Por Rolando Gallego
Algunas palabras sobre los estrenos de la semana.
GIRA
Retrato íntimo sobre un artista que fue a demostrar su talento al viejo continente y trajo su valija llena de aplausos. Hay algunos problemas con la decisión de por momentos mostrar todo como un viaje de egresados, pero sirve para mostrar un Rada auténtico y vulnerable
GUARDIANES DEL MUSEO
Una simpática propuesta animada que mezcla gatos, perros, ratones y obras de arte para narrar un relato simple sobre transformación y amistad. Ideal para los más pequeños, porque además del entretenimiento, los acerca a artistas únicos.
OLIVA
Una comedia que intenta narrarse en un tono que nunca encuentra y que va perdiendo gracia e interés en sus personajes escena tras escena. Homenajes y más homenajes para desandar un género para el cual hay que tener las herramientas muy afiladas, algo que aquí no sucede
LAS VENTANAS
Lugares comunes y muchas líneas abiertas que terminan por consolidar un relato trillado y aburrido. Muchas veces las ideas en la cabeza de un director/directora no logran transformarse en una película
OPERACIÓN TRAVESTI
Un viaje al pasado para conocer más detalles de la mente creativa de un ícono inoxidable de la músic ay la cultura popular.
MIGUEL LITTIN, CLANDESTINO EN CHILE
Información valiosa sobre un momento particular de un hombre que regresó a su país para encontrarse, lamentablemente su tono pedagógico y escasas herramientas visuales lo transforman en un ejercicio sin acabar.
EL CONDE
A 50 años del sangriento golpe de Estado contra Salvador Allende en manos del dictador Augusto Pinochet llega esta nueva propuesta dirigida por Pablo Larraín que se anima a imaginarlo dentro de un universo que se nutre de la comedia y el humor negro, pero también el horror, para desarrollar su propuesta. Referencias al cine clásico, vampiros, miserias, y la posibilidad de reflexionar, como ya lo había hecho con anterioridad en relatos como Tony Manero o El Club, pero también en NO, sobre el pasado reciente sin convertirse en un panfleto.
LA MONJA II
Desde hace un tiempo el cine de horror, por suerte, encuentra nuevas formas de asustar, películas como las de A24 van marcando el tempo y ritmo sobre nuevos universos en un género que a veces parece agotado. El caso de esta película no va en esta línea y configura un relato trillado y aburrido que sólo logra en algunas escenas capturar la atención del espectador.