Tiempo de lectura: 4 minutos

Por Rolando Gallego.

Federico Palazzo dirige a un gran elenco en “4 Metros”, un relato sobre búsquedas personales en medio de tiempos acelerados y desconexiones. LUDICO dialogó con el director, Paula Morales y Victorio D’Alessandro para conocer más detalles del proyecto del que también participan Maite Lanata, Osvaldo Laport y Paricia Etchegoyen, entre otros.

“4 Metros surge de un equipo autoral, me invitan para acompañarla desde un rol de asesor para que otro colega pueda dirigirla, es algo que me gusta, y que es parte de la dinámica del INCAA para que un colega pueda sostener la administración de los fondos públicos para la dirección. Acompañé esto, junto a un grupo de colegas, me preguntaron qué creían, en un pitching, qué había que hacer con el guion, indiqué que había que transitar la dicotomía del personaje y su voz interior. Se aprobó, y después de mucho tiempo, llegó el productor, había poco tiempo para realizarla, el director que la iba a hacer no pudo, y yo era la figura orgánica para reemplazarlo, y lo encaré desde un lugar para evitar que se acentuaran cuestiones de violencia sobre cuerpos y género, la joven tenía 17 años, yo me negué, y pudimos hacer que el personaje de Maite tenga 18 y él 38, y de ahí el zumbido, como una metáfora, de no saber escuchar su voz interior. Tuvimos tres semanas para contarla”, dice Palazzo.

“Tengo una gimnasia de capacidad resolutiva por tener 3000 horas de televisión, y esto no es ninguna jactancia, es poder poner a los actores donde corresponde. Rodamos en 15 semanas en doce o catorce locaciones, fue una distinta por día, y todo lo acuático se hizo en una semana, esto no es un reproche, al contrario, son las reglas que había y acepté que sea así. Entendimos que había que convocar a actores con la capacidad para que las circunstancias permitan tener capacidades resolutivas importantes. El elenco es toda gente particularmente solidaria y un compromiso”, agrega.

“Hace seis años que no hacía cine, varios cameos sí, y tenía muchas ganas de volver. A principio de año imaginé que quería volver, pero en esta profesión dependés mucho de lo externo, me visualicé, soy muy de hacer eso, confío mucho en el poder de la mente, en los pensamientos positivos. En abril estaba en Brasil con mi marido y me llegó el audio del director convocándome con la propuesta, se lo contesté, bajé del avión, me junté con él, me contó todo y a las tres semanas estaba filmando”, dice Morales sobre su ingreso a la película.

“Trabajé mucho desde que me dieron el guion, todos los días, hasta soñaba con el personaje, tuvimos ensayos y encuentros previos con Vicco y Federico, teníamos que llegar al set e ir y hacer, pegamos onda en seguida, con Vicco trabajé en “Herederos”, pero no compartimos escenas, a Federico también lo conocía, pero no por trabajar, y el equipo fue muy lindo y contenedor. Fueron tres semanas intensas pero hermosas. Me sentí identificada con el personaje, madre joven, se casó joven, perdió años de su vida cocinándole a su marido y dedicándose a su hijo, tenía mucho que ver conmigo, y si bien es una mujer libre y empoderada, tiene ternura, va por lo que quiere hasta que se le cruza Joaquín y se le mueve todo hasta que vuelve a escucharse. Es una película que habla del deseo”, dice.

“Es la primera vez que me toca un protagónico y con estas características, y la realidad de eso me llevó a hablar con el director diciéndole que a la edad podíamos llegar con un proceso interno o se lo tenía que mostrar o dejado o algo físico, y de ahí me empezó a seducir el proyecto, porque esta crisis que tiene Joaquín yo la tuve en varios momentos de mi vida, de no saber para dónde ir, y desde ahí construí el personaje, alguien que a raíz de situaciones particulares pueda ejecutar con su entorno un cambio”, comenta D’Alessandro.

“Empezás a tocar otros colores, que en teatro tal vez sí lo hice, pero no en la pantalla, eso genera una diversidad, que aunque en un personaje con escenas coloquiales, como este, y podés correrte un poco de aquello que venís haciendo, e internamente desarrollar el personaje, algo ingenuo, que termina llevándoselo puesto. Me pareció que dentro de la adrenalina de filmar la película en 15 jornadas, con ensayos previos llegamos bien al rodaje”, indica.

“Tengo el privilegio de decir sí o no, lo miro desde un lugar desde donde puedo elegir una cosa u otra, pero me están llegando cosas que me requieren otra búsqueda y puedo elegir, si me llega otra tira, veo qué hago. Es probable que haga algo, pero por poco tiempo, porque me voy a filmar afuera una miniserie. El personaje pasa por muchos estados, con disciplinas cercanas, pero quise armarlo como medio tontuelo, que se abre y quiere ir a vivir rápido con una mujer, lo que más me gustó de Joaquín fue recorrer por varios estados, no pasa siempre, y además es mi primer protagónico en Argentina, en cine”, menciona.

Compartir en: