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Por Marcelo Cafferata.

Dentro de la programación del Festival *ATERISCO con centro en la plataforma www.cont.ar (programación y sedes en https://festivalasterisco.com.ar/) hay una selección de cortos que pueden verse en www.cck.gob.ar entre los que se destacan los seleccionados en la sección “La piel que habito” + “Activisimos”.

ACTIVISMOS

Dentro de esta sección se presentan  “GRIETAS EN EL PATRIARCADO” de Cagdas Celtikli y Kai Münch y “NO ME DEJARON LLORAR” del Colectivo de varones antipatriarcales CABA, ambos trabajos del 2020 que lamentablemente caen en una mirada exclusivamente panfletaria en donde ciertos términos son subrayados y empleados reiterativamente. Por ejemplo, un uso impostado del lenguaje inclusivo, que, justamente se lo percibe como inorgánico por el esfuerzo que hacen los protagonistas en emplearlo –aun cuando se evidencian errores propios de querer expresarse de esa forma en cualquier contexto-, lo que genera una distancia y una inclusión excluyente para el espectador común. 

Patriarcado, cisgénero, feminismo, aborto legal seguro y gratuito y las nuevas formas de debate sobre la sexualidad y el cuerpo, se dan encuentro en ambos trabajos que si bien visibilizan una actualidad urgente -sumamente positivo que comience a aparecer en nuestra pantallas-, lo hacen sirviéndose de un formato documental más vinculado con lo televisivo y lo periodístico que con una elaboración pensada como pieza documental cinematográfica.

En cambio, dentro de esta misma sección, los cortos “CASARNOS” de Bruno Montenegro (Perú) y “HOMBRES INVISIBLES” de Luis Carlos de Alencar (Brasil) dan cuenta de la actualidad, con miradas honestas, claras, que atrapan  el relato de sus protagonistas a través de una cámara atenta a captar las emociones y con una potente fuerza testimonial.

El relato de una pareja peruana, Almendra y Luko, que viaja de Iquitos a Buenos Aires para poder cumplir con su sueño de casarse (el matrimonio igualitario en Perú todavía no es un derecho) y socializar formalmente su historia de amor encuentra en Bruno Montenegro, como director, un espacio de espontaneidad, sinceridad y conexión. En tanto que el trabajo de Luis Carlos de Alencar explora la problemática de la población trans en las cárceles tanto en temas de salud, como en la violencia y la falta de derechos con los testimonios en primera persona que conforman una resistencia activa desde sus palabras, su sentir y la posibilidad de hacer visibles sus historias.

SELECCIÓN DE CORTOS

Dentro de los cortos seleccionados para esta edición del Festival, predominan, sobre todo en el primer programa de la competencia argentina, una exploración sobre diferentes territorios del arte -aun con todos sus desaciertos- que puedan potenciar más aun la expresión visual.

http://desamor” de Lucía Dobal y “VIRUS” de Emi Castañeda juegan con diferentes texturas (fotos, voz en off, superposición de imágenes, textos fragmentados, filmaciones con celular, cartas manuscritas) para servirse de otras formas de expresión para contar historias de amor y enhebrar hipótesis sobre los desamores y los desencuentros. Dentro del grupo, “EMERGE” de Magalí Suescun y Laila Méliz, sorprende con una narración caótica, para contar la  compleja relación madre/hija con claras referencia al absurdo y la inclusión del mundo animal,  propias del cine de Lanthimos y su visceralidad.

También dentro del terreno de la exploración “PLUMÍFEROS” de Ale Paiva y Juan Rodríguez Laje intenta una apuesta original, pero inunda de palabras y de un texto sumamente literario que no funciona cinematográficamente,  empañando la potencia visual que podrían haber tenido esas imágenes con un texto más ajustado a la propuesta. Algo similar ocurre con “AGATHA” de Julián de la Chica que al querer apostar a más, termina jugándole en contra, para un relato que, basado en el voyeurismo y en la construcción de una historia fragmentada desde la mirada del afuera, hubiese logrado un mayor impacto que cuando se utiliza la voz en off para volver a poner en palabras lo que surge espontáneamente de las imágenes.

Sobresalen muy por encima del nivel del grupo, la sencillez de “MAILLOT” de la chilena Daniela Munita y “TRANSCENDENTE” de Joaquin Alejandro González.

En el terreno de lo ficcional, Munita cuenta con una cálida sencillez la historia de Emilia y Lucía, dos compañeras de gimnasia rítmica que mientras entrenan para obtener el pase a una gira internacional a la que sólo una de las dos podrá acceder, comienza a surgir una atracción que las envuelve.

El trabajo de González, enmarcado en el terreno documental también apela a una narración simple pero apuntada a los sentimientos y al testimonio de vida de Lorena Carapanchay, una mujer trans que es coplera y a través de su arte y su retrato de vida nos comparte su proceso de cambio de identidad enmarcado en una realidad tan distinta con sus Valles calchaquíes como marco.

Coplas y canciones que claman por una igualdad de derechos, por el respeto a la diversidad y por abrir conciencias en una sociedad tan cerrada como la salteña.

Otro gran recomendado es “MEMORIAS REVELADAS” de Quentin Worthington quien con una cámara inquieta tanto en Buenos Aires como en Alemania, se reencuentra con Magalí Nuñiz, Maria Belén, Ivana y Carla Pericle, que fueron las fundadoras del “Archivo de la Memoria Trans Argentina”, el primer Archivo Trans que existe en el Mundo con más de 6000 piezas de documentación en donde se comparten anécdotas, fotos, revistas de la época, testimonios y cartas de la comunidad travesti, transgénero y transexual, documentos que se encuentran en proceso de digitalización y que tienen el valor agregado de haber sobrevivido tanto a la dictadura como a la posterior represión policial en tiempos de democracia.

El relato en la voz de cada una de las protagonistas, atraviesa estos momentos más oscuros de la historia, la lucha por los derechos, la aparición del SIDA, la represión y el archivo,  como una forma de homenaje a todas aquellas vidas que se perdieron en tiempos donde, en su propio decir, eran completamente consideradas como N.N.

Worthington las deja expresarse libremente frente a la cámara, en este proyecto que en forma entusiasta y vivencial llevan adelante, no sólo enorgulleciéndose de esta minuciosa tarea de reconstrucción y de reflexión sobre un pasado reciente sino de la importancia de su lugar de trabajo y de poder generar un espacio donde institucionalmente, pueda mantenerse viva la memoria y desde donde seguir resistiendo activamente por sus derechos.

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