Tiempo de lectura: < 1 minuto

Por Rolando Gallego

El debut en la realización cinematográfica de Lucas Illa es un intenso viaje hacia la soledad de un hombre, que tras tomar una decisión continúa con las voces de sus propios fantasmas resonando en su cabeza.

“A-Hora” inicia con imágenes que se suceden de un joven hombre intentando superar la noche. El celular junto a él, la lluvia resonando de fondo, una almohada ofreciéndole aún más oscuridad en medio de un nocturno desvelo que resuena a otra cosa.

Llegado el día, la rutina, los hábitos, las costumbres, la espera por alguien que no llega, el dolor de saber que ya nada será como antes.

Illa logra transmitir con potencia un relato sobre un hombre que intenta continuar con su vida, independientemente de todo y todos, con las decisiones tomadas y las cartas sobre la mesa.

Cual voyeurs acompañamos al protagonista (el propio Illa) en su desandar las horas, con una ágil cámara y la sabia decisión de utilizar el blanco y negro para reflejar todo.

Relato íntimo, profundo, reflexivo en el que se transita un duelo, pero no sobre el de aquel que parte sin posibilidad de retorno, sino sobre aquella inamovible decisión de cambiar de piel y desde ahí, mirar con otros ojos al mundo, a pesar que el mundo sea el mismo.

Compartir en: