Por Rolando Gallego.

En un año que la tuvo en el cine en dos oportunidades, Paloma Contreras estrena «La Sabiduría», de Eduardo Pinto, protagonizada por Sofía Gala, Analía Couceyro y elenco. Tras «Alicia», vuelve al cine con todo y LUDICO dialogó con ella.
Te llega el guion, ¿qué fue lo primero que pensaste?
Lo primero, entre que nos llegó a Sofía y a mí, pasaron muchos años. Era cuatro o cinco años más chica, y me impacto la fiereza del mundo donde ingresaban las mujeres, y más allá que se modificaron algunas cuestiones, se mantuvo el encuentro de mi personaje con ese animal mítico. Siempre le dije a Eduardo que eso me gustaba, porque era algo que sumaba, tiene una conexión con lo natural por su origen, de una manera intuitiva.
Ella llega y mira el campo y lo imagina como un mar…
Sí, y es la primera que se puede desconectar de todo, naturalmente le sucede, y me siento muy identificada con eso, porque, si bien soy porteña y nací acá, puedo hacerlo cuando viajo.
Las protagonistas toman parte en el asunto a partir de una situación que sucede en el relato ¿cómo crees que dialoga con la actualidad y su conexión con la vida en el campo?
Es donde sucede todo, un lugar tan asociado al hombre, al trabajo con la tierra, y tanto hombres como criollos han tenido a la mujer cautiva, hay un homenaje a “La Cautiva”. Hablamos mucho, antes de filmar, porque la mujer que está armada está mal vista, no es femenina, o es un hombre. En “Teoría King Kong”, la autora cuenta que aún estando “armada” en un hecho de violencia que padeció, no pudo defenderse como un hombre, que es algo mental, acá se da una vuelta de tuerca a esa idea, que la mujer no tiene que ver con lo indefenso, con el hogar, y si es débil, mejor, eso no quisimos mostrar.
¿Qué encontrás en el cine que no encontrás en otro soporte?
Tiene una conexión muy particular, el hecho de los escenarios, que el mundo de ficción es un mundo real, el trabajo es muy sutil e impacta de manera muy fuerte en tu vida, la película empieza a tener efectos concretos sobre tu vida y es una experiencia increíble. También el hecho que los equipos sean tan grandes, eso me conmueve, y como siempre ocurre el milagro tras pensar que algo no iba a salir. Como en “La noche americana”, que la película se mete en todo.
«Tiene una conexión muy particular, el hecho de los escenarios, que el mundo de ficción es un mundo real, el trabajo es muy sutil e impacta de manera muy fuerte en tu vida, la película empieza a tener efectos concretos sobre tu vida y es una experiencia increíble»
¿Cómo fue este año compartir películas con Patricio Contreras y Leonor Manso, tus padres?
Siempre es lindo, y cuanto más grandes nos ponemos, hay algo más emocionante, es hermoso. Con Sofía hablamos mucho, porque es muy impresionante esto que la primera vez que filmé yo ya había estado en un set. Yo sabía que tenía que hacer silencio, nadie me lo dijo, me decían en el arranque, que segura que estaba, pero era algo familiar, y creciendo, y luego de haber transitado la propia experiencia más allá de eso, volver a encontrarte con aquellos que te iniciaron en ese mundo es muy conmovedor, y se comparte desde un lugar muy íntimo, con ellos compartimos muchas reflexiones sobre el oficio.
¿Cómo sigue el año?
Filmé con Natural Arpajou, que se llama “Libre”, hice una participación muy hermosa, pero los protagonistas son los chicos de la Villa 21 de Barracas, un giro interesante, donde ellos cuentan su propia historia. Estoy preparando para teatro desde dirección y dramaturgia un proyecto que se verá en Abril. La acción se desarrolla en un centro de estética en decadencia y desde ahí se disparan cosas.
¿Cómo te sentís con esto de dirigir?
Fascinada, y tengo una mirada sobre su trabajo desde mí lugar, dándoles libertad y yendo con prueba y error, sin a prioris, de hecho la dramaturgia surge desde improvisaciones de ellas y desde ahí armo todo, esto me tiene muy entusiasmada, armamos el grupo después de un seminario de las “Piel de lava”, que disparó para que podamos seguir trabajando e investigando.
PH: Nicolás Savine