Por Rolando Gallego
Tras mostrarla en BAFICI Jorge Leandro Colás estrena Viedma, la capital que no fue, en salas, película que recuerda la épica idea de trasladar a la Ciudad de Río Negro, la capital de Argentina.
-¿Cuándo supiste que querías hacer un proyecto sobre el tema y qué recuerdos tenías, si los había, sobre el mentado traspaso?
-Yo soy viedmense pero vivo en Buenos Aires desde hace muchos años. Cada vez que contaba que soy de Viedma la gente me decía: «claro, de la capital que no fue». Entonces aquel proyecto de Alfonsín de 1986 siempre anduvo rondando en mi cabeza de documentalista, hasta que un día pensé que tal vez alguien iba a hacer esa película y yo me iba a querer matar por no haberla hecho yo. Así comenzó la idea concreta de hacer la película del traslado de la capital. Yo era chico por aquellos años, recuerdo una mezcla de sensaciones que van desde la curiosidad hasta el orgullo. Recuerdo conversaciones familiares en donde surgían las dudas, el miedo y la incertidumbre acerca de qué podría pasar con Viedma si se convertía en la capital de Argentina.
-¿Fue difícil conseguir el material de archivo?
-El estado de conservación del material de archivo audiovisual es bastante deficiente. Hay poco y está mal conservado. En este caso, tras una profunda investigación que realizamos junto a una productora de archivo, nos centramos principalmente en dos fuentes. La primera era Canal 7, el viejo Argentina Televisora Color, que tenía los registros oficiales de aquellos años: discursos de Alfonsín en Viedma, alguna cadena nacional, el debate en el Senado por la Ley de Traslado y spots promocionales inéditos. La segunda fuente eran los informes de Galo Martinez, un periodista viedmense que nos mostraba cómo Viedma y Carmen de Patagones vivían esa época, con opiniones de vecinos y vecinas, estudiantes, comerciantes. Nos permitía mostrar esa serie de sucesos extraordinarios que acontecieron en estas dos pequeñas ciudades patagónicas desde la mirada de la gente común.
-¿Sensaciones con el estreno tras presentar la película en BAFICI?
-El estreno en BAFICI fue increíble. Muchísima gente en todas las funciones, muy buena recepción. La gente grande estaba fascinada por recordar aquellos primeros años de la democracia argentina, en donde todavía se podía soñar con realizar cambios trascendentes que dejaran atrás a los años oscuros de la dictadura. En cambio, el público joven tomaba contacto por primera vez con la historia del traslado, sorprendiéndose por los datos y por los testimonios. Justo después del BAFICI, hicimos en Viedma un preestreno gratuito para toda la comunidad. Allí, armamos una gran exposición en paralelo a la película, con maquetas, planos del nuevo distrito, fotografías históricas y documentación original que mostraba todos los estudios realizados y todo lo que se avanzó en el proyecto. Lo del traslado no fue sólo una idea de Alfonsín, sino un proyecto que estuvo más cerca de concretarse de lo que la gente puede pensar en el presente.