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Por Marcelo Cafferata

Presentada el año pasado en la Competencia Internacional del Festival de Cine de Mar del Plata. “ISABELLA” se suma a la galería de realizaciones de Piñeiro que giran en torno a la figura de las heroínas shakesperianas y que se entremezclan con el mundo del teatro y la actuación.

En esa ocasión, la pieza teatral elegida es “Medida por medida” en la que se reflexiona sobre la misericordia, lo sacrificial, la gratitud y la entrega a través de la historia de dos hermanos: Isabella y Angelo.

En la obra original, Isabella es la hermana de un condenado por haber dejado embarazada a una mujer soltera y tendrá la posibilidad de salvar a Angelo siempre y cuando se entregue carnalmente al juez que tiene a cargo el caso como “pago” para salvarlo de la terrible sentencia.

En este juego de espejos típico de las realizaciones de Piñeiro,  conoceremos los detalles de la obra a través de una puesta teatral en proceso de producción. Allí, dos actrices intentan audicionar para el rol principal de Isabella, una de ellas particularmente implicada con la protagonista, dado el vínculo que mantiene con sus hermanos, con sentimientos encontrados respecto de los lazos filiales que, dada su propia complejidad permiten diferentes tomas de posiciones.

Piñeiro suma entonces a Isabella a la larga lista de heroínas shakesperianas que ha sabido filmar en “La princesa de Francia” “Viola”, “Hermia & Helena” o “Todos mienten”, princesas literarias que en forma autoreferencial también se mencionan en los diálogos, a lo largo del filme.

Lo que se convierte como la marca propia de autor y la singularidad de su cine, que tantos otros directores buscan sin suerte, es al mismo tiempo una forma limitante, una especie de “trampa” en la que Piñeiro parece plagiarse a sí mismo y volver otra vez sobre un dispositivo creativo que calca y pega en un mismo molde, una forma de presentación de su discurso teatral / cinematográfico que, para quienes ya se han acercado a su cine en sus filmes anteriores, puede sonar algo reiterativo y ya visto.

De todos modos “ISABELLA” no solo presenta un texto reflexivo e inquieto que demuestra una vez más la atemporalidad de los textos de Shakespeare de plena vigencia, sino que además cautiva por el trabajo de fotografía a cargo de  Fernando Lockett quien frente al planteo que hacen las protagonistas sobre la luz púrpura que se presenta como oportunidad para la toma de decisiones, aprovecha para jugar con los colores y mostrar imágenes potentes y de una profunda belleza. 

Las dos actrices que se disputan el papel son: Mariel (María Villar), insegura, dubitativa, con problemas vinculares con sus hermanos –justamente uno de ellos dentro de la producción de la obra- y Luciana (Agustina Muñoz) que se presenta con una personalidad más segura y con mayor trayectoria, que provoca un mayor desequilibrio en Mariel quien se siente en inferioridad de condiciones, cerrando el triángulo con Miguel (Pablo Sigal) hermano de Mariel que en tren de confesiones entre ellas, descubren que es el amante de Luciana.

Piñeiro recurre hábilmente a una fragmentación temporal, rompiendo toda cronología y dejando solo algunas marcas para que el espectador pueda seguir la narrativa que se propone en tres tiempos. Aumenta la audacia de su puesta con la mirada que hace dentro del propio universo teatral, por ejemplo frente a las audiciones, donde incorpora el uso de la Cámara Gesell con toda la riqueza de significados que este dispositivo implica.

María Villar y Agustina Muñoz conocen con exactitud el universo del director, ya han trabajado juntos en realizaciones anteriores con lo cual se adaptan con suma naturalidad a este universo y se entregan a las diversas experimentaciones que propone Piñeiro frente a los textos shakesperianos, luciéndose sobre todo cuando por medio de ciertos objetos proponen cambios en los tonos de sus personajes y demuestran todo su potencial y su ductilidad, aunque algunos tramos suenan algo declamados.

ISABELLA” aun con sus reiteraciones dentro de la unión de la dupla Piñeiro-Shakespeare, sigue siendo un filme interesante por su planteo disruptivo, críptico y pendular y una propuesta atractiva y diferente.

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