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Por Marcelo Cafferata

Marcelo Bosco y Jo Johannes (los Bosco y JoJo del título) son una dupla de directores con espíritu vanguardista que no solamente han revolucionado el mundo del cine publicitario sino que además, en plena década del ’90, han modificado por completo el rol que tenía el director publicitario, convirtiéndose en mega estrellas que han filmado muchos más de 200 trabajos que hasta han llegado a ser presentados en Festivales internacionales como Cannes o el New York Festival.

Partiendo de la concepción de la publicidad como una amalgama de comunicación, estética, economía, cine y sociología, han instalado una nueva forma creativa, una nueva impronta dentro de la industria, con el empuje de haber sido directores de arte en “Happy Together” de Wong Kar-Wai, que les dio el espaldarazo definitivo a un mercado internacional.

El documental de Sergio Bonacci Lapalma se destaca en una concepción en donde no solamente recorre la historia profesional y personal (con sus similitudes y sus notables diferencias) sino que también se adentra en diversos procesos creativos compartidos, tanto en lo artístico como en otras desventuras comerciales. A través de cualquiera de sus ideas, queda expuesto el concepto claramente innovador con el que dan origen a todos sus proyectos que encaran con estilo propio.

BJ: LA VIDA Y LOCURAS DE BOSCO Y JOJO” avanza con una narración en capítulos (partiendo desde filmaciones del 2010)  en donde podemos ver el  intento de rodar su primer largo “Maciel”, ser testigos de cómo evoluciona el emprendimiento de un bar completamente transgresor en plena zona roja de Palermo “Kim Novak Bar”, pasando por su galería de Arte “POPA”.  Respecto de la incursión en el cine, sobre “Maciel” (2016) reflexionan acerca de cómo su trayectoria en el cine publicitario fue creciendo de tal manera que el reconocimiento internacional hizo que comenzaran a pensar en su largo, aun cuando finalmente sigue siendo un proyecto pendiente de resolver.

De su etapa como galería artística, vemos en POPA (2015) –Producción y orientación para el artista- una galería relacional en donde tuvieron un contacto estrecho con la movida de los `90 y los movimientos culturales de ese momento, sin perder su estilo transgresor y vanguardista –ya irónico desde su propio nombre-, en total correspondencia con la forma en que ellos conciben cualquier hecho artístico.

Habrá también un capítulo dedicado a la experiencia de “Happy Together”, otro explorando los lazos familiares y personales (cada uno aportará su visión del momento en que fueron pareja para pasar luego a ser exclusivamente socios) en donde aparecen los celos profesionales, los proyectos, la amistad, los vínculos y las miradas con improntas sumamente personales, respecto de los diversos temas que se plantean por fuera de la sociedad artística.

En cuanto a su emprendimiento “gastronómico” KIM NOVAK BAR, lo reconocen como un espacio de excesos, de falta de límites, anclado en la noche de Palermo, que por diversos motivos personales y económicos, decidieron poner fin a costas de sus finanzas y su salud personal.

Desde este bar se comienza a jugar con la idea de la noche y los personajes que aparecían en la movida de aquel momento. Recuerdan también el Parakultural y una de las figuras icónicas de aquel momento como Batato Barea. Quizás es este capítulo es donde el documental pierde de vista a los dos protagonistas y sus ricas historias personales, para adentrarse en algún material que ya fue visto en otros documentales y que parecía más pertinente a otro contexto narrativo.

Cuando el trabajo de  Bonacci Lapalma retoma el retrato personal de Bosco y JoJo, nuevamente vuelve a crecer porque ambos, cada uno en su estilo tienen personalidades magnéticas, interesantes y de gran atracción frente a la cámara. El collage se completa con filmaciones caseras, fragmentos recuperados, entrevistas con los dos protagonistas y con otras personalidades (la escritora Cristina Civale es una de las más atractivas) y diarios de filmación que permiten conocer estas dos artistas completos, desprejuiciados, libres, divertidos y llenos de talento, a los que el documental les hace absoluta justicia.

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