Por Marcelo Cafferata
Sebastián Caulier director de “La inocencia de la araña” y “El Corral” presenta en una nueva participación en BAFICI, su último trabajo “EL MONTE”, uno de los trabajos de ficción que se presentan en el marco de la Competencia Oficial Argentina.
La historia es, en apariencia, simple: Nicolás (Juan Barberini) llega a la casa de su padre (Rafael, a cargo de Gustavo Garzón) en el medio de monte formoseño un poco por motivación propia, pero también impulsado por un pedido angustiante de su madre: su padre se ha internado lejos de ellos hace ya un buen tiempo, abandonando su carrera y su estilo de vida sin explicación alguna y no saben nada de él ni de su salud.
La relación entre ellos es tensa: Rafael lo descalifica, es hostil, tiene comentarios desagradables tanto para él como para su madre (y la pareja de su madre). Es como si Nicolás hubiese roto el clima que este ermitaño necesita para su nueva vida elegida y responde agresivamente a su presencia que casi no puede tolerar, mucho menos aún la posibilidad de volver a su vida de ciudad, propuesta que su hijo intenta deslizar indirectamente.
Hay cuentas pendientes, ataques, una relación fría y distante en la que no pueden vincularse de ninguna manera, puntos de vista irreconciliables y una mirada machista y lindando lo homofóbico para con su propio hijo –quien además está transitando su propio duelo por la ruptura reciente con su pareja-.
La destreza de Caulier es mutar de un película de mundos opuestos que chocan, a sumergirnos progresivamente en una historia fantástica donde Nicolás comenzará a comprender que lo que a simple vista parece un deterioro cognitivo de su padre, con algunos episodios de ausencias y olvidos, se irá transformando en el descubrimiento de la extraña y oscura relación que lo ata con el Monte, que lo posee.
Rafael dispara “se es de donde se elige ser” marcando su lugar de pertenencia y la potencia de las elecciones sobre las que explícita e implícitamente también gira la historia: la forma de paternar que ha elegido y el impacto que ha provocado y que aun provoca en Nicolás.
Hay un cuidado trabajo en todos los rubros técnicos, sobre todo en el impactante trabajo de fotografía de Nicolás Gorla pero “EL MONTE” se hace posible por la forma en que los dos actores protagónicos llevan adelante el guion de Caulier.
Barberini vuelve a validarse como uno de los grandes actores de su generación y este nuevo trabajo de Caulier le permite a Gustavo Garzón un lucimiento que hace tiempo se debía en el cine, con un protagónico del que se apodera logrando momentos realmente soberbios cuando su personaje linda con lo sobrenatural y se va entramando con la selva y con la naturaleza, donde parece que los dos se vuelven uno.