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Por Rolando Gallego.

Algunas palabras sobre los estrenos de la semana.

Matar al dragón

Dos mundos, uno bello, el otro un infierno, y en el medio una mujer que es atravesada por ambos. Lograda producción de género, en donde los cuidados de los rubros técnicos posibilitan una puesta de calidad que potencia la fantasía y la imaginación desarrollada en un logrado y tenso guion.

Con nombre de flor

Un cuerpo travesti viejo, escorzado, que dispara la necesidad de mantener viva la memoria de una comunidad diezmada, censurada, adoctrinada, negada. Sama relata en primera persona las vivencias que compartió con Malva y entre ambas entrelazan la información necesaria para posicionar la diversidad sexual en otro lugar.

El padre de la patria

Propuesta que explora la vida y obra de Santiago de Liniers desde la recreación, archivo y entrevistas para construir una semblanza diferente, alejada de academicismos de un hombre que dejó todo por su patria.

Los hijos de Isadora

Una pieza, tres bailarinas, técnica y sentimiento unidos para representar  y homenajear a Isadora Duncan en el escenario. Película que rompe con géneros y esquemas, transita en la delgada línea de la verdad y lo construido, y que demuestra que nunca hay nada determinado para nadie.

Schurjin, el pintor

Un nieto reconstruye la historia de su abuelo pintor, una figura reconocida internacionalmente y que el paso del tiempo olvidó. La película de Martín Vaisman habla de la poca memoria del pueblo argentino sobre la cultura y sus artistas, pero también de lazos inquebrantables. Además se potencia en el cruce de testimonios sobre Schurjin, para algunos un gran intérprete de la realidad de los niños y adolescentes, y para otros una figura que aprovechaba su dedicación a reflejar la pobreza universa. Se ve en el ciclo DOCA de la web Cultura en Casa del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

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