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Por Rolando Gallego

Tras un recorrido por varios festivales del país vecino y su estreno allí llega a los cines locales DOS TIEMPOS de Pablo Francischelli, un intenso viaje sensorial que demuestra el amor por la música.

El artista Yamandú Costa, de gran éxito en Brasil, siempre se refirió a Lucio Yanel como su maestro y Francischelli los une cinematográficamente en Dos Tiempos, su nueva película documental.

-¿Cómo surgió la idea de hacer la película?

-Ya tenía una relación con Yamandú Costa, habíamos hecho cosas juntos, filmé cosas con él, hicimos una serie que se llamaba Siete Vidas, siete cuerdas, viajamos por todo el país, fuimos a Rusia a hacer un capítulo sobre la guitarra de siete cuerdas, tenemos una relación y siempre me hablaba de Lucio. Un día le dije que quería hacer algo con él, porque me interesaba el hecho que haya ido a Brasil y que haya podido torcer la música del sur de Brasil con una importancia. Me interesaba hacer una película pero no una biografía sino reflejar la relación de alumno y maestro que tenían, y finalmente coordinando agendas pudieron hacer ese viaje que se debían y nos pareció lo mejor.

-Aceptaron rápidamente que se haga la película

-Sí, cuando note que a Yamandú le había gustado la idea intenté crear un vínculo con Lucio, fui hasta su lugar, Caxias do Sul, hablamos, aceptó, recibió bien la idea, pero tuve que ir varias veces para entablar la relación, y nos hicimos amigos, se abrió y contó cosas que luego aplicamos en la película, lo entrevisté sin cámara para que me contara cosas, y con eso partimos para la escritura del guion e hicimos un viaje, uno de los productores y yo, desde Porto Alegre hasta Corrientes. Había cosas que él decía y se entusiasmaba por el espacio que él piensa que se merece, y yo también, entonces la idea era conocer estos lugares y ver cómo podían entrar en la película y cuáles no, a partir de ese viaje comenzamos la escritura.

-¿Por qué la elección de “road movie documental”?

-A mí me interesaba la ruta como símbolo, como metáfora de los propios personajes, específicamente Lucio, que es un nómade, hasta ahora que está en CAIXA, sino partió de Corrientes, su padre ferroviario, lo mandaba de un lado a otro, y lo incorporó en su vida, estuvo en Buenos Aires, Ituzaingó y otros lugares que no recuerdo, pero para mí el género era una metáfora de él, y una posibilidad de suscitar acciones para la película, porque no quería que se contara a partir de entrevistas tradicionales.

-¿Qué fue lo más difícil del rodaje?

-El tiempo, porque generalmente mis otros proyectos y los documentales necesitan de un tiempo para decantar, pero por agenda, específicamente, de Yamandú, nos dio generosamente 20 días, desde el inicio fue una condición, y eso de salida fue un desafío, y lo que hicimos fue escribir el guion como si fuera de guion. Después de todo el proceso previo que fue de casi dos años, se escribió el guion para enfrentar el poco tiempo, con el gesto documental, claro, de esperar lo inesperado, como diría Heráclito, ver de dónde salir y hasta dónde queríamos llegar. Después en el rodaje, todo lo que habíamos imaginado y lo que no entraran.

-¿Se estrenó en Brasil?¿Expectativas con la llegada a Argentina?

-Sí, en mayo. Era algo que esperábamos, que se estrene en los dos países, para que se relacione con el público, y la expectativa es difícil, porque es una película de presupuesto pequeño, pero que pueda abrir su camino, su propia ruta, que es un poco lo que pasó en Brasil, creándose una red de personas que les interesa la película y va encontrando su público, así que también esperamos que en Argentina encuentre su público.

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