Por Marcelo Cafferata.

Recorremos tres de las propuestas que presenta la edición de este año del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata en la sección “Trayectorias” en la que hay homenajes, entre otros grandes realizadores a María Luisa Bemberg, Manuel Antín, Fernando “Pino” Solanas y Edgardo Cozarinzsky.
CORTAZAR Y ANTIN: Cartas Iluminadas
de Cintia Rajschmir
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Tres de las películas filmadas por Manuel Antín están basadas en cuentos de Julio Cortázar y “CORTAZAR Y ANTIN: CARTAS ILUMINADAS“ recorre a través de la correspondencia entre estos dos artistas, no solamente el vínculo creativo y de profundo respeto que existió entre ambos, sino la relación de amistad y camaradería que fue prolongándose a través de los años.
Rajschmir logra en este entrañable documental sumergirnos en el mundo del cine de Antín (de una filmografía que ha sido fundante dentro del cine nacional aunque quizás no sea uno de los directores más reconocidos por el público en general) y abordar en profundidad las problemáticas que se plantean y aparecen en el proceso de adaptación de un material literario a la pantalla grande, motivo de enorme controversia, en la mayoría de los casos, entre el escritor y el realizador cinematográfico.
Las correspondencias servirán de hilo conductor para ir atravesando la historia de ambos y se potenciarán con extensos y deliciosos audios –“audiocartas”- con la voz inconfundible de Cortázar que vuelven a revivir los textos, las apreciaciones al material del cineasta y las sensaciones que se van transmitiendo tanto en lo referido a lo profesional como del orden íntimo o familiar, dado que este vínculo había involucrado también a sus esposas, Ponchi Morpurgo, escenógrafa y mujer de Antín y a Aurora, mujer de Cortázar en aquel momento.
Intercambio epistolar que se ha visto interrumpido o espaciado por temas políticos que si bien el documental nombra tangencialmente (hay una alusión a la partida del país de Cortázar en épocas del peronismo y luego sus ideas respecto de la revolución cubana), decide no abordarlos de lleno, privilegiando no solamente la comunicación entre los artistas sino la puesta en valor de la filmografía de Antín en su contexto histórico (claramente influenciada por la nouvelle vague y revolucionaria para los cánones del cine nacional que se filmaba en la época), sobre todo a través del testimonio de dos de sus heroínas en la ficción, hermosas anécdotas y detalles de filmación revividos por Graciela Borges y de Dora Baret, que además se complementan y se ilustran con fragmentos de su filmografía, marcando ciertos detalles que tienen implicancia con la correspondencia.
Algunas anécdotas serán además ilustradas con el recurso de la animación que hace que el trabajo de Rajschmir, explote además diversas formas de llegar al espectador para narrar esta particular historia que ofrece, una vez más, la deliciosa presencia de cine dentro del cine.
NORMA ALEANDRO, EL VUELO DE LA MARIPOSA
de Carlos Duarte Quin
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Varios poemas y relatos breves como “Puentes Lejanos” “Mi diario secreto” “Poemas y cuentos de Atenazor” escritos por la propia Norma Aleandro van entrelazando los distintos fragmentos de su retrato, a cargo del colombiano Carlos Duarte Quin, que se estrena dentro de los homenajes presentes dentro del Festival.
Norma Aleandro es de las pocas actrices extranjeras han logrado un camino internacional que ella misma ha decido no continuar, haciendo prevalecer el trabajo en su propia tierra y quedarse aquí para disfrutar su vínculos familiares y sociales que son fundamentales para ella. Habiendo participado de “La Historia Oficial”, película ganadora de un Oscar a la mejor película extranjera, nominada al Oscar como actriz y a los Globos de Oro, premiada en Cannes y en San Sebastián, Aleandro cuenta entonces con una extensa trayectoria, única, tanto en cine como en teatro y también en televisión.
El esqueleto narrativo que sostiene al documental son sus trabajos más teatrales y cinematográficos más reconocidos, sus pensamientos sobre la actuación y lo que se siente al pisar un escenario pero el punto de vista de Duarte Quin no se restringe exclusivamente a una Norma actriz sino que la muestra completa: como mujer, como madre, como esposa, como abuela, como dramaturga, como escritora y como directora teatral, entre otros. Es así como aparecen sus trabajos teatrales en “Escenas de la Vida Conyugal” junto a Alfredo Alcón –al que el documental le dedica un párrafo especial-, la inolvidable “Master Class” en donde personificaba a Maria Callas, “Las pequeñas patriotas” con dirección de Helena Tritek junto a Adriana Aizemberg, “Agosto – Condado de Ossage” dirigida por Claudio Tolcachir, “La señorita de Tacna” de Vargas Llosa, “El juego del bebé” de Edward Albee junto a Jorge Marrale o cinematográficos en “El hijo de la novia” de Campanella, “Cien veces no debo” o “La Fiaca”.
La lista de sus trabajos sería interminable, y el documental de Duarte Quin los sobrevuela dándole a cada uno su espacio y construyendo un collage que navega entre lo íntimo y lo profesional que se amplifica con las pequeñas entrevistas que la describen en el ámbito familiar (Oscar Ferrigno y su pareja de tantos años Eduardo Le Poole), su agente Alejandro Vanelli y directores colegas que han disfrutado de tenerla como actriz en sus trabajos como Marcos Carnevale, Luis Puenzo, Sebastián Borenztein o Claudio Tolcachir (quien desgrana una hermosa anécdota sobre los inicios de su sala independiente Timbre 4) entre tantos testimonios.
Algunos apuntes políticos, el exilio, sensaciones y sentimientos encontrados, su filosofía y su actitud frente a la vida, la importancia que tiene para ella el escenario como así también poder encontrar la verdadera felicidad por fuera de él, más aferrada al calor familiar y a los proyectos más personales.
“NORMA ALEANDRO, EL VUELO DE LA MARIPOSA” a pesar de contar con una estructura sumamente tradicional, cuenta con el magnetismo único como el que tiene Aleandro, dueña de una talento que le permite brillar en la comedia y en la tragedia y que trasunta la pantalla y que nos atraviesa como espectadores.
MEDIUM
de Edgardo Cosarinsky
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Cozarinksy retrata en “MEDIUM” a Margarita Fernández, eximia profesora y pianista, que con sus más de 90 años, tiene una vasta trayectoria y que frente a la cámara reflexiona sobre los grandes músicos de la historia –y sus favoritos-, su pasión por la música y los distintos autores para llegar, más avanzada la historia, a poder relatar el vínculo entre el director y la protagonista. Y mientras todo esto sucede, podemos disfrutarla en la impecable ejecución frente al piano de sus obras más antológicas.
Hay algo que distancia al espectador del personaje. Quizás sea un halo demasiado inalcanzable de erudición que habita, naturalmente, en Fernández pero que hace que no cualquier espectador pueda seguir cómodamente los diálogos y las situaciones plagadas de referencias musicales y culturales, mientras que por el otro, sin desmerecer el recorrido profesional y el enorme talento de Fernández, hay un carisma que no logra atravesar la pantalla.
Cuando el documental se basa en el retrato de una personalidad –en este caso relacionada con el arte-, la falta de fluidez con la que el retratado se desenvuelve dentro del campo cinematográfico, atenta indudablemente contra el resultado general que si bien nos introduce al universo de la música y de la interpretación de piezas tan complejas como las de Brahms ó Listz –que pueden disfrutarse con la maestría con la que Fernández las ejecuta- no logra generar un vínculo potente con aquel espectador que no sea afín a ese “nicho” tan particular.
Por fuera de sus interpretaciones, el documental genera un campo de interés al atravesar el repaso por la historia política y cultural argentina a través de fragmentos de archivo, sobre todo durante los años setenta en donde Fernández formó parte del Grupo de Acción Instrumental e inició un camino de vanguardia y experimentación dentro del terreno musical.
El otro punto fuerte de “MEDIUM” es ver a una artista tan dotada, lejos de todo divismo, con una sencillez absoluta, hablando con sus alumnos, discípulos y colegas introduciéndonos a un mundo complejo y sentándose al piano con total naturalidad a ejecutar esas obras complejas que vibran en sus dedos, que como ella misma dice, muchas veces se arquean como la espalda de un gato para darle la pasión necesaria a cada pieza.