Por Marcelo Cafferata
En épocas donde todo es inmediatez, donde prevalecen los “amores líquidos” como define Bauman en sus textos, donde reina una aparente falta de compromiso, todo es liviandad y vínculos perecederos, los realizadores Victor Cruz y Alejandro Vagnenkos se paran en la vereda opuesta y rescatan parejas que han llegado a sus bodas de oro.
“DORADOS 50” se propone entonces, como una exploración del amor que ha perdurado en el tiempo: los secretos compartidos, las complicidades, los sinsabores, el achatamiento que produce la rutina, los recuerdos en común, el paso del tiempo y el imaginarse la vida juntos o el abismo que representaría vivir sin el otro.
Cruz y Vagnenkos apelan a la espontaneidad de sus testimonios, sin ninguna pose enciclopédica ni didáctica. Las historias de vida, narradas por sus protagonistas en prima persona, son el verdadero eje de la historia y darán cuenta de la comprensión, la tolerancia, las negociaciones y el atravesamiento de los momentos más difíciles, oponiéndose a una generación en donde separarse, luego de algunos años pocos de convivencia, parece ser un desenlace irremediable.
El encanto de este trabajo radica justamente en la pluralidad y la diversidad de los testimonios elegidos y la frescura y la sinceridad que despliegan las parejas frente a la cámara. Desde aquellos que han compartido toda su vida juntos, hasta el caso de una pareja que se puso de novios después de sus 80 años, desde el amor a primera vista hasta aquel que ha llevado un recorrido interno más sinuoso como cuenta Norma, con su conmovedora historia del descubrimiento de su homosexualidad después de atravesar una pareja que sólo cumplía los cánones sociales y el mandato de tener hijos.
Los directores registran cada detalle y juegan con pasado y presente al mirarse jugando con un espejo de mano, verse y (re)encontrarse una vez más en la profundidad de sus miradas. “El amor es una patria de la excepcionalidad” dispara uno de los protagonistas y “DORADOS 50” logra demostrarlo con una caleidoscópica variedad de entrañables testimonios.
DORADOS 50
de Victor Cruz y Alejandro Vagnenkos
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