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Por Marcelo Cafferata.

Se estrena “BERNARDA ES LA PATRIA”, el documental de Diego Schipani –quien comparte producción y guion con Albertina Carri- que, a modo de coro polifónico, reúne las voces más talentosas del under porteño de los años ochenta, para describir a través de sus vivencias, sus trabajos y sus recuerdos, una época compleja, tan creativa, tan innovadora y con nuevos aires de libertad, en ese movimiento disruptivo generado en los sótanos y espacios alternativos de Buenos Aires.

LUDICO NEWS tuvo oportunidad de hablar con Diego Schipani para preguntarle cómo fue que entre todas estas figuras, poco a poco, el documental se va concentrando en la figura de Willy Lemos (quien entre tantos otros trabajos, muchos recuerdan por su inolvidable travesti en “Tacos Altos” de Sergio Renán junto a Susú Pecoraro o como pareja de Roberto Carnaghi en “Primicias” y pisó los escenarios de Cemento, la Botica del Ángel, el Moroco o el icónico El Parakultural o Paladium) que se convierte en el eje y figura excluyente de este trabajo.

Schipani nos cuenta: “Trabajé con Willy en mis tres películas anteriores y para contar esta historia no había otra persona en la que confiara o conociera de cerca para hacerla. Willy es un actor que fue parte de esa movida, anterior al regreso de la democracia y durante los ‘80, donde muchos actores encontraron un lugar montados en pelucas, plataformas y mucho gibré dando vida a personajes femeninos, inventados o extraídos de la realidad”.

En un momento de la película, una voz comenta que a pesar de haberse modificado la idea inicial, asiente con esta nueva forma que el proyecto ha logrado encontrar ¿Cómo fue tomando forma “BERNARDA ES LA PATRIA”?

La idea original se mantuvo todo el tiempo y está reflejada en la película. Contar como fueron esos años irreverentes en Buenos Aires. Siento que “BERNARDA ES LA PATRIA” es un Frankenstein: un palimpsesto de ideas, una película transformista. Aparecen los recuerdos pero también está la vida personal de Willy y su vida artística en la que también se ven reflejadas las de tantos, tantas, tantes actores que hicieron el mismo camino. Está el archivo sonoro y visual como un paisaje onírico de memorias, todo eso entrelazado creando esta película.

Es una película transformista que ensaya unir a Lorca con el universo del under, deconstruyendo el binario de género a partir de los movimientos culturales del final de la última dictadura y los primeros años del regreso de la democracia en Argentina.

¿Cómo fue particularmente el proceso del guion?

El guion original no se respetó cuando salí a filmar. Había un esbozo de lo que quería contar y unas 30 páginas con estructura de guion, que cuando tocó salir a filmar no sirvieron para nada sobre todo porque pasaron muchos años desde la primera idea hasta el corte final y en todo ese proceso hubo cambios, revisiones, intervenciones de nuevas personas, adaptaciones al sistema de producción de un rodaje por etapas (fueron cuatro entre 2018 y 2019). “BERNARDA…” también se vio atravesada por el hecho de no contar con dinero suficiente para poder producir, las inclemencias y demoras del INCAA, adaptarme al cronograma de técnicos esenciales como el DF Federico Bracken que quería que estuviese o mismo de la disponibilidad del propio Willy Lemos. El trabajo del guion con Albertina fue más de charlas, de tirar ideas, de rumiarlas, de recalcular sobre lo ya hecho y sobre todo de un gran trabajo en edición por lo que podríamos decir que el guion apareció en el montaje, donde se le dio un sentido a todo lo trabajado.

El montaje, entonces, fue clave, incluso más importante que el guion en sí mismo…

Recién en montaje encontramos la película, gracias al trabajo de Lautaro Colace que fue minucioso y difícil. A simple vista, el material filmado no le aportaba ideas, entonces el trabajo fue realmente laborioso y maravilloso. Luego Albertina y yo intervinimos en esa búsqueda, moviendo fragmentos del montaje, sacando escenas, agregando nuevas, incorporando la voz de Lorca en esas notas que aparecen sobre fondo negro, que parecieran, inicialmente, funcionar como separadores, pero que no lo son. Divirtiéndonos en este entramado de fragmentos, de retazos de historias, de esta urdimbre de sonidos con materiales de archivo donde aparecen Batato Barea, Alejandro Urdapilleta y Humberto Tortonese, o el material de archivo visual de Besos de Neón.

Como espectadores, agradecemos ese aire de libertad y plenitud creativa que se respira en “BERNARDA…”

Sabiendo que no usaría el guion escrito, con Willy debía trabajar de otra forma. No quería darle una estructura a la que asirse, necesitaba su desparpajo y esa libertad que tiene para crear sus personajes o contar su vida. Recibí más de 100 audios de whatsapp suyos -algunos están en la película- en los que, al igual que lo que sucede en la película, entrelazaba ideas, recuerdos, su vida personal, información para rearmar la historia. Con los directores: Llinás, Noy y Farace, les propuse distintas líneas de trabajo para que cada uno desde su lugar tuviese la libertad de dirigir a Willy o de intervenir en el casting como quisiese, por lo tanto, salí a filmar con ideas, más que con un guion de estructura clásica pero el eje siempre fue el mismo: contar esta historia.

La puesta es dinámica, va mutando a medida que avanza el documental, no se encasilla en nada de lo tradicional, arma y recicla el juego teatral en forma permanente…

Es fascinante lo que logra Willy Lemos con sus variaciones de Lorca: yo quería un texto con una mirada lgbt, de un autor lgbt y símbolo de esa cultura. Lorca es justamente eso, alguien que representa mucho de las problemáticas que habitan a esta comunidad. Un texto que pudiese ser interpretado casi en su totalidad por actores lgtb, además del nexo entre la época en que fue escrito, el inicio de la Guerra Civil Española y esos años de explosión artística e irreverente en Buenos Aires, que empezaron antes del final de la última dictadura y se extendieron durante los años ochenta.

Llama poderosamente la atención como la vida privada de Willy se va asomando contundente pero delicadamente y se entrama con el resto de lo que se quiere contar…

Hay algo de lo que dice Lorca/Bernarda/Willy al final de la película que tiene relación con su vida, con el abuso de su padre cuando él era un niño y dice así: “Lo más oscuro de esta casa es capaz de todo. Yo veía a la tormenta venir, pero no creía que llegaría tan rápido. Dejeme salir, decías. ¡Déjeme usted salir!, decías Lo peor es haber nacido”. Entonces, Lorca era perfecto para este documental.

Otro acierto de “BERNARDA…” es que se aleja completamente de los documentales de producción nacional que bucean en alguna historia personal a partir de archivos, fotos o filmaciones encontradas e irrumpe con una propuesta diferente…

Hacer un documental requiere de mucha valentía, mucha más que una ficción, creo, porque nunca podés saber con exactitud cómo quedará la película. Me encanta el cine documental. Es un espacio de búsqueda, de libertad, de poder jugar con las ideas, las imágenes y los sonidos, de no ceñirse a una idea iniciática, ¡ni a un guion!. Solo un documental permite eso, al menos para mí. Y de la forma en que está narrada esta película, de este palimpsesto de ideas, de personajes envueltos en plumas, tacones y purpurina; entonces aparecen nuevos caminos para narrar y las múltiples posibilidades de encontrar un nuevo sentido, donde se abren nuevas posibilidades de resignificaciones, de amores y de transformaciones. En 2015 se presentó un teaser al “Work in Progress” en el Festival Asterisco, en 2016 se presentó el proyecto al INCAA y recién en julio de 2018 se comenzó el rodaje que finalizó en agosto de 2019 con cuatro etapas de rodaje y un largo proceso de edición hasta encontrar la película.

Sólo queda agendar la cita ineludible para el Jueves 09/07 a las 22:00 horas en la pantalla de CineAr.TV (repite 11/07 a la misma hora) o disfrutarla gratuitamente en la plataforma Cine.Ar/play del 10 al 15 de este mes.

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