Tiempo de lectura: 2 minutos

Por Rolando Gallego.

Ganadora de varios premios no oficiales en el último Festival de Cine Internacional de Mar Del Plata y presentada en San Sebastián, la ópera prima de Ana García Blaya “Las buenas intenciones”, protagonizada por Jazmín Stuart, Javier Drolas, Juan Minujín y las presentaciones de Amanda y Carmela Minujín. Un relato diferente sobre vínculos, amor, desamor y, principalmente, familia, del que LUDICO quiso saber más y por eso se reunió con la directora.

“Es una declaración de amor y un homenaje a mi padre, por eso me emociono mucho con cada proyección, de hecho lloré hasta en la presentación de prensa en DAC, porque también ahí hice la presentación del WIP el año anterior en La mujer y el cine. Además es muy loco que la gente valide un personaje que toda mi infancia escondí” dice Blaya.

“En postproducción aparecieron muchas cosas, antes de filmar hubo una idea, pero me pidieron que no especulara con eso. Probé de meter algunas cosas, hubo una proyección privada de un primer corte con algo de archivo y entendí ahí que le sacaba presión a la representación y aportaba sinceridad al relato”, suma.

“Yo estoy segura que el cine tiene propiedades catárticas, el guion lo escribí rapidísimo y no hubo casi otra versión. La seguridad que tuve al rodarla no era porque yo sabía, sino porque tenía la película en mi cabeza y todo lo que aprendí lo puse ahí. De hecho toda mi vida ya había dirigido, no cine, pero sí vínculos y a mis hermanos (risas), aún sin tener una calidad y precisión estética a lo Wes Anderson”, completa.

“Para la segunda película, que también tendrá que ver con la familia, estoy investigando material previo. Por suerte con esta no tuve muchos reclamos, excepto mi mamá que me dijo esto no fue así, y le expliqué que era mi punto de vista y es una película”, agrega.

“Me interesa trabajar y explorar otras maternidades/paternidades en el cine. Estoy indagando sobre eso, para mí próximo proyecto justo estoy con eso. El proceso de rodar la película fue hermoso, y permitió pensarnos y repensarnos”, comenta.

“Me supe rodear de un equipo genial y tuve a María Laura Berch para trabajar con los chicos. Me dijo que los hiciera parte de todo, para generar el vínculo entre los personajes. Esta es una película de bajo presupuesto, pero de altos recursos humanos. Conocía gente del medio, y mis amigos, eran los más capacitados. Los que no estuvieron fue por una cuestión de otros compromisos, pero el equipo de lujo que tuve respondió a eso”, concluye.

Compartir en: