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Por Rolando Gallego

Eduardo Pinto dirige Sector VIP, protagonizada por Martina Krasinsky, Luis Machín y Joaquín Berthold, narrando una oscura historia de sumisión y corrupción, con la noche y las mujeres como epicentro.

LudicoNews dialogó con Berthold, para conocer más sobre Paul, un personaje completamente diferente a los que venía trabajando, y que ejerce una violencia particular sobre Giny (Krasinsky), la protagonista.

¿Qué tan difícil fue componer a Paul, escondiendo la verdadera naturaleza del personaje?

Es un personaje fuerte, muy rico para interpretar porque tiene mil caras y uno puede tomar elecciones, elecciones emocionales para llevar adelante la historia, sin dudas es el gran antagonista de la historia, el que lleva el conflicto y pone en jaque a todos los personajes. Son roles que uno desea que les toque, entendiendo que es un juego, y haciéndolo con verdad, que cuanto más verdad podes llegar al otro. Paul es un personaje fuerte, seguro de sí mismo, un personaje para el que el fin justifica los medios, más allá de si se encariña o no con el resto de los personajes, es alguien avasallante que pondrá siempre ante todo su status y negocio y nada podrá modificarlo.

En tiempos de empoderamiento femenino y en donde las mujeres se animan a no callar más nada, ¿cómo fue rodar escenas de tanta violencia explícita e implícita para con las mujeres?

A eso apunta la película, es una película de denuncia hablando de lo que sucede hoy, y que cada un segundo en este mundo muere una mujer en manos de un femicida, y hay mucho que hacer, y la película viene a exponer eso, como diciendo “cuidado”, hay mucho todavía que hacer, y el cine en ese sentido, cuando se transforma en comunicador, combinando el arte, con el mensaje y la reflexión es lo más rico de una película. Sector VIP es eso, viene a poner en jaque muchas situaciones que vive una parte de la sociedad, tanto por la corrupción, como la manipulación, con esta búsqueda de corromper al otro para buscar su propio beneficio y la película viene a denunciarlo, expone el tema, lo hace visible, el final tiene que ver un poco con eso, quienes ganan, los buenos, los malos y la película la cierra el espectador, activo, que puede completar su visión sobre la obra. La película es una denuncia que viene a destapar, y uno cuando está en estos proyectos es cuando gratifica más, que no sea sólo un entretenimiento, sino también una búsqueda de reflexión sobre nuestras propias miserias, este sentimiento humano de escalar pisando cabezas sin importar quién esté abajo, no hay clases sociales ni grietas ni nada. Otra gran parte es la que se deja corromper con eso, por necesidades y por falta de muchas cosas, hay mucho para hablar, la película viene a exponer el tema de la trata como eje fundamental, más allá que luego se hable de la corrupción política, mediática, judicial, qué se habla, qué no, qué da rating, hay mucha tela para cortar en Sector VIP. Con respecto a la violencia  con respecto a la mujer nos toca armar equipo, generar mucha confianza, con Martina trabajamos mucho para las escenas, para que ella y yo nos sintiéramos cómodos con lo que estábamos haciendo, con contención del equipo y el director, Eduardo Pinto, conteniendo, para contar con la mayor verdad posible sin que nadie salga lastimado para contar el mensaje que queremos con la película. Hay veces que no hay tantos recursos, pero todos estamos con la remera puesta, eso es el plus de nuestro cine, los que hacemos cine sabemos que hay que ponérsela para hacer cine en Argentina, y desde el día uno lo hicimos para contar un relato tan crudo como es esta película.

¿Qué sabor tiene hacer de “villano”?

Es un poco lo que ya te decía antes sobre el personaje, son los que uno quiere hacer, estoy feliz de haber interpretado a Paul, porque son los personajes más ricos, los que arman plan, los que accionan, los que generan.

¿Expectativas con el estreno?

Estamos muy contentos con el estreno, queremos que tenga difusión, es un momento muy difícil, para realizar, para estrenar, no hay cines, pero nos pasa lo mismo con el teatro, abiertos con un aforo muy pequeño, es un momento difícil, porque trabajamos con el cuerpo es complicado, el virus nos viene a separar, no lo podemos hacer desde casa, sino juntos y en equipo, es un momento difícil y queremos que lo que hacemos tenga la mayor difusión posible, y en el caso de la película nos encantaría que se vea mucho, nos gustaría que el público nos acompañe, porque mientras más juntos estemos más posibilidades tenemos que nuestro trabajo se vea, queremos contar una historia, entretener, reflexionar, discutir, y cuanto más se vea más contentos vamos a estar.

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