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Por Luis Kramer

Una Familia Perfectamente Normal (2020) es el vehículo de Malou Reymann presentado en el Festival de Rotterdam el año pasado (y ganadora del Big Screen Award en el mismo) con el que la realizadora expone su historia.

Focalizada en la joven actriz Kaya Toft Loholt en el personaje de Emma, quien deberá lidiar con el cambio de género de su padre Thomas (devenido Agnette) y los efectos emocionales que esa mutación tendrá sobre ella.

Una Familia…intercala a lo largo de todo su metraje videos de la familia con las niñas pequeñas y sus juegos y divertidas interacciones y disfraces, logrando construir momentos de pleno goce en abierta y marcada contraposición a la compleja realidad que se suscita en el presente.

El punto de vista del film se centra en Emma, en sus marcadas contradicciones afectivas hacia su padre, en sus aceptaciones y rechazos de esta figura transmutada que dificulta la anhelada identificación del pasado con Thomas y los juegos de pelota compartidos con éste.

La incomodidad de la situación es notoriamente palpable en el entorno, que intenta naturalizar este cambio mediante una corrección política indisimulable y que tal vez, determinará una nueva determinación de Agnette vinculada con su futuro y el de sus hijas.

Que las últimas imágenes de este film retrotraigan al pasado, es otra clara muestra de la dificultad en transitar con serenidad y aceptación por estas experiencias, que exponen con suma honestidad el dolor y la culpa por convivir con sucesos que nunca, según esta mirada, podrán terminar conformando a todos.

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