Por Rolando Gallego
“Plagio”, la nueva propuesta teatral de José María Muscari, indaga en los vínculos y el poder, para reflexionar acerca de cómo el amor puede atravesarnos y cegarnos ante aquello que finalmente nos daña.
“Plagio” es una experiencia, y los que se animen a transitar sus cuatro versiones, se sorprenderán al descubrir que más allá de reconocer en cada una las palabras, “coreografías” y hasta el momento preciso en el que aparecen determinadas imágenes en la pantalla de la escenografía, la sensación es la de ver una obra completamente diferente.
Inés Estevez, Malena Solda, Esther Goris, Nicolás Riera, César Bordón, Thelma Fardín, Diego Ramos y Nicolás Pauls, componen cada una de las duplas amorosas que se debatirán a duelo delante de los espectadores.
Un candidato/una candidata presidencial deberá asumir su responsabilidad ante determinadas situaciones planteadas por su asistente, un hombre/una mujer, que reclama su lugar en su cama y en su meteórica carrera política.
El texto del propio Muscari y Mariela Asensio, busca la complicidad con el espectador, que deberá prestar atención a los juegos de seducción y también los de rechazo en una hipotética noche triunfal en el derrotero iniciado por cada dupla hacia la casa de gobierno.
Cada combinación de intérpretes propone un juego completamente diferente en el escenario, con una mayor formalidad y corrección (Bordón/Fardín), solemnidad (Goris/Riera), humor (Ramos/Pauls) e histrionismo y solidez (Estevez/Solda), que invitan, justamente, a versiones más o menos lúdicas, más o menos sólidas, pero que, todas, en el fondo, valen.
“Plagio” se inscribe en la categoría de teatro experiencia que acerca una mirada y una reflexión sobre la política y sus entretelones y como termina arrastrando aún a aquellos amantes que en cada noche se prometían pasión para siempre y el engaño y las mentiras los terminó por aplastar.