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Por Luis Kramer

La jornada del jueves comenzó con la proyección del film de competencia internacional Arthur & Diana de Sara Summa, que dejó sabor a poco. El film se erige como una docu-ficción de la directora, quien realiza un diario de viaje filmado con su hermano y el hijo pequeño de ella de Berlín a París, para renovar la verificación técnica del auto de su  padre.  

No hay mucho más, ni se comprende la inclusión de esta película en la sección competitiva más importante del festival.

Tampoco alcanza a comprenderse que su directora, actriz y guionista se haya alzado con el premio de la actuación (único premio entregado en esta categoría) habiendo el jurado omitido considerar el excelente trabajo realizado por Mercedes Morán en Elena Sabe, de la misma sección.

De corte polémico fue la segunda de las propuestas de la jornada, El Empresario de Germán Scelso, y en competencia argentina.

El director, de quien se conociera La Sensibilidad hace unos años en este mismo festival, y que focalizara en la historia de sus padres, desaparecidos, se enfoca ahora en la historia de un secuestro, el del empresario del título, a cargo de la organización de la que formaba parte el padre del realizador, y decide contactar a un sobrino y a los nietos del secuestrado a los fines de echar luz sobre dichos acontecimientos.

Lo que sucede en pantalla es inédito, ya que un diálogo entre familiares de secuestradores y secuestrados parecía imposible de creer. Con dicha sensación de incomodidad en el espectador es que transita el film aprovechando asimismo para dejar en claro la complicidad cívico militar en el accionar del  terrorismo de estado, y el hecho de que la víctima elegida fuera un perejil de toda la organización empresarial de la que formaba parte.

Gol Gana de Taika Waititi, y de próximo estreno, refleja un hecho real vinculado a las vicisitudes por las que debe atravesar un técnico de futbol que es enviado a la isla de Samoa para que se haga cargo de la selección local, que viene de fracaso en fracaso.

El actor Michael Fassbender compone acertadamente a este técnico, dotando a su criatura de emoción y vulnerabilidad.

El resto del elenco se muestra muy ajustado y resulta funcional al relato. La interacción entre el protagonista y los lugareños, genera una doble influencia, impensada en un principio, dotando a la situación de una complejidad dialéctica muy enriquecedora.

Como broche de oro de la jornada,  se pudo ver El Libro de las Soluciones de Michel Gondry, una especie de auto homenaje paródico sobre la dificultad de filmar cine independiente.

Esta propuesta desnuda el esquema “cine dentro del cine” y se erige como una comedia llena de gags y enredos que son sorteados más que eficazmente por el actor Pierre Niney.

Por allí asoma la talentosa Francoise Lebrun en el rol de la tía del protagonista, regalando su comprensión y ternura.

La última jornada de películas en competencia, ofreció el film Las Almas de Laura Basombrío, quien se llevara el premio a la mejor dirección.

Con toques de género fantástico, la directora decide relatar la experiencia de vida de Estela Quispe, una habitante del altiplano salteño de la comunidad Tolar Grande, con sus penurias, tradiciones religiosas, y sensaciones internas dibujadas con trazo poético.

Dos aspectos técnicos merecen destacarse: la fotografía de Marcos Rostagno y la música de Lucas Page.

De competencia argentina, Vera y El Placer de los Otros, co-dirigida por Romina Tamburello y Federico Actis, premio a la mejor dirección de esta sección demostró la gran apuesta al desprejuicio al filmar sobre sexo pero de manera honesta y desprejuiciada.

Con un guión que sale airoso, esta película bucea en los avatares de Vera, una adolescente que va experimentando con sus placeres en medio de un entorno hipócrita y políticamente correcto.

Luciana Grasso e Inés Estévez se destacan en esta apelación al genuino deseo.

La tarde fue un momento para encontrarse con Kleber Mendonca Filho en su hermoso documental Retratos Fantasmas, con un material de archivo abundante y exquisito sobre su ciudad natal de Recife, las profundas transformaciones y pérdidas que la misma sufrió, los cines que fueron desapareciendo, y con ellos una época cultural.

Una nostalgia que emerge categórica, con la voz de su director en off, y el homenaje siempre al cine.

Por allí asoma de incógnito Sonia Braga, como parte de ese público que se congregaba para absorber la magia de todo lo que una sala podía ofrecer.

Y para finalizar, la niña mimada de Cannes aterrizó en el festival y agasajó a todos los presentes de la sala Auditorium en la función de clausura de la mano conductora de Aki Kaurismaki y su obra Fallen Leaves, que aquí se llamará Hojas de Otoño y será un estreno en salas y en la plataforma de MUBI.

El realizador finlandés nos regala una exquisita historia sobre dos seres necesitados de amor que se buscan torpemente a lo largo del metraje, con altas dosis de humor y el estilo seco y reflexivo, característico de sus producciones.

La guerra entre Rusia y Ucrania campea como entorno en el cual se desarrolla la acción, lo que sirve para acentuar aún más la búsqueda de la esperanza por parte de sus protagonistas.

Tal vez sea ésta la más optimista de sus obras y la más humorística y romántica.

Hasta el próximo festival.

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