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Por Marcelo Cafferata

Conocemos el cine de Ayar Blasco por sus trabajo de animación como “Mercano, el Marciano” codirigido con Juan Antín, “El sol” y la reciente “Lava” en donde participaba Sofía Castiglione, ahora protagonista de su primer film de ficción, “La vagancia” que toma todo el espíritu de su anterior filmografía, para trasponer este humor delirante y descabellado, a la acción en vivo.

Apenas iniciada la película, la pareja central (Castiglione – Blasco) en uno de sus tantos diálogos, deja escapar lo que podrían ser algunas referencias al estilo de humor que atravesará toda la propuesta. Se mencionan, entre otros, a “Cha Cha Cha” y los “Monty Phyton” y algo de ese espíritu de juego, de no temer al ridículo, de rayar el absurdo y de no atarse a ningún esquema, estará presente aunque de una forma desordenada e incoherente.

En “La vagancia” se acumulan, sin solución de continuidad, esta protagonista que cuando se enoja emana una fuerza incontrolable que deja sin voluntad a los que la rodean (superpoder desarrollado a partir del bullying sufrido en su infancia), presencias fantasmales, espíritus que se cuelan en las redes para sabotear emisiones radiales (Cumbio, a cargo de Martín Piroyansky) y diversos elementos que pueden funcionar perfectamente dentro del campo de la animación donde todo es posible, pero que en este caso, no logran ser ni creíbles ni divertidos: sencillamente quedan como un fallido intento de surrealismo y absurdo que parece destinado a naufragar a pocos minutos de iniciado el filme.

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