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Por Marcelo Cafferata

Coincidente con el 8M, Día Internacional de la Mujer, se estrena el último trabajo documental de Silvina Estévez (“Años cortos, días eternos”) y Marlene Grinberg (“Tres tiempos) “ME GUSTA CUANDO HABLAS”, un documental realizado enteramente por un equipo de mujeres con el objetivo de reflexionar acerca del feminismo a través de diferentes mujeres que se reconocen feministas en todas sus áreas de acción.

A través de una muestra coral y heterogénea, las directoras plantean zambullirse con su cámara en un día de cada una de estas mujeres, tan diferentes entre sí, para poder mostrar que no hay una determinada manera de ser feminista, sino que por el contrario, las directoras se permiten romper con los estereotipos y las ideas preconcebidas de lo se reconoce como una mujer feminista. De esta forma, a través de las diferentes historias, Estévez y Grinberg permiten armar un colectivo que plantea fundamentalmente un conjunto de historias y de miradas: desde una poetisa que habla de erotismo y sexualidad en la tercera edad, una activista ambiental, la directora de una multinacional que ha sido galardonada como mujer destacada en el ámbito empresarial (WCD), una ama de casa, una activista ambiental y una influencer, entre otras.

Si bien las historias son sumamente diversas, hay un fuerte núcleo que las hermana, que es la lucha cotidiana -desde lo anónimo y lo personal- por la igualdad de género que desarrolla cada una de ellas en su propio ámbito. Este común denominador permite mostrar que no hay una sola forma de “militar” el feminismo ni de concebirlo sino que es una temática que atraviesa edades, clases sociales, etnias e, inclusive, diferentes formas culturales. Queda claro que las directoras tratan de construir un mosaico caleidoscópico que escape a la esquematización de las miradas y logran plasmarlo a través de la pluralidad de historias de vida, de diferentes voces y de la diversidad con la que fue elaborada la muestra, que es uno de los puntos fuertes del documental.

El guion, escrito por las directoras junto a Sol Bonelli y Brenda Howlin nace a partir de la lucha por el derecho a la Interrupción Voluntaria del Embarazo (2018) y en propias palabras de las guionistas, viene a deconstruir esa imagen creada por los medios de comunicación en torno a las feministas y poder liberarlas de la mirada cargada de prejuicios, mostrando en pantalla mujeres de la vida real.

Quizás gracias a la multiplicidad de testimonios, es difícil que todos impacten en cada espectador de la misma manera. Particularmente, la historia de Rosa Rodriguez que se anima a posar desnuda en página 12, a escribir poesía erótica e historias de la sexualidad en la tercera edad (con uno de sus libros que lleva como título “Lo senil no quita lo caliente”), a formar parte de este documental y protagonizar el corto “Viejas que hierven”, es una de las más interesantes y atractivas, además de ser, indudablemente, la más osada. Con una espontaneidad y una libertad envidiables, Rosa se dirige a la cámara sin rodeos y expresándose en forma clara y directa, cautivando a quien la escuche.

Algunas de las historias quedan algo apagadas comparadas con el torbellino de autodeterminación con el que Rosa aparece en pantalla. Pero cada una de ellas tiene su aporte y su razón de haber sido elegida para formar parte de “ME GUSTA CUANDO HABLAS”, aun cuando esa amplitud de miradas a veces pueda atentar contra el hilo conductor de este trabajo que, en algunos tramos, puede resultar difuso y algo disperso.

Cabe resaltar la mirada de una de las guionistas, Sol Bonelli que resume en sus dichos la intención de este trabajo documental: «Nos proponíamos bombardear con mujeres reales ese arquetipo armado que es parte de la inmensa gama de feminismos que hoy existen.”. Definitivamente “ME GUSTA CUANDO HABLAS” logra el objetivo de poder mostrar todas las miradas posibles, sin elegir una por sobre las otras y planteando un interesante colectivo en pantalla.

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