Por Rolando Gallego

La verdadera historia de Ricardo III, versión libre de Calixto Bieito y Adrià Reixach sobre Ricardo III de William Shakespeare, con traducción de Lautaro Vilo y dirección general de Bieito, llega a la Sala Martín Coronado del Teatro San Martín (CABA) con Joaquín Furriel como protagonista y productor artístico. Hablamos con Furriel para saber más de la propuesta.
-¿Qué significa para vos volver al San Martín y con esta obra?
-Bueno, es la primera vez que yo me involucro como productor artístico de la obra. Primero, conseguir que Calixto pueda venir a dirigir a Buenos Aires, porque es un director que está en su mejor momento y está dirigiendo óperas en Europa, en los teatros de ópera más importantes. Y después, también que le ofrecí a Gabriela Ricardes, que era Directora del Teatro en su momento, jugó a favor que tras las elecciones, quedó ya como Ministra de Cultura, porque es un proyecto que es muy propio y lo está apoyando muchísimo, y sin ella hubiera sido inimaginable poder lograr esto, porque hubo que gestionar muchas cosas para que podamos tener este espectáculo en Buenos Aires. Y después, me gustó la posibilidad de volver al Teatro San Martín después de un par de años donde puse el foco mucho en audiovisual y también vengo de vivir un año afuera, entonces volví a vivir en Buenos Aires, en casa, con los tiempos del teatro, la territorialidad que tiene el teatro, porque el cine siempre te está moviendo, la serie también, de repente acá, de miércoles a domingo, venís antes de la función…
-Todo el ritual del teatro…
-El vínculo que tenés con tus compañeros en teatro, es muy difícil que lo puedas lograr, en alguna serie probablemente, pero no es lo mismo, no es lo mismo, porque acá…
-¿En la vieja tele?
-Tampoco, porque vos pensás que acá, la energía que hay en el escenario, la que se transmite a la platea, ya cuando hay una cámara, entre la otra persona y vos hay un intermediario tecnológico, acá no.
-Y además ya no sos dueño vos de lo que después termina siendo eso tampoco, ¿no?
-No, el cine es el lugar del director, la serie es la televisión del productor y el teatro es el lugar del actor, finalmente. Cada noche vos evitas tu propia velocidad, tu manera de llegar a las cosas. Y este tipo de obras a mí me gustan porque son tan exigentes interpretativamente que no hay espacios para ninguna estupidez del ego, el narcisismo, la boludez, esa que puede aparecer en otros contextos. Para mí, cuanto más difíciles son las obras, mejor se trabaja, porque en la dificultad no hay nadie que esté sobregirado. Cuando las cosas se pueden hacer de taquito, muchas veces aparecen energías, bueno, poco seductoras para un narrativo. En este caso, y con un director como Calixto, estamos rebotando para todos lados.
-¿Crees que es clave en este momento, donde la cultura está siendo tan atacada, estrenar y que se interesen en otros países por la puesta?
-Yo creo que es mejor pensar los proyectos desde tu lugar, no desde el lugar de la respuesta a otro. Nosotros cuando con Gabriela empezamos a imaginar todo lo que queríamos para esta obra había otro Jefe de gobierno en la ciudad y había otro Presidente en la Nación y no modificó nada lo que queríamos hacer con Gabriela. Que se pueda revalorizar por algunas discusiones que hubo en relación a la cultura entre el gobierno nacional y lo que fuere eso va por una vía pero los que tenemos la posibilidad de trabajar, por ejemplo en mi caso en este momento, yo tengo muy poco mi vínculo con el Estado, como trabajador del Estado muy poco son los meses que hago funciones en el Teatro San Martín y que es medio absurdo tener que explicarlo pero no lo hago precisamente porque me puedo favorecer económicamente, más bien, te diría lo contrario, estoy frenando la agenda de 10 meses de otras cosas y no lo hago porque soy tonto, lo hago porque la plata no es todo, lo digo, como mucha gente está instalando en estos tiempos bastante estúpidos en relación al poder que te da tener dinero es una idea pobre de la riqueza, entonces creo que cuando yo le acerqué el proyecto a Gabriela, siempre que acerqué un proyecto como Hamlet, siempre que pienso una obra para el Teatro San Martín, lo primero que pienso es ¿qué podría hacer para que le vaya muy bien al Teatro? que los departamentos técnicos estén orgullosos de hacer que se llene el hall y que traccione al café, que se venda, que se vendan las plateas, la super pulman, que haya un evento teatral del cual hablen del San Martín, para mí eso es lo que me interesa más allá de mi recorrido personal que podría hacerlo en otros lugares, no este tipo de obras porque para eso están estos teatros, para que se puedan correr riesgos pero no es casualidad que varias de las obras más destacadas de la Avenida Corrientes, que es muy interesante, de autores o autoras, son obras que salieron de este teatro en los últimos diez años, entonces hay un punto donde el San Martín da el empujón para que después muchas compañías puedan seguir la actividad por fuera del teatro institucional y hay que pensar en hacer un buen negocio todo junto, no hay que discriminar más la idea de que no se puede hablar de hacer un buen negocio con el Estado, en el sentido de buen negocio me refiero a que es importante que la sala se llene, es importante haber logrado desde Gabriela, haber logrado que un director como Calixto y su equipo vengan a Buenos Aires a dirigir esta obra y que hoy Buenos Aires tenga una puesta de Calixto Bieito en un escenario como la Martín Coronado es un plus, que en Europa lo están viendo con mucha atracción y lo quieren programar, entonces a mí no me importa mucho lo que sería en otros lugares, pero siento que cada uno tiene que pensar más en su propia gestión de vida y de las cosas que hace, más en el lugar que le toque y no tanto pensar la gestión desde la oposición. Entonces desde ese lugar creo que nada cambió el espíritu de este proyecto hace 3 años y cambió el mundo, hay guerras, cada vez más guerras, lo que nos parece una distopía ya parece historia contemporánea también el Presidente del imperio de las últimas décadas volvió Presidente muy especial en términos discursivos, nuestro país por primera vez está siendo gobernado por alguien que está por fuera del espectro de la diligencia política, y está pudiendo gobernar con todas las tensiones que genera, y las discusiones que se generan inclusive escuchando cosas que uno no puede creer que escucha, pero el cinismo viene instalado en el poder hace mucho tiempo, en un país que viene decreciendo económicamente, por eso llegamos a donde llegamos, hay una precarización de muchas cosas y creo que no siempre siento que tenemos la suficiente libertad para permitirnos el debate y el conflicto. Cada una de las subjetividades que tiene, lo que cree, o la persona que cree, cuando algo no le gusta intenta tapar el sol con el dedo y ahí me parece que nos equivocamos.