
Por Rolando Gallego

Vrutos, de Miguel Bou, llega este jueves a los cines con los protagónicos de Gregorio Barrios, Lucas Tresca y la participación de Diego Alonso para narrar la historia de dos jóvenes, de diferentes clases sociales, enfrentados a la dura realidad de cada uno de sus ámbitos. Hablamos con Alonso para saber más detalles de la película.
¿Cómo te sentís que finalmente la película se vea?
El proceso de una película siempre es como muy extenso. Este por lo menos llega a un buen puerto, digamos. Muchas veces quedas en el camino, se dilata y eso te va frustrando. O sea, la carrera, o sea, esto de dedicarse al cine pasa muchas veces eso, o sea, que te termina frustrando porque ves que estrenan otras películas y la tuya por ahí no sale y pensás en qué le estamos errando, en qué le estamos errando. Bueno, en esta por suerte la pudimos invocar, no sé si es por la película en sí o por cómo venía la situación, que nosotros, bueno, justo cuando se armó todo el quilombo por el tema del link y todo eso, nosotros ya teníamos la peli terminada y todo, y bueno, decidimos presentarla en el BAFICI y pudimos entrar y bueno, después nos llevábamos la alegría esa de que ganamos algunos premios y todo. Pero lo más interesante es lo que pasa con la gente cuando ve la peli, los momentos que se van creando dentro del cine. Y hay algo muy maravilloso que me pasó esto de ver que la gente aplaudía en un momento y yo decía, qué loco esto que están aplaudiendo. ¿Por qué están aplaudiendo esto?
En el final la gente aplaude y uno piensa, ¿pero qué estamos aplaudiendo? Hay algo de la catarsis que se hace en el momento de ver la película que es algo histórico que acompaña los relatos y las narraciones, que viene por ese lado.
Es que te mueven muchas cosas adentro que te hacen linkear sí o sí con la realidad y cuando ves un halo de justicia, que es por ahí lo que nos está faltando en este país, lo ves y lo tenés que aplaudir, no te queda otra. Pero estaría bueno que la justicia se sienta a ver esta película, ¿no? Para que empiecen a replantearse las cosas. O sea, es una sociedad olvidada a la que estamos contando en esta película, a la que pertenecemos todos. No nos damos cuenta porque estamos dentro de la sopa esa. Pero no nos damos cuenta que nos están cocinando. Decimos, sí, vamos a comer la sopa. No, la sopa somos nosotros.
Por más que sea esta película que se muestran los dos universos. Porque generalmente es un universo y tipo antropología y uno deseando de salir adelante.
Bueno, también tiene que ver con eso, con el paso del tiempo, ¿no? Porque en esta película el protagonista es Gregorio Barrios, realmente. Está acompañado por Dante Mastopierro y por mí, en donde la gente nos quería ver juntos nuevamente. Aprovechamos, pero en este caso nosotros ya somos grandes, somos los pibes.
Son la generación que acompaña a esos pibes y los pibes a los nuevos.
Claro. A los nuevos, y entonces me parece que está bueno eso, que hay como, en esto de que había sido el cine argentino, que hay como un avance. A mí me ha tocado, esta es la segunda oportunidad que me toca así como mostrar algo que se venía bien y mostrar un avance. También me pasó con la película Crónica de una fuga en un momento, que es una película de cine nuestro, es género dictadura. Es un género que lo tenemos nosotros nada más. Es el único país del mundo donde se hacen películas sobre la dictadura. Fíjate que Brasil recién ahora se metió. Pero nosotros venimos haciendo hace 35 años, 40 venimos haciendo películas de la dictadura. Y a mí me tocó, por suerte, trabajar en Crónica de una fuga, que mostraba otra cara de lo que fue esa época. Y después hacer Pasaje de Vida, que es también otra peli que tiene que ver con la dictadura, pero en el tiempo de hoy. Pero no la dictadura de hoy, sino con la gente que quedó de esa época. El personaje que hace Miguel Ángel Solá en esa peli es terrible. Y es eso, es el avance de eso. Porque si nos quedamos contando la película en aquel momento, no va a ir a ningún lado. Y acá en esto pasa justamente lo mismo. En Vrutos pasa eso, que se muestra toda esa gente que, como eran los personajes de Okupas que hoy son más grandes, siguen estando en el mundo. Y están las nuevas generaciones que son mucho más violentas. Entonces tiene eso que me parece que está buenísimo.
Ahí decías, la gente siempre los quiere. Está bien que pase esto, ¿no? Que ustedes están más grandes y que son otra generación.
Siempre pienso, mismo cuando me hablan por las redes, gente que ha escrito un libro, un libro literario, o gente que quiere hacer una película o algo, yo siempre les presto atención a todos, a los desconocidos sobre todo. Porque a mí en un momento me dieron la oportunidad, me abrieron la puerta y me pude meter en esto, y estoy acá hace 25 años. Entonces siempre me parece que hay que darle la oportunidad, porque hay que hacerlo llegar, es así. Si no, después estás cansado de ver películas que son siempre el mismo director, siempre el mismo protagonista. No está mal, digo, ¿no? Porque siempre se convoca ahí, pero es siempre como lo mismo. Pero darle espacio… Y me parece que repetirse no va. Me parece que no va. Esto es… Tiene que estar siempre al tiro, esperando para lo que sea. Ahora, si te empezás a repetir en el personaje, yo creo que te instalás y creo que se pierde el gusto. A mí cada vez que me traen un libro y que me pasan un guión para alguna peli o una serie, le presto mucha atención al… Yo soy guionista también. Entonces le presto mucha atención al guión. Y entiendo después que… Después de leer el guión, sí, ahí tengo que tener una reunión con el director para ver bien qué es lo que quiere plantear o no. Si el guión no me cierra, yo de movida digo, che, no me cierre el guión. Muchas veces mi representante se enoja porque me dice, no podés decir eso. Lo tengo que decir. O sea, no puedo ir solo detrás de la plata. No tengo grandes aspiraciones en cuanto a lo económico. Yo como vivo, vivo bien, la paso tranquilo, me divierte mi trabajo y siempre que me divierta lo voy a hacer. Todo el tiempo.
Digo, pero por ahí podría ser que ya a esta altura podrías ir y hacerlo de taquito, hago esto…
No, de hecho, la otra vuelta trabajé en una peli que el protagonista es Daniel Áraoz. Lo conocí al director y me dice, qué pena que no nos conocimos antes, porque estoy para hacer una peli. Digo, meteme en una escena. Me dice, no, pero cómo te voy a dar una escena sola. Yo voy a ir y voy a hacer una buena escena. Porque a mí mi trabajo… Es que a veces que pasa eso, ¿no? Porque a mí el director dice, no lo voy a llamar a vivo para que haga un bolito, a mí, verdaderamente, mi trabajo me gusta. Yo el día que voy a grabar, soy el tipo más feliz del mundo. Entonces, a mí me llama para hacer una sola escena y yo voy a ir y voy a dejar lo mejor. No necesito ser el protagonista para hacer bien las cosas. O sea, con poquito a mí me alcanza. Y si me da mucho, voy a tratar de hacer mucho también. Nosotros cuando hicimos Okupas no pensamos que 25 años después iba a seguir siendo furor. Y nunca pensamos en una segunda temporada, en una tercera, nada. Hoy te llaman a grabar una serie. El año pasado estoy grabando una serie que va a salir en el 2026. Hoy es muy complejo, porque grabas en el 2024 y sale en el 2026. Pero entiendo que hay un negocio, yo me meto a las redes y todo, trato de estar activo, pero en cosas que sirven.
Como ahora, obviamente, con los incendios en el sur…
Allá estaba mi casa, dos casas tenía en un campo de cuatro hectáreas, que estuve 15 años laburando. La desidia que hay ahí, en cuanto a los gobernantes, que nos pasan a nivel nacional, y que van a los canales de televisión a decir, ay, no, porque a este se le escaparon los precios, y yo me digo, yo en la primaria, en primaria, un bife de maricón no estás en el jardín, me dijo. Y ahí me di cuenta que no podía estar llamando seños, seños, y estos que son gente grande están ahí como diciendo seños, seños. Te ponés a laburar. Yo me voy a laburar con esta peli que hicimos ahora, por ejemplo, entre todos. Y encuentro en estos grupos chicos que trabajamos lo que existía antes.