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Por Marcelo Cafferata

Hasta el 05 de diciembre, y online y gratuito, se puede disfrutar en la plataforma de OctubreTv (www.octubretv.com) un Festival que cumple 15 años, el FESAALP, Festival de cine latinoamericano de La Plata.

En esta edición, contará con una amplia selección de cortometrajes (Ficción / Fantástico / VideoClip / Animación / Documental / Videominuto) con más las Competencias de Largometrajes (La Plata Filma Largos – Latinoamericana – Derechos Humanos – Argentina), más otras secciones paralelas y una retrospectiva de Fernando Spiner  que incluye sus grandes trabajos como “Aballay” “La Sonámbula” y “La Boya”, entre otros. Reseñamos algunas de las películas que forman parte de este festival

MAREA ALTA

de Verónica Chen

Competencia Argentina

★ ★ ★ ★ ★ ★ ★ ★ ★ ✩

Todo comienza con Laura -una editora de libros con una situación económica indudablemente privilegiada-, bailando una noche en el living de su casa de descanso. Una casa emplazada dentro de un bosque cercano a la playa, en la cual ella ha quedado sola, controlando algunos arreglos que hay que hacer antes de la temporada, mientras su esposo y sus hijos han quedado en Buenos Aires.

Música relajada, tragos y el coqueteo con un hombre que si bien dispara algunas frases con tono violento y desatinado, ella intenta domesticar para llegar a tener sexo y disfrutar de una noche diferente.

Pronto nos daremos cuenta que él es Weisman, el maestro mayor de obras que lleva a cabo la reforma de la casa y la construcción de un quincho: intentando volver a tener sexo a la mañana siguiente, se escucha la camioneta y parece que han llegado sus obreros para avanzar con los trabajos. Weisman miente, le dice a Laura que los obreros no están, que nos los vieron, que ya se retiraron, mientras les hace señas para que se escondan tras unos árboles en el bosque y simulen no haber visto nada.

Lo que podría ser una “mentira piadosa”, será el puntapié inicial para que en un efecto bola de nieve amplificador, las consecuencias posteriores vayan generando más y más tensión en un clima que Chen sabe manejar, dosificando situaciones asfixiantes con una hermosa fotografía (a cargo de Fernando Lockett) y  donde se mezcla una violencia contenida, con un clima enrarecido que va generando el estallido frente a una situación límite.

En “MAREA ALTA”, el personaje femenino no solamente toma las riendas de la situación frente a la propuesta sexual, sino que además sabe positivamente que atraviesa ciertos límites en donde hay una clara diferencia social que desequilibra más aún el vínculo.

Además de un orden subvertido, hay una violenta invasión de la propiedad y el espacio,  todos los personajes fluctúan en una peligrosa doble moral donde pierden la ética y sus propios principios, donde traicionan y son traicionados en un espacio donde parece no haber códigos, una geografía exenta de moral, donde todo vale.

Más allá de la mirada feroz al conflicto de clases, diferencias que por más que quieran hacerse difusas y confusas, claramente terminan saliendo a la luz, la mirada de Chen expone en su doble juego, el juzgamiento moral que sigue pesando sobre la sexualidad femenina y la condena que implica, tácitamente, haber roto determinadas reglas.

A todo esto, sumen un tour de forcé impresionante de Gloria Carrá (habitual colaboradora de Chen) quien logra un trabajo impactante y sencillamente consagratorio, más allá de todos los importantes trabajos en su carrera tanto en el cine, como en el teatro y la televisión.

LA SABIDURIA

de Eduardo Pinto

Competencia Argentina

★ ★ ★ ★ ★ ★ ½ ✩ ✩ ✩

Eduardo Pinto vuelve con una historia provocativa y oscura en “LA SABIDURIA”: tres amigas –que oscilan en los treinta y pico- (Sofía Gala Castiglione, Analía Couceyro y Paloma Contreras) que luego de una larga noche en una fiesta electrónica, emprenden viaje para pasar un fin de semana en el campo, escapando de la gran ciudad, y tomándose un tiempo para encontrar un espacio para ellas mismas.

Apenas llegan al lugar (la estancia cuyo nombre da título a la película) se presentan los dos hermanos que regentean el campo quienes automáticamente las invitan a compartir un trago con ellos en el establo por la noche y al que ellas acceden en una mezcla de curiosidad, diversión e invitación al desborde. Desconocen que esa invitación invoca a una ceremonia típicamente campestre, que entre peones, alcohol y otras bebidas, comenzará a transformarse en un ritual de crueldad que iniciará una escalada de violencia que se inicia con el abuso y la desaparición de una de las amigas. Todo se complicará aún más cuando intentado dar con el paradero de ella, busquen ayuda en el Comisario del pueblo (Juan Palomino) y básicamente en el dueño de la estancia (Daniel Fanego) disparando una verdadera persecución, un juego del gato y el ratón que va encaramándose hasta convertirse en una verdadera cacería humana.

Aunque el guion no logra cohesionar armoniosamente todos los elementos hay momentos que remiten al típico cine slasher, toques del “rape and revenge”, entrecruzado con una lectura sobre las aberraciones históricas sufridas por las generaciones anteriores en pleno campo argentino.

En ese avasallamiento sobre los derechos de los indios, se refuerza más todavía la idea de las mujeres como centro de la agresión y de sometimiento en la historia argentina.

Eduardo Pinto despliega virtuosismo con su cámara y el aprovechamiento de las locaciones y del espacio, hablan de un director que se sobrepone a estos desniveles planteados en el guion y elabora una propuesta con un ritmo que no decae en ningún momento y que no sólo se nutre de destacados rubros técnicos sino que Pinto demuestra tener una gran sensibilidad en la dirección de actores.

JUNTAS

de Laura Martinez Luque & Nadina Marquisio

Sección Cine por Mostras

★ ★ ★ ★ ★ ★ ★ ✩ ✩ ✩

En “JUNTAS” la cámara nos permite “espiar” las vidas de Norma y Cachita, desenvolviéndose en su cotidiano, desgranando anécdotas de sus vidas y por sobre todo, contando a través de las imágenes, los sonidos y las texturas, su historia de amor.

Desde ese respetuoso lugar de construcción del que parten las directoras, sabiendo tomar una prudente distancia cuando es necesario, transmiten con absoluta precisión la fuerza de esta historia de amor que ha sabido desafiar cualquier tipo de convenciones y que, luego de tener cada una de ellas una pareja heterosexual, lograron amarse y sostenerse a lo largo de tres décadas, convirtiéndose en la primera pareja lesbiana en contraer matrimonio en América Latina allá por el 2011 con sus lozanos 68 años, en planea época de la aprobación de la Ley de Matrimonio Igualitario.

El documental les propone además, acompañarlas en un viaje muy particular hacia Colombia: esa geografía que fue testigo de este compromiso, aquella casa donde vivieron juntas, donde disfrutaron de un amor en principio bordeado de la clandestinidad que imponía la época, pero de enorme libertad puertas adentro. Y desde ese lugar, entonces, mostrar esa construcción basada en el amor, el deseo, el compañerismo y el respeto mutuo.

Una historia que se va impregnando de cada uno de los testimonios y de esta forma se nos invita a ser partícipes de ese viaje que emprenden a lugares entrañables, a los recuerdos y a sus vivencias, a las nuevas emociones y a las reflexiones a las que (les) invita ese territorio tan propio.

Somos testigos de esa intimidad de pequeños gestos, de palabras precisas, de una atmósfera de tantos momentos compartidos y aún en esa azarosa elección desordenada y sin cronologías, la potente figura de Norma y Cachita va entrelazando la historia mientras se entregan a la mano amorosa de sus dos directoras.

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