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Por Marcelo Cafferata.

La compañía teatral “El Vacío Fértil”, presenta en forma de díptico “DE TIBURONES Y OTRAS REMORAS” que, de esta forma, dialoga intensamente con su otro trabajo, “EL MAL DE LA PIEDRA” (ver reseña en https://ludiconews.com.ar/justicia-u-olvido-critica-el-mal-de-la-piedra/ ), dentro del ciclo de Dramaturgia Española Contemporánea.

En el caso de “DE TIBURONES Y OTRAS REMORAS”, la pieza de Sergio Villanueva propone, a través de la ironía y el humor mordaz, una impiadosa mirada al mundo de las estafas financieras. En este caso particular, aborda el tema de las famosas Acciones Preferentes, con las que los bancos españoles, en complicidad y connivencia con un Estado que no solamente permite y habilita este tipo de accionar, sino que en cierto modo, lo reglamenta y lo “legaliza”, estafaron a más de 700.000 inversionistas, pequeños ahorristas que se vieron envueltos ingenuamente en la comercialización espuria de este tipo de productos. 

La dramaturgia de Villanueva, si bien utiliza un humor ácido, incisivo y vertiginoso, está basado en casos reales que se mencionan durante el desarrollo de la obra, con lo cual, por debajo de esa mirada crítica y certera a través del humor, se esconde una realidad en donde podemos descubrir que no han sido estafados aquellos inversores que estaban acostumbrados a tomar productos de riesgo, sino que fueron vulnerados los clientes más fieles del Banco, aquellos abuelos que hace cuarenta años o más venían depositando la confianza en la institución bancaria que, con total impunidad, ha hecho suscribir contratos de compra a ancianos que ponían en juego todos los ahorros de su vida o la venta de un inmueble, clientes con problemas de Alzheimer e incluso a analfabetos que han firmado con sus huellas dactilares.

El horror y el dolor generado por estas políticas del “sálvese quien pueda”, se reciben y se perciben mucho mejor, con una pluma dispuesta a atravesarlos con humor negro, sarcasmo y una pintura implacable de los empleados que han sido víctimas y victimarios al mismo tiempo, de un sistema perverso que hará que pese en sus conciencias (si aún las tienen), la crueldad de haber hecho firmar la documentación a personas que habían depositado la total confianza en ellos.

Pero las Acciones Preferentes son, lamentablemente, sólo un ejemplo de todo lo que sucede en este impiadoso mundo globalizado: lo que allá en España ha sido con las acciones, acá ha sido con el corralito, el desagio o el dólar futuro, el mismo mecanismo que ha hecho quebrar a Grecia, o que ha generado la explosión de la burbuja inmobiliaria en todo Estados Unidos y Europa – cuando los bancos se han quedado mediante esta operatoria, con todos los inmuebles que los tenedores de préstamos hipotecarios no pudieron pagar -.

Así aparecen  presentes los paraísos fiscales, las estafas en bitcoins y como sabemos que este mal muta y toma nuevas formas,  hoy esto mismo sucede con los que deben cancelar los créditos UVA con intereses absolutamente desmedidos a riesgo de perderlo todo.

Por todo esto, el texto de Villanueva tiene absoluta vigencia y no relata un hecho aislado del pasado sino que plasma la realidad tal cual la vivimos aquí y ahora.

La directora Marina Wainer –en contraposición a la puesta precisa y clásica de Tony Lestingi en “El mal de la piedra” que es interesante comparar para poder ver la versatilidad de los trabajos de esta compañía- construye un espacio de juego que potencia no solamente las aristas lúdicas que tiene el texto en sí mismo, sino que permite a sus actores tomar riesgos y desplegarse en esa multiplicación de personajes que brinda la obra.

Su propuesta, en donde el escenario de la Banca es marcado como un espacio de peligro y donde los cambios de vestuario se hacen “a la vista del espectador”, contrapone la transparencia de su pacto teatral, opuesta a las oscuridades de estos estafadores de guante blanco que perpetraron en forma abusiva, todo su arsenal de operatorias.

Tanto el texto de Villanueva como la dirección de Wainer, le permiten a Romina Pinto e Ivan Steinhardt lucirse en el escenario y dar una clase de teatro en casi una hora de función.

Pinto despliega histrionismo, comicidad y también –en otros segmentos de la obra- el dramatismo y la angustia de sentirse atrapada en una situación prácticamente sin salida aparente.

Salta de la risa a la desesperación y del humor al espanto con suma plasticidad y encuentra un aliado ideal en Iván Steinhardt con el que hacen un equipo a pura química llevando adelante el ritmo acelerado y desbordante que propone la obra.

Steinhardt por su parte arranca con un personaje más fuerte y seguro de sí mismo, y a través de los cambios que se presentan en el texto, compone con perfecta fluidez, un anciano algo perdido en su memoria, un marido atrapado en la realidad económica familiar o un gerente de banco que no conoce prejuicios y en todos los casos la simbiosis con Romina Pinto es perfecta, disfrutando de todos los recovecos que el texto les entrega.

 “DE TIBURONES Y OTRAS REMORAS” se transforma entonces en un espejo magnificador de una realidad a veces olvidada, en una sociedad en donde parece que si uno no ha sido damnificado, entonces el problema no le atañe cuando en realidad la dramaturgia nos muestra la cercanía en la que tenemos una trampa posible a cada paso.

Un excelente espacio de reflexión, que junto con el mencionado trabajo de “El mal de la piedra”, forman un imperdible díptico, dentro de lo mejor del teatro independiente.

“DE TIBURONES Y OTRAS REMORAS”

Jueves a las 20.30 hs

Patio de Actores – Lerma 568  – C.A.B.A.

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