que es el gran punto de unión para esta amistad que desafió las fronteras, y no sólo se sobrepuso al paso del tiempo sino que dio pie a esta hermosa experiencia que hoy comparten en forma de canto al cine que tanto aman / amamos.

Compartir en: