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Por Marcelo Cafferata

Entrar en la dramaturgia de Martín Flores Cárdenas (“Entonces Bailemos” “No hay banda” “Entonces la Noche”) es dejarse llevar por lo impredecible, por un lenguaje desconocido, por una fuerza de querer ver más aún sin estar pisando tierra firme sobre ninguno de los pactos que nos propone el teatro. En sus creaciones, siempre encontramos elementos nuevos, factores que nos sorprenden, una puesta que, en la apariencia, parece ser minimalista pero que está inundada de detalles que hay que saber encontrar como parte de este gran juego teatral.

La nueva creación de Flores Cárdenas es “LA FUERZA DE GRAVEDAD” un espectáculo que se anima a desafiar todas las convenciones, presentado en “Casa Teatro Estudio” -la propia casa del director- convertido en un espacio teatral para un grupo reducido de espectadores, que torna aún más intimista a esta experiencia.

El espectáculo abre con el propio Flores Cárdenas contándonos que hace un tiempo, una noche invitó a todos sus amigos a una reunión en su casa y le pidió a uno de ellos que comenzara a leer un texto de su autoría en presencia de todos, a viva voz. Lo que los espectadores presenciarán es la puesta en escena de lo que sucedió aquella noche.

Es así como Laura López Moyano aparece con una resma de papel cuyas hojas va apilando a medida que las lee. Algunos son textos breves, otros apenas un poco más extensos y algunos de ellos se resumen solamente en apenas un par de líneas. Hojas, papeles, frases, microrelatos, experiencias, confesiones: todo en la exquisita forma de contar de López Moyano se vuelve hipnótico.

Como un mantra que se va repitiendo, la gran mayoría de todos estos textos comienzan con la frase ¨tengo un amigo…¨ “tengo una amiga…” disparador desde el que la dramaturgia apunta sobre diferentes experiencias de este grupo de amigos: desde las más sencillas hasta las más provocadoras, de los detalles cotidianos a los secretos inconfesables, atravesando momentos compartidos,  anécdotas, excesos y donde prevalece esa idea fuerza de la pertenencia a un círculo de amigos.

Uno de los tantos aciertos de “LA FUERZA DE LA GRAVEDAD” es la destreza con la que Flores Cárdenas borra todo límite de realidad y ficción, generando ese juego de intentar adivinar si estas líneas dedicadas a cada uno de ellos se basan en hechos que realmente sucedieron o son parte del dispositivo teatral. ¿Hay algún hecho real que pueda ser contado sin poner la cuota de ficción que pone el propio narrador en el momento en que decide comenzar a escribir?. De esa misma forma no hay casi posibilidad de separar a la Laura-actriz de la Laura-amiga-del-autor y esa fusión casi indisoluble no sólo aporta mucha credibilidad a cada texto sino que nutre esa complicidad necesaria entre intérprete y autor.

Mientras Laura lee y se interna en zonas más oscuras, coquetea con ciertos límites que quizás debiesen no atravesarse y va ganando cadencia en cada texto, la mirada del espectador va recorriendo el espacio diseñado por

Ruslan Alastair Silva que sorprende por su riqueza en cada detalle.

Finalmente al ver cómo se consume el texto a medida que las hojas van sucediéndose y, cuando pareciese que una pila de relatos infinita va llegando a su fin, aparece un punto de ruptura en donde Laura toma una decisión que cambia el sentido de la experiencia. Y la obra cierra en otro espacio completamente diferente de la casa, sumergiéndonos en esos caminos impredecibles a los que Flores Cárdenas nos tiene acostumbrados, y el público completamente entregado al juego, que es lo mejor que puede pasarnos en el teatro.

“LA FUERZA DE LA GRAVEDAD”

Dramaturgia y Dirección: Martín Flores Cárdenas

Con Laura López Moyano

CASA ESTUDIO TEATRO – Guardia Vieja 4257 – Sábados 18 y 20.30 hs.

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