Tiempo de lectura: 3 minutos

Por Rolando Gallego

Leo Basilico, Nicolás Longinotti y Pablo R. Pandolfi son los directores de Los Inventados, película que mañana llega a los cines. Protagonizada por Juan Grandinetti, relata cómo un grupo de jóvenes de un retiro de actuación comienzan a desaparecer, hasta que, claro, alguien lo nota. Con humor e ironía la propuesta, simple, pero efectiva, nos permite indagar en el mundo laboral y aspiracional del protagonista. Basilico nos cuenta detalles de la propuesta que viene de recorrer varios festivales.

-¿Cómo surgió la idea principal de Los Inventados?

-Hay varios caminos que nos trajeron al proyecto. Para nombrar tres, ya que somos tres directores, podría decir que primero estaba la voluntad de hacer cine juntos, de encontrar un guión que nos entusiasme, que tenga un poco de todo lo que nos gusta. En segundo lugar, el disparador de viajar a una locación alejada y situar toda la película allí. Y finalmente, la voluntad de hacer una película donde los personajes se cuenten historias. Estas historias terminaron siendo ellos mismos, el personaje que se inventa cada uno. Nicolás escribió la primera versión del guión, a Pablo y a mí nos fascinó y desde entonces lo seguimos trabajando entre los tres.

-¿Cómo eligieron a los protagonistas?

-Viéndolos en otras películas donde nos habían gustado mucho. A Verónica Gerez la habíamos conocido con Cómo funcionan casi todas las cosas, de Fernando Salem, y a Juan Grandinetti en Pinamar de Federico Godfrid, que también fue docente nuestro en la universidad, y nos habló muy bien de él. Luego se dio la casualidad de que ambos ya habían trabajado juntos en Ni héroe ni traidor, de Nicolás Savignone, tenían muy buena química y se habían hecho amigos. Juan leyó el guión primero y le escribió a Vero para recomendárselo.

-Lucas sale del mundo asfixiante del call center a realmente hacer lo que desea pero se encuentra en un espacio complicado ¿Cómo pensaron el cruce entre ambos espacios?

-Siempre lo pensamos como un espejo, un espejo que deforma, una reformulación. En el medio hay un viaje, de la ciudad al campo, de los interiores a los exteriores, de lo real a lo inventado. Pero todo lo que Lucas inventa siempre tiene un punto de relación con su experiencia pasada, con su otra vida. Y tal como en los sueños, muchos de los elementos de su vida cotidiana vuelven a aparecer inesperadamente, modificados, corridos.

-¿Dividieron las tareas a la hora de dirigir?

-Sí y no. Es decir, tenemos áreas específicas donde somos más fuertes y ahí cada uno suele marcar el rumbo. Pablo también es actor y es quien más sabe de dirección de actores y Nico tenía la idea más clara de la puesta de cámara que había planeado desde el primer guión. Yo además de dirigir me encargué de la asistencia de dirección, por lo cual estaba más en contacto con la producción efectiva para completar cada escena. Pero más que dividirnos las tareas lo que hicimos fue construir progresivamente un criterio común. Y en el rodaje podíamos ir variando nuestros roles según la escena, según lo que vaya percibiendo cada uno, según lo que hiciera falta. Lo más importante era la confianza y la comunicación entre nosotros para no pisarnos y no marear al resto del equipo.

-¿Cómo fue rodar en exteriores? ¿Complicó en algo el plan de trabajo que tenían?

-Hubo algunas complicaciones mínimas. Cuestiones climáticas, o incluso llegar a grabar al borde de un arroyo que había estado muy apacible cuando hicimos el “scouting”, pero que estaba rodeado de cosechadoras en pleno funcionamiento cuando fuimos a hacer la escena. Sin embargo, nada fue muy grave y siempre le pudimos encontrar la vuelta. Nos gusta mucho trabajar en exteriores, con luz natural, y esto es algo que teníamos planeado desde el principio con Joni Plat, nuestro director de fotografía. El paisaje de Tandil nos dio muchas herramientas para poder construir un retiro en el que lo bello da lugar a lo inquietante.

-Tras pasar por festivales la película llega a los cines ¿expectativas?

-Es la primera vez que hacemos un estreno comercial, así que muy ansiosos por poder compartir la película con la mayor gente posible. Sabemos que la distribución de cine independiente es muy dificil. Al no tener una gran máquina publicitaria detrás, lo más importante son las recomendaciones y el boca en boca, lo cual hace que el público se junte más de a poco. Y esto muchas veces es incompatible con la forma de programar de las salas de cine. Nuestro ideal, nuestra apuesta, es que los espectadores salgan de la sala con muchas ganas de charlar sobre la película, que genere un diálogo, que genere preguntas. Ese suele ser el cine que más nos gusta.

Compartir en: