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Por Rolando Gallego

Franklin. Historia de un billete, de Lucas Vivo García Lagos, cuenta con un gran elenco encabezado por Sofía Gala, Germán Palacios, Daniel Aráoz e Isabel Macedo, para narrar cómo un ex boxeador que debe luchar por su vida intentará escaparse del ambiente que lo oprime y limita. Rodada en pandemia y con participaciones de intérpretes como Joaquín Ferreira, Christian Salguero, Luis Ziembrowsky y Luis Brandoni, más el debut cinematográfico de L-Gante, el guion original, adaptado por el director, es de los hermanos Slavic, creadores de El Garante y Epitafios, entre otras propuestas. Por acá Isabel Macedo cuenta su trabajo en ella y mucho más.

-¿Por qué hiciste tan poco cine?

Pienso que tal vez las cosas que me llegaban no me gustaban tanto, pero no porque me hiciera la exigente a nivel actoral, sino porque una siente las cosas que le pueden quedar bien, es algo muy personal, y no me encontraba nunca con un guion que me fascinara, creo que ese es el motivo.

-En esta película haces algo completamente diferente…

-Este era un super desafío, totalmente diferente a cualquier cosa que hubiera hecho, incluso hasta el pedido del director, que él la imaginaba rubia, de pelo corto, a todo nivel, y me dijo “querés probarte una peluca”, le dije que no, que quería encarnarla como él lo había imaginado, y me fui a hacer el color, el guion estaba tan bien escrito, me pareció super entretenido, me lo devoré, todo el tiempo pasan cosas, y me gustaba el desafío de llegar al set y poder confiar y ponerte en manos del director y hacer lo que él imagina y sueña, y eso me divierte, que el director te pueda moldear ahí, porque ahí está el verdadero laburo, ahí está la entrega, viendo qué querés contar, y llegaba a casa llena de moretones, todos me decían “no es necesario tanto”, porque para mí es “todo o nada”, sino me quedo en mi casa.

-No hay papeles chicos, y se ve que todos aprovecharon la oportunidad que les dieron en la película…

-Todos fuimos confiados a rodar porque el guion estaba bien escrito, la historia estaba bien  llevada, ningún personaje está porque sí, y cuando ves el elenco, hay actores gigantes haciendo escenas chiquitas, y eso por algo es, por algo dijeron que sí, me parece que había muchas ganas, la hicimos en plena pandemia, era un desafío, las productoras apostaron y todo se dio para que todo fuera redondo y creo que la película también lo es. Todos llegamos bien, responsablemente, nos portamos bien para no contagiar a nadie, encaramos un proyecto por seis u ocho semanas pero no sabíamos si podía ser más, todo se hizo en tiempo y forma y por suerte fue super placentero el proyecto.

-Rodaron en pandemia ¿Cómo estaba el cuerpo, justamente por la pandemia?

Contar bien el cuento, las ganas, la certeza de estar todos testeados, y principalmente el estar contento por lo que estás haciendo. No encuentro otra cosa que me de felicidad como actuar, y pienso que eso, llegar al set, mirando a todos, queres quedarte ahí viendo y siendo parte de la historia.

-El proyecto marca tu regreso a la actuación después de dedicarte a un proyecto hermoso como el de formar una familia, pero ¿hay algo más en el corto plazo asociado a la ficción?

-Sí, pensá que cuando me casé, yo estaba grabando en Telefé, viajé el viernes, el sábado me casé y el lunes ya estaba grabando. Cuando participé de Sandro, estaba embarazada de Belita, mi primera hija, porque moría por trabajar con Adrián Caetano, era por tres capítulos, dije que sí, nadie sabía que estaba embarazada, y después fueron siete episodios, y para mí era viajar lo mismo, era como cuando iba de mi casa a microcentro a trabajar, dos horas de vuelo y ya estaba en Buenos Aires para darlo todo. Después que nació, me quería quedar con ella, me parecía un trabajo fantástico estar con ella, formar tu familia, además yo estoy casada con un hombre con cuatro hijos antes que tuviéramos nosotros a Isabel, entonces la construcción de la familia, te lleva un tiempo, amor, paciencia, le tenés que poner el cuerpo y me pareció bien quedarme acá y después, apenas me llamaron para este proyecto, lo leí, lo devoré, nos reunimos a las nueve de la noche por zoom, termina, no me decían nada, y pregunté si iban a ver a más actrices y Lucas me dijo que me podía decir que era para mí, el productor lo mismo, aplaudí y al otro día viaje. Necesitaba un proyecto así, sentirlo desafiante para mí, y es lo que realmente me mueve, me da ganas, me emociona, me da ganas de no dormir para seguir leyendo. Ahora tengo algunas cosas, algunas propuestas, un contrato firmado para más cerca de fin de año en Buenos Aires y todo lo que vaya surgiendo y valga la pena, porque además como familia nos organizamos muy bien. Juan Manuel cuando me fui a hacer la película, yo ya estaba hace dos años sin trabajar, él me dijo ahora es el momento tuyo, porque vos me acompañaste, así que vamos, después vengo con la nena a Salta, para que pueda seguir con su jardín y vamos los fines de semana, por eso la organización de la familia tiene mucho amor, y sé que si sale otra cosa tengo el apoyo de todos para que hacerlo. Lo único que me detiene estos días es que tengo que estar tranquila porque está por nacer mi hija y elijo quedarme quieta para que ella se quede la mayor cantidad de semanas así sale todo bien.

-¿Cuándo supiste que actuar era lo tuyo?

-Yo pienso que siempre. Obvio que intenté hacer otras cosas para que mi familia estuviera tranquila, porque mi papá era Ingeniero Agrónomo, y mi mamá maestra, y si bien me apoyaron desde siempre, mi papá me dijo “está bien que actúes pero necesitamos saber de qué vas a vivir, estudiá, tené tu título”, siempre queriendo que tengamos una formación para garantizarnos un futuro. Tuve la bendición que me fuera bien y nunca parar de trabajar. Elegía hacer tele porque me gustaba estar 12 mil horas en el canal, me gusta el bar, el mate, los técnicos, grabar 12 horas, no me abruma, no me afecta, no sé si es algo para hacer ahora con las nenas chiquitas, pero seguro me organizaría hacerlo. Con mi papá me costó un poco, pero por suerte me fue bien y le dio seguridad. Él me organizó la vida, la parte económica, para que pueda vivir y saber que no siempre iba a tener trabajo, me enseñó mucho, porque eso me daba tener proyectos que no tenían que ver con la televisión, como por ejemplo tener mi propia casa, y grababa y grababa y me iba sólo de vacaciones en ese ratito que te dan por las fiestas, y me los tomaba para descansar, por el propósito que tenía, y esa organización que él me dio me sirvió para toda la vida. Y su pensamiento era muy feminista, me decía “no te cases con cualquiera, no te quedes con alguien que no querés, tené tus cosas, no dependas de nadie”.

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