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Por Luis Kramer

En la Competencia Argentina se pudo apreciar el documental de Jonathan Perel, (ganador mejor director de la competencia) Responsabilidad Empresarial, que expone párrafos del libro Responsabilidad empresarial en delitos de lesa humanidad: Represión a trabajadores durante el terrorismo de Estado, pero desde una categórica y contundente visión cinematográfica.

Las denuncias sobre desapariciones forzadas de trabajadores a cargo de empresas colaboracionistas con el golpe cívico militar del 76, que asimismo obtuvieron interesantes réditos económicos y la estatización de sus deudas por parte del Estado, son retratadas con cámara fija y una voz en off que cita los datos del horror. Esa cámara fija podría interpretarse como la quietud y la inacción civil frente a semejante atropello y también, a la espera de justicia frente a este tejido cómplice urdido en sintonía con los asesinos del poder.

También, y desde un fuera de campo, se advierte que las cabezas de estas empresas son las mismas que vienen manejando al país desde hace varias décadas, y por lo visto gozan de una notable impunidad por delitos cometidos en los años de plomo.

Una a una van apareciendo en cuadro las fachadas de las Empresas en las que se delataban actividades sindicales, proveyendo a las fuerzas armadas las listas de trabajadores a quienes se hacía desaparecer, y con cuyo siniestro fondo se agolpan los datos económicos positivos sobre el crecimiento de cada una de ellas.

Perel logra construir ese vacío que el horror ha dejado en un presente que aparece como quieto y desentendido.

También de Competencia Argentina, Una Casa Sin Cortinas de Julian Troksberg se propone más que bucear en la figura de Isabel Perón, indagar en su entorno acerca de su figura y su influencia tras la muerte de Perón y, sugestivamente, en esos silencios y en esas justificaciones en torno a la poca gravitación que tuvo su paso por el poder se encuentra el sentido del documental.

Lo que queda expuesto por omisión es que el peronismo gobernante de los 70 no puede ni quiere hacerse cargo de la matanza más cruenta que haya tenido nuestra historia y cuyo antecedente del Golpe Cívico Militar del 76 fue el surgimiento de la Triple A que asesinaba militantes de izquierda bajo la mirada cómplice no sólo de Isabel sino de todo el entorno que la rodeaba.

Tal vez Una Casa… se constituya en el primer intento válido de desenmascarar el horror de la derecha peronista y cómplice y aunque no lo diga claramente, esboza hasta que nivel llegaría tal responsabilidad.

Sabiamente, el documental simboliza todo ello en una figura incómoda para la memoria popular que apura la necesidad de un revisionismo histórico acerca del rol que cupo a cierto sector del peronismo en la represión militar y desaparición de personas.

Ganador del Gran Premio de la Competencia Internacional el corto Mi Última Aventura codirigido por Ezequiel Salinas y Ramiro Sonzini retrata con habilidad la última incursión de dos amigos que deciden saquear al jefe en una Córdoba plagada de matices en el entorno de una noche abrazadora y sugerente.

Sin constituir un policial ni un exponente del cine noir, este film se detiene en la descripción de una amistad y los efectos que sobrevendrán a una decisión tal vez equivocada.

En cada pequeña toma subyacen la sensorialidad y la emoción de sus personajes, adquiriendo relevancia suprema la bella fotografía de uno de los codirectores Ezequiel Salinas.

El Planeta de Amalia Ulman en Competencia Internacional que significó la mencióna mejor actuación para el dueto madre hija (Amalia Ulman y Ale Ulman) y mejor dirección para Amalia Ulman constituye la ópera prima de esta realizadora en vibrante blanco y negro que retrata el entorno de Gijón y el efecto del desempleo en dos mujeres que sobreactúan y añoran esplendores económicos del pasado recurriendo a hurtos y otras bajezas para mantener su status.

Filmada en clave de comedia agria y con una simpleza narrativa al estilo de Whit Stillman, el film construye con solvencia cómo a través de distintas situaciones, se va filtrando el escenario de las penurias económicas de madre e hija en el pequeño departamento acechado con cortes de luz, mechando ello con la liberadora incursión a una peluquería y la tragicómica oferta sexual de la protagonista en un bar.

O Amor Dentro de Da Camera, de Jamille Fortunato y Lara Beck Belov de la Competencia Internacional (Mención Especial en Largometraje) centra su foco en la pareja integrada por el director, guionista y crítico Orlando Senna y su bella esposa Conceição, quienes a los 80 siguen dispensándose el mismo amor que en los 60´s.

Aunando el presente, el film desgrana fragmentos de films históricos de Senna (protagonizados por su esposa) y de otros exponentes del Novo Cinema Brasilero que representan el fértil pasado cultural de Brasil y la espesura dramática de la realidad social que se filmaba en esos momentos, además de ilustrar la conducción de este realizador al frente del sector audiovisual de su país.

Las miradas furtivas, los silencios cómplices de ambos, sus desayunos compartidos y las reflexiones sobre el posible exilio de ambos en el contexto de un país pauperizado conjugan el amor superviviente de estos dos personajes en permanente estado de deseo.

La representante al Oscar por Ecuador, Vacío, de Competencia Internacional de Paul Venegas que retrata el mundo de los inmigrantes clandestinos chinos a Ecuador a los fines de su explotación laboral.

La construcción narrativa es solvente y el film cruza a Lei, responsable de un locutorio, quien intenta finalizar su escala en Estados Unidos y a Wong, a cargo del despacho de mercaderías en un depósito, quien desea traer al país a su hijo. Ambos intentan sobrevivir en este entorno de corrupción y tráfico de drogas.

 Vacío nace de un guion que empezó a escribirse hace 10 años entre Paúl Venegas y Carlos Terán Vargas, a partir de un interés común por la cultura asiática. Terán Vargas se inspiró en el barrio chino de La Habana, mientras estudiaba en Cuba, y Venegas parte de su propia experiencia como inmigrante en Pekín, uno de los nueve países en los que ha vivido desde la adolescencia.

El potente clima que logra el film no se subraya sino que surge del acertado enfoque del entramado de la realidad de los explotados.

Finalmente, Self Portrait 2020 de Lee Dong Woo también de Competencia Internacional se centra enel recorrido que este realizador lleva a cabo con el otrora director Sang-Yul, quien supiera competir en el Festival de Venecia allá por el año 2000, con su corto Self Portrait y devenido homeless.

La cámara registra la decadencia de este personaje que paradójicamente, termina como el protagonista de su corto, envuelto en la locura, la prisión, la soledad y el beber incansablemente.

Lo que acerca a Sang-Yul con el realizador de este film, es el interés que despierta en este último la posibilidad de que el primero continúe filmando y ello motiva su acompañamiento por las calles de Seúl donde aflorarán en primer plano los desamparados por el sistema, quienes constituirán el grupo primario de nuestro protagonista.

Self Portrait 2020 irá intercalando fragmentos del corto premiado en el que se marcan las similitudes del personaje protagónico filmado con la suerte que corre quien lo filma, a modo de profecía autocumplida.

Podría reprocharse a Lee Dong Woo que eligiera retratar la decadencia de Sang-Yul en lugar de intentar asistir a este ser marginal sin horizonte.

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