Por Marcelo Cafferata
Todos recordarán a Meryl Streep en “Africa Mía” la película basada en las memorias de Isak Dinesen, que no es otra que la danesa Karen Blixen amparada bajo su propio seudónimo.
“KAREN” es el relato de los últimos tiempos de Dinesen / Blixen en África pero por sobre elige detenerse en el particular vínculo que la unió con su criado somalí. La clara elección de la directora María Pérez Sanz es poder contar esta historia, escapando del arquetipo de cualquier biopic, para centrarse en un drama intimista atravesado por la soledad y la lejanía de su propia tierra, el de una mujer que logra resistir y apoderarse de su rol, en un territorio que le es abiertamente hostil.
Si bien la propuesta de Pérez Sanz tiene el mérito de no respetar ninguna de las reglas del género donde generalmente invaden al espectador con nombres, fechas, lugares y datos que refuercen la mirada netamente biográfica, la decisión de pararse en las antípodas con un registro que remite en forma permanente al documental observacional, se transforma en un relato algo moroso, con eje en los momentos del fin del colonialismo y lo vivido puertas adentro.
En el vínculo con Farah, su criado, queda evidenciado el trazo social y las diferencias culturales y económicas por las que esa relación está atravesada y sobre las que la directora quiere hacer foco sin necesidad de explicitarlas, sino sencillamente describiendo ese devenir cotidiano entre los dos personajes y a través de algunas conversaciones en donde cada uno de ellos irá expresando sus puntos de vista.
La soledad de la sabana, las extensiones despobladas y esa abierta inmensidad son también un reflejo de lo que internamente también siente Blixen, una alegoría de una mujer frente a la desolación y la posibilidad de encontrar la amistad en medio de la melancolía.
Christina Rosenvinge se pone el papel absolutamente protagónico de “KAREN” al hombro y aporta sensibilidad y delicadeza a la figura de Blixen mientras que otros de los rubros sobresalientes de la película es el trabajo de fotografía a cargo de Ion de Sosa y una cuidada iluminación que genera los ambientes propicios que generan el clima necesario que Pérez Sanz quiere imprimir a su historia.
KAREN
de María Pérez Sanz
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