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Por Rolando Gallego

El esperado regreso de las amigas de Nueva York, trae una mirada lúcida y potente sobre el paso del tiempo, la maternidad, la vida en pareja, y, claro, la pandemia.

“Extraño cuando manteníamos los dos metros de distancia”, dice Carrie, encarnada una vez más por Sarah Jessica Parker, en una de las primeras escenas de And Just Like That, el anticipado regreso al universo de Sex and the City, que HBO MAX preparó para su cada vez más fuerte plataforma.

En esa frase, que habla de una mirada irónica sobre la vuelta a la normalidad, la serie revela algo que antes estaba escondido en el estrafalario artificio de lujo y moda, de oropel y de purpurina, y que ahora, pandemia mediante, se ha corrido, por suerte.

Pasó el tiempo, y por suerte, el guion asume esa temporalidad como un potente recurso narrativo, en donde las canas, la pérdida del apetito sexual, las enfermedades, entre otras cosas, se suman a los clásicos diálogos compartidos en los restaurantes de moda por Carrie, Miranda (Cynthia Nixon) y Charlotte (Kristin Davis).

Hay una ausencia física de Samantha (Kim Cattrall), pero curiosamente, su presencia es constante en los dos primeros episodios que ya están disponibles, y, en algún punto, funcionará como nexo entre el pasado del relato y este vigoroso presente.

Carrie, Miranda y Charlotte entraron al Siglo XXI con el pie derecho, asumiendo roles y desafíos nuevos en un mundo en donde una columna de sexo y vínculos ya no basta para poder vivir, cruzando redes, podcasts, y una realidad que supera cualquier plan que podrían haber imaginado para ellas.

And Just Like That es un vigoroso relato sobre mujeres de cincuenta años que asumieron su lugar en el mundo y no reniegan de él, y que saben que su principal desafío es despertar cada día y tomar del mundo lo mejor, para seguir soñando y compartiendo lattes, muffins y charlas eternas con sus amigas.

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