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Por Rolando Gallego

A 16 años del asalto más famoso a un banco de Argentina, en el que un grupo de hombres robó millones de pesos y se evaporó, llega un documental que sorprenderá.

-¿Qué recuerdos tenían del robo antes de embarcarse en la película?

-Matías Gueilburt: Muchos, porque uno como hacedor de cosas, pensás “acá hay una gran historia”, la espectacularidad, lo teníamos en la cabeza, nos había llamado mucho la atención y sobre todo el cartel que marcó una ideología y eso lo hacía único. Después seguí todo lo que iba saliendo sobre el tema de curioso y cuando salió la película de ficción, que la produjo gente cercana a nosotros, y Julián, nuestro tercer socio, habló con ellos y ahí empezó un proceso de conocer a los protagonistas y entendimos que había que contar, no tanto el robo, sino el mito sobre el robo del siglo, quiénes eran los que estaban detrás de eso, y conocimos a Fernando, a Vitete, a Sebastián y a Beto y apareció un mundo increíble de una gran riqueza. Hoy en día, donde ellos ya pagaron su condena, es una manera de ver cómo la sociedad puede incorporar a ciertas personas, porque ellos ahora escriben libros, hacen películas, antes se dedicaban a robar, y eso también es algo lindo para que se vea.

-Sebastián Gamba: Me acuerdo mucho de las noticias, de Crónica, a quien le hjcimos un homenaje en el documental, por sus carteles desopilantes. Recuerdo los canales de noticias con la información todo el tiempo, algo que se revivió cuando salió la ficción, y quisimos enfocarnos en los personajes.

-Matías Gueilburt: Trabajando ya el documental nos encontramos con las noticias de ese momento con sus contradicciones.

-Sebastián Gamba: Es interesante ver el archivo porque uno encuentra las confusiones del momento, sabiendo ya la historia, el nivel de confusión que había en ese momento que no se sabía dónde estaban estos tipos. Es muy interesante verlo a la distancia.

-Hablando de archivo, ¿fue complicado conseguir imágenes?

-Matías Gueilburt: Siempre el archivo es un talón de Aquiles. Tenemos mucha experiencia, y hay lugares del mundo donde está más organizado, acá recién ahora se está haciéndolo. Nosotros siempre trabajamos con Lila, de archivo, que es la que nos abre las perlas del universo del archivo. Es mucho trabajo, porque además el material que había era del segundo acto.

-Sebastián Gamba: Hoy te ayuda mucho internet, pero en Argentina es complicado el archivo, y cualquier país desarrollado tiene todo organizado, pero es muy caro mantener el archivo, pasar materiales a otros con un costo muy grande, y hay, por ejemplo, canales de televisión que no tienen nada clasificado, entonces lo encontrás por otro lado.

-¿Cómo manejaron el ego de los personajes?

-Matías Gueilburt: No los manejamos, nosotros fuimos escuchándolos a cada uno y así fuimos construyendo el relato con libertad, la idea nació de Fernando y partimos desde ese momento, pero al ser un equipo, un engranaje perfecto, fuimos construyendo los momentos de cada uno de los integrantes. Los egos de cada uno no los íbamos a limitar con el documental, no queríamos trabajar con ellos en conjunto, sino en separado, porque si no uno se iba ir comiendo al otro. Hay un recurso que utilice que fue el reencuadre de la imagen, para destacar a cada uno.

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