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Marcelo Cafferata.

En sus dos trabajos anteriores, desconocidos en nuestro país –“Alex” y “Coup d’Eclat”- el realizador José Alcalá ya había instalado una mirada muy particular sobre el universo femenino, sus deseos, sus motivaciones y también esa necesidad de encontrar el propio lugar en el mundo, alejándose lo más posible de los mandatos y las convenciones.

Siempre las protagonistas de sus films son mujeres atravesando un fuerte punto de inflexión y el caso de “Nosotros Tres” no es la excepción sólo que en esta oportunidad la propuesta se construye en tono de comedia, no solamente haciendo foco en Simone (Catherine Frot, ganadora del premio César a la mejor actriz por su inolvidable composición en “Marguerite” y a quien vimos en “El reencuentro” junto a Catherine Deneuve, “Odette” y “7 años de Matrimonio” o “La cocinera del presidente”) sino que también pone la lupa en los vínculos familiares y la relaciones personales que giran alrededor de esta mujer que quiere liberarse.

Simone vive en una pequeña casa en un pueblito en el sur de Francia junto a su marido, el antiguo mecánico del pueblo Gilbert (Daniel Auteuil) atravesando serios problemas financieros desde que se han jubilado, con lo cual la situación económica en su presente, no es justamente la mejor.

Exactamente en la vereda de enfrente vive Etienne (Bernard Le Coq) un viejo amigo de la pareja que roto con el aburrimiento de los 35 años de matrimonio de Simone y han pasado a ser amantes, dándole esos momentos de pasión y de ternura que parecen haber desaparecido por completo cuando está con el cascarrabias de Gilbert.

Aunque con ciertas pinceladas que hacen un poco difícil construir la historia desde algún verosímil, Simone decide tomar las riendas de su vida y no conformarse con ninguno de sus dos amores, buscando su propia libertad y “pateando el tablero” de forma tal que la vida de estos dos hombres comienza a experimentar un fuerte desequilibrio. Ahí es donde la mirada de Alcalá gana un poco más de fuerza, cuando muestra ese efecto dominó que genera Simone con sus decisiones.

El problema que presenta la historia, más allá de un tono sumamente naïf para resolver casi todo lo que plantea; es que acumula una diversidad de temas sin poder desarrollar a ninguno de ellos con el arco dramático que la historia necesitaba, agolpando en sus noventa minutos demasiados lugares comunes y clichés propios del género.

Situaciones que a cualquier mortal le llevarían un buen tiempo de terapia, los personajes de “Nosotros Tres” las resuelven de una escena a la otra, con una liviandad pasmosa. Es una verdadera pena que con tres actores que funcionan y se vinculan muy bien desde el trío protagónico, el guion no haya podido hacer foco en una historia de personajes que han pasado los sesenta, historias que son poco habituales de ver en el cine, predominantemente invadido por jóvenes y millenials que parecen no tener ni padres ni abuelos.

Pasada la presentación, la historia hará foco en Gilbert, a quien el tiempo lo ha vuelvo hosco, huraño, poco demostrativo, y se verá enfrentado de un minuto a otro, a la crianza de su nieto.

La historia acumula al arquetipo de la mujer sojuzgada que desea liberarse, la conocida receta del cascarrabias que comienza a sensibilizarse a partir de ponerse en contacto con un niño, aparecerán viejos rencores familiares y algunos mensajes sobre la amistad y la fidelidad: no sólo esa fidelidad de pareja que intenta presentar con una mirada “revolucionaria” sino la capacidad de ser fiel a uno mismo y tratar de cumplir los sueños por más tarde que parezca.

El guion, como si tuviese poco con todos los temas que fue abriendo, seguirá subrayando mediante situaciones secundarias y personajes que aparecen brevemente en pantalla, su marcada voluntad de mostrar el amor en los tiempos que corren. No solamente proclamará el poliamor que incluso deberán aceptar hasta las mentes más cerradas y esquemáticas, sino que veremos un aire de inclusión y diversidad que suena algo impostado, subestimando al espectador que ya había comprendido –sin necesidad de recargar las tintas- el sentido de la propuesta.

Si bien esta mezcla de comedia agridulce presenta marcados problemas en cuanto al ensamble de las líneas que pretenden plantear el guion sin lograr profundizar prácticamente en ninguna de ellas, por el otro lado, tiene un fuerte apoyo en sus tres protagonistas, que son destacados actores de la pantalla francesa y que sacan provecho a sus papeles, humanizando a sus personajes tanto en sus pulsiones como en sus propias contradicciones.

Catherine Frot está radiante como Simone destilando sensualidad y disfrutando de esa nueva libertad que se propone. Daniel Auteil, en un papel de poca exigencia comparado a otros roles en su carrera, trata de lucirse en los momentos más amargos del filme que en los de comedia. Por el contrario, Bernard Le Coq se luce más en los pasos de comedia donde se impone con su elegancia y sus dotes de bon vivant.

“Nosotros Tres” (traducción demasiado libre de su título original “Qui m’aime, me suive” / “Quien me quiera, que me siga…” que alude mucho mejor a lo que la historia propone-) es una comedia liviana que si bien presenta un cierto fresco social y la problemática de cierto grupo etario, solo sobrevuela esa temática livianamente aunque se detiene con mucha ternura y calidez en el universo de las relaciones familiares en donde todo, tarde o temprano, se reacomoda para bien de todos sus integrantes.

POR QUE NO:

«Comedia liviana que si bien presenta un cierto fresco social y la problemática de cierto grupo etario, solo sobrevuela esa temática livianamente»

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