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Por Rolando Gallego

Viento del este, un documental sobre Maia Gattás Vargas, en la que reflexionas sobre su padre y su identidad palestina llega a los cines luego de pasar por varios festivales desde su estreno en DOC BuenosAires. Con ella hablamos para saber más detalles de la propuesta.

¿Cómo fue el paso del corto al largo?

Uff muy intenso, es muy distinto el proceso. Yo vengo de las artes visuales y las formas de producción son más sencillas y rápidas. Aprendí mucho de la larga temporalidad del cine y del trabajo en equipo. Si bien es una película pequeña y barata, para lo que es el cine industrial, siempre se necesita mucha ayuda, especialmente en la posproducción.

¿Fue difícil encontrarle la forma?

Muy difícil pero muy lindo. ¡Es mi parte preferida! Creo que el desafío del arte es justamente eso, buscar formas.

Con el paso del tiempo, la película ha cobrado aún más relevancia dada la situación palestina ¿Cómo te sentís con que se estrene en este momento?

Sí, fue raro para mí. Yo milito la causa Palestina desde que me enteré que mi familia vino de ese territorio, es decir desde 2012, aproximadamente. Fui buscando diferentes modos de militancia durante todos estos años: desde lo más «tradicional»: ir a marchas, apoyar al BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones), difundir la causa, organizar ciclos de cine, etc. Hasta militancias menos tradicionales como armar una banda de rap llamada Palestina Monamur, con mi amiga Isabel Di Campello. La película estuvo latente en todos estos años y si bien la comencé pensando como «la voz de alguien de la diáspora Palestina desde Argentina», poco a poco se fue transformando, creciendo en lo poético y lo sútil. Desde octubre de 2023 hasta hoy, mucha más gente está al tanto de la ocupación en Palestina, o al menos mucha más gente se enteró que algo pasa «allá lejos». Mi estreno internacional fue en el Jihlava Documental Film Festival de República Checa y fue a fines de octubre de 2023. Fue muy difícil porque algunas personas cuando escucharon la palabra «Palestina» en la voz en off y se pararon y se fueron del cine…Hoy me alivia estrenar en un contexto de cese al fuego, no es para nada una solución, pero ver la alegría que le produce a los palestinxs volver a Gaza, aún arrasada, me da fuerzas.

¿Qué cosas descubriste sobre tu padre en la realización del documental? ¿Qué cosas sobre Palestina?

De mi padre poco y nada. ¡Es un fantasma! Para mí, que no lo conocí pero también para sus amigxs y familiares que tienen un recuerdo borroso e idealizado. Ya pasaron 38 años de su muerte… Sobre Palestina mucho. Todo lo que sé. Lo mejor fue poder viajar en 2019. Nunca estuve tan feliz en mi vida! me sentí cómoda desde el primer minuto que crucé a Jerusalén Oriental y Cisjordania. Creo que la película fue como construir un espacio: para habitar el duelo por la muerte de mi padre y también un espacio para «reencontrarme» con Palestina.

En un momento complicado para el cine en el país, tu película fue objeto de crítica por parte del vocero presidencial para indicar que nadie ve cine argentino ¿Cómo recibiste esos ataques?

Me sorprendió completamente (por inocente quizás) y a la vez no (porque puedo esperar todo del gobierno actual). Caímos en la primera volteada: no sabía si reirme o llorar. Nunca pensé que iba a ser tocada por una fake news! Hicimos nuestro pequeño comunicado aclarando, por las dudas.

¿Expectativas con el estreno?

Sí, mucho entusiasmo estar en un cine tan emblemático como el Gaumont y más en los tiempos que corren, hay que mantener vivos esos espacios. Me gustaría que la película llegue a nuevos públicos, gente muy diversa, porque me encanta ver la interacción, lo abierta que es. En las proyecciones que tuve hasta el momento me quedé conversando muchas veces con distintas personas y salieron cosas sorprendentes. Formas de leer y sentir muy emocionantes. El nivel de detalle y observación de algunas personas me parece increíble. Yo pensaba que podía ser una película lenta y difícil, pero me di cuenta que es mucho más abierta y plural de lo que pensaba.

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