Por Marcelo Cafferata
Estrenado en Biarritz y con una presentación especial dentro de la edición de BAFICI del presente año, el primer film de Alfredo Arias rodado íntegramente en Buenos Aires tiene su estreno comercial el 15 de Septiembre durante siete únicas funciones (del 15 a 23) en la sala Leopoldo Lugones.
Alfredo Arias es un artista incansable, ecléctico, creativo e inquieto: eso es innegable. Es uno de los pocos que puede estar montando cinco espectáculos alrededor del mundo y tener la ductilidad de estar creando puestas en escena en Nápoles, París y Buenos Aires, fusionando ideas, lenguajes teatrales y trabajar en todos los idiomas. Uno de los pocos que tiene la capacidad de desplazarse desde el teatro clásico hasta una (re) definición transgresora del espectáculo musical y saltar de un musical con referencias al cine y a la política, al rock y al pop más osado. Uno de los pocos que tiene la capacidad de montar tanto a Copi como a Goldoni, retratar como pocos a Niní, zambullirnos en una “Familia de Artistas”, experimentar con “Tres Tangos” o sumergirse en el mundo de Hollywood y las divas como Joan Crawford como lo hizo en “Hello, Andy!”.
En este caso, se encuentra con Ignacio Masllorens para dar vida a “FANNY CAMINA” una biopic sumamente particular sobre la figura de Fanny Navarro, una actriz argentina de gran esplendor en los años ’50 que fue identificada por su fuerte devoción con el movimiento peronista, justamente en una época donde el hecho de ser peronista o antiperonista, abría una infranqueable divisoria de aguas, lo que reverbera justamente en el presente sobre este personaje que no abandona en ningún momento su fortaleza y su libertad, frente a la persecución y la discriminación.
Amante de Juan Duarte y confidente de Eva (lo que la convirtió automáticamente en enemiga de Libertad Lamarque y la destinó a una soledad autoexiliada), la figura de Fanny Navarro, le permite a Alfredo Arias & Masllorens, poder reflexionar también sobre las implicancias del fanatismo –tema de absoluta vigencia, tanto desde lo político como desde cualquier otra mirada- y el adherir incondicionalmente a las grandes causas.
Lo impactante de la puesta de Arias, precisa e innovadora como siempre, es amalgamar a la Fanny de aquel momento con la Buenos Aires contemporánea de motos, semáforos, containers para la basura, carteles de neón en la calle Corrientes muy diferentes a las marquesinas de los años ´50 donde ella brilló en el Teatro Maipo y en El Nacional y una arquitectura que mezcla los rincones clásicos de la ciudad que han permanecido intactos a través del tiempo con otros espacios que son completamente modernos.
Alejandra Radano, colaboradora incondicional de Arias, es una de las intérpretes ideales para jugar libremente con el artificio y con esa Fanny que detenta su fanatismo bordeando la locura, con ese acertado tono de melodrama clásico que la invade. Sorprende la elección de la artista conceptual y fotógrafa Nicola Constantino para dar vida a una Eva completamente diferente, alejada del arquetipo y del physique du rol clásicos al que el cine nos tiene acostumbrados para esa figura tan icónica.
La censura, el cierre de los teatros, las listas negras y el exilio se hacen presentes en “FANNY CAMINA” para comenzar, de este modo, a dialogar con los trabajos anteriores de Arias y mostrar en esta nueva creación el universo inagotable de un hombre dedicado enteramente al arte y que por toda su trayectoria puede afirmarse que sin lugar a dudas habitan en él, plagadas de ideas, las mil y una cabezas.