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Por Marcelo Cafferata

Tóxico", la película argentina que predijo la llegada de una pandemia

Siguen sumándose festivales a las diferentes plataformas y ahora es el turno de “BUENOS AIRES ROJO SANGRE” que plantea una selección de largometrajes dentro de la plataforma Cont.ar (www.cont.ar), en forma online y gratuita disponibles desde el 03 al 13 de Diciembre.

UNA CHICA INVISIBLE

de Francisco Bendomir

Competencia Argentina

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Andrea está deprimida por la viralización de un video en donde ha quedado registrado un nefasto “accidente” acontecido al final de una audición para un importante papel dentro de un musical nacional y cree encontrar una potencial salida en el suicidio.

Acaba de romper con Mauro, su novio, quien presume que en este abrupto corte de esta relación, hay algo que Andrea no le ha confesado. Como para saber si realmente hay un “tercero en discordia”, contrata a un hacker, Daniel (Javier De Pietro), para que se infiltre en la computadora de su novia pero será el propio hacker quien comienza a entrometerse en la privacidad de Andrea, y con su espíritu voyeur, no puede parar de controlarla obsesivamente.

Para completar el cuarteto protagónico aparece Juana, la hija preadolescente de Daniel, que vive con él –lidiando con el fantasma de una ex que ha desaparecido por completo y le ha endilgado su crianza-, quien muere por que algún video suyo se convierta en un furor en Youtube y parece estar lográndolo con un juego riesgoso que no termina del todo bien.

UNA CHICA INVISIBLE” se presenta desmarcada de cualquier receta esquemática, rompe el tiempo, la cronología, deconstruye permanentemente la el relato y  juega al mismo tiempo con un loop que permite reinterpretar lo que sucede, dentro de su propia narrativa.

La puesta de Bendomir sorprende con un diseño de arte meticuloso, riguroso, una pantalla inundada de detalles que uno quisiera mirar y disfrutar con cada uno de estos guiños, dispuestos por los diseñadores y vestuaristas, que ayudan a describir el universo de cada personaje, jugando con una paleta de colores amplia y llamativa.

Así como los documentales que Andrea ve por televisión dialogan interactivamente con la propia historia –sumando a su vez un modo de insinuación sobre otros géneros cinematográficos que se entrecruzan-, la historia que lee Juana le permite a “UNA CHICA INVISIBLE” tener una brillante secuencia animada que juega con el animé, el manga y la cultura oriental, a través de un cuento que oficia de columna vertebral y que permite, al mismo tiempo, que Bendomir explore otras formas de expresión dentro de su propia película, multiplicando y potenciando los disparadores que entrelazan a los personajes.

Más allá de una pulsión suicida presente en Andrea, todos los personajes coquetean  con la idea de un límite, bien cerca del precipicio, esa cornisa que transitan con un humor punzante, mordaz e irónico, que se permite inclusive algunos momentos de tinte que escatológico que parecieran abrevar de la primera etapa del cine de Todd Solondz.

La Juana de Lola Ahumada es completamente magnética, un enorme acierto de casting, que el ojo de Bendomir tras la cámara, explota al máximo y logra una criatura chispeante, ácida, potente, que tiene las mejores líneas de diálogos. Redes sociales y viralización, anonimato y soledad, voyeurismo y adicciones son algunos de los tantos temas que en tono de comedia sarcástica y con un ritmo veloz “UNA CHICA INVISIBLE” aborda con un humor que no tiene miedo de tomar riesgos y rebelarse a los límites y todas las convenciones.

LAS FURIAS

de Tamae Garateguy

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En “LAS FURIAS”, si bien la historia de amor toma los elementos más clásicos del género que incluyen la tragedia y el amor prohibido, la forma en que Garateguy elige contarla, no respeta una línea temporal en forma cronológica y va armando lentamente su juego narrativo saltando del pasado al presente e inclusive jugando con una cierta idea presentar imágenes de un futuro, antes de que sucedan, generando una particular idea surrealista dentro del relato.

Ese juego del tiempo hace que una simple historia de amor entre Lourdes (Guadalupe Docampo), hija de un fuerte terrateniente, y Leónidas (Nicolás Goldschmidt), un muchacho de la comunidad originaria que rompe abruptamente el mandato familiar renunciando a contraer matrimonio con su prima, pueda ser presentada de una manera novedosa y distinta.

Este encuentro casual y sobre todo, la pasión desbocada que los impulsa, hace que los protagonistas vivan este romance (muy al estilo Shakesperiano de “Romeo y Julieta”) desafiando todos los mandatos y las culturas tradicionales de cada uno de sus pueblos que llevan sobre sus espaldas: sabemos que cuando se intenta “desafiar” al destino que los dioses, aparecerá la tragedia inexorablemente y desatará esas furias a las que el título hace referencia y que se vinculan con los castigos atávicos y las fatalidades condenatorias al romper las reglas.

Garateguy tiene la capacidad de mezclar, sin que suene desbordado ni discordante, géneros tan diferentes como una historia con tintes de road movie atravesando paisajes mendocinos secos, desérticos y de montaña, en donde se amalgaman una historia con pueblos originarios, un western que puede hasta asociarse a un espíritu gauchesco y saltar, desde ahí,  a la violencia más extrema, inclusive, coqueteando con algunos tintes de cine gore. Aparecen la violencia de género, relaciones familiares endogámicas y violentas dentro del marco de un agresivo patriarcado y abusos de diferentes tonos (en la piel de un Daniel Araoz siempre impactante).

Aún con algunas imprecisiones y momentos menos logrados –la sobreabundancia de elementos atenta contra la precisión del relato-, el trabajo mantiene una búsqueda estética y artística por fuera de lo ya visto, que es justamente lo que se celebra y se prioriza en “LAS FURIAS”.

TOXICO

de Ariel Martínez Herrera

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Enmarcada puramente dentro del género fantástico, con un pie en ciertos elementos de realidad pero fundamentalmente asentada en una distopía futurista, el estreno oficial en el mes de Abril de 2020 dio una lectura completamente diferente, en plena pandemia.

TOXICO” cuenta la historia de una pareja. Laura y Augusto, que se encuentra en plena huida con su motorhome atravesando el campo –lo que permite al filme moverse con un cierto halo de road movie con la tensión de una huida en medio del caos, en la búsqueda de un refugio frente a la total desolación. Elementos como los barbijos, supermercados y negocios semivacíos, personajes cargados de agresividad, lugares que han quedado abandonados con esa sensación de territorio fantasma, el riesgo y el  peligro que pueden palparse acechando permanentemente y sobre todo,  la desconfianza en el otro, son claramente los disparadores que la emparentan unívocamente con lo que estamos atravesando en nuestros días.

La película de Martínez Herrera se muestra en un momento ideal para reflexionar sobre el profundo cambio producido sobre los vínculos sociales, los lazos familiares y de pareja, la construcción de una nueva mirada ética y la moral a la hora de la supervivencia y poner en juego nuestra escala de valores frente a la posibilidad de ser solidarios o de despuntar el famoso “sálvese quien pueda”.

En ese caso, la paranoia, la desconfianza, la vulnerabilidad y la fragilidad de todo lo que le ocurre a los protagonistas, generan una interpretación que se potencia en este momento de pandemia mundial que aún no ha finalizado y amenaza con rebrotes. Justamente, el guion se estructura a través de las dos miradas completamente opuestas de los protagonistas, dos maneras diferentes de enfrentar a esta epidemia de insomnio que está arrasando con la sociedad y de esta manera, nos permite reflexionar sobre este tiempo tan irregular que estamos atravesando y que no tiene correlato con nada de lo que hayamos vivido.

Al mismo tiempo, una lectura en este contexto, hace que algunas de las escenas pierdan la fuerza que hubiesen tenido en otro momento y una vez pasado el impacto visual inicial –la película cuenta con un muy buen diseño de arte que nos pone permanentemente en situación y logrados efectos especiales con una fotografía con tonos que subrayan la idea de “fin del mundo”- el ritmo comienza a ponerse moroso, la historia focaliza mucho más en los conflictos de la pareja, alejándose de la propuesta inicial y perdiendo el hilo narrativo y la fuerza de la historia.

Hay momentos de tensión bien desarrollados, sobre todo gracias a la entrega de sus dos protagonista con muy buenos trabajos –tanto Jazmín Stuart como Agustín Rittano logran dos criaturas muy bien logradas- mezclados con otros de tono más surrealista, en donde la historia propone un vuelo más poético y absurdo al mismo tiempo, aunque involuntariamente atrapada en una realidad que ha sobrepasado con creces su visión apocalíptica y futurista de un mundo colapsado ante la falta de sueño.

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